Publicado por: Claudio Nuñez | domingo 31 de octubre de 2021 | Publicado a las: 11:21
“…habiendo aún mucha agua en la región, existen alrededor de un tercio de las localidades rurales que aún requieren camiones aljibe para proveerse de agua potable y, con la creciente urbanización, los terrenos adecuados para la captación de aguas han ido disminuyendo de manera sostenida”.
Escribe: Dr. Jaime Peña Álvarez, doctor en Ciencias de la Ingeniería Mención Ingeniería Química y Biotecnología, académico Ingeniería Civil Industrial U. Autónoma de Chile Sede Temuco.
La región de La Araucanía se ha considerado históricamente como un territorio sin problemas hídricos, debido a las hoyas hidrográficas que posee (ríos Bio-Bío, Imperial y Toltén) que cuentan con un caudal importante. Sin embargo, esta realidad ha ido a la baja durante los últimos 15 años, ya que al 30 de septiembre del presente año el total de agua caída asciende a 649,5 mm, cifra menor que la del año pasado (721,7 mm) y que lo normal a la fecha (955,2 mm), lo cual marca un déficit de 32%. Esto continua los valores menores a lo esperado que se han observado en casi todos los años desde el 2016.
Además, habiendo aún mucha agua en la región, existen alrededor de un tercio de las localidades rurales que aún requieren camiones aljibe para proveerse de agua potable y, con la creciente urbanización, los terrenos adecuados para la captación de aguas han ido disminuyendo de manera sostenida.
En los últimos años, y para brindar soluciones a esta realidad e índices, el Gobierno Regional ha dispuesto la “Política Regional de Recursos Hídricos”, cuya finalidad es garantizar la conservación, calidad y disponibilidad del recurso a mediano y largo plazo para satisfacer las crecientes demandas de la población, las actividades productivas y disminuir la brecha de desigualdades existentes en el acceso al agua. Así, se han desarrollado varias políticas al respecto: fortalecer la institucionalidad regional, aumentar de la cobertura de agua potable y saneamiento en el rector rural, aumentar el área de riego con énfasis en las comunidades mapuche y pequeña agricultura, mejorar de la calidad de agua y conservación de ecosistemas y desarrollar programas de formación y capacitación permanentes a entes relevantes en cuanto a la gestión y uso del agua.
Junto con ello, y para buscar otras opciones para mejorar la gestión de recursos hídricos, es necesario involucrar a todos los sectores mediante una mesa ampliada entre el gobierno, empresas, universidades, ingenieros y ciudadanía para la creación de nuevas plantas de producción de agua potable, de tratamiento de aguas servidas, optimización del aprovechamiento de las fuentes de agua que tienen asignadas, la cesión del agua no utilizada, el cuidado del medioambiente y el respeto del acervo cultural de las comunidades. En todos estos aspectos la participación de diversas áreas de la ingeniería es crucial, por lo que su incorporación técnica y disciplinar es absolutamente necesaria.
Sin duda, estas iniciativas son parte de todo lo que se puede hacer para mejorar el uso de nuestra agua. Es responsabilidad de todos como habitantes de esta hermosa región, y en particular de nosotros como ingenieros, el cuidar este precioso recurso, mediante la implementación de nuevas tecnologías y estrategias para fomentar el crecimiento de toda la población, de las empresas y una adecuada mayordomía de los diversos ecosistemas de nuestro entorno.