Publicado por: Claudio Nuñez | martes 15 de noviembre de 2016 | Publicado a las: 22:51
Un Alexis Sánchez de menos a más marcó todas las diferencias para destrozar a la defensa uruguaya y dejar a la Roja en una excelente posición de cara a la próxima fecha. ¿La mala? Vidal se pierde el partido frente a Argentina en Buenos Aires.
A los 38′ del segundo tiempo Alexis Alejandro Sánchez Sánchez salía por el delantero de Católica Nicolás Castillo. Ovacionado a todas luces por el público, mientras Arturo Vidal abrazaba a su amigo arengando al público.
Y claro que se fue ovacionado con justicia porque como no aparecía Vidal (y que salió a los 8′ del segundo tiempo) ni Díaz, y a veces Hernández, logró quebrar un partido que estaba muy cerrado y que pintó mal en gran parte del primer tiempo ya que no se encontraban las piezas; no cuajaban.
Asustó la brutal pifia de Jarita, donde Cavani la tuvo y Bravo estuvo notable para tapar un mano a mano infernal. Se tomó su revancha el delantero del París Saint Germain tras un grosero error de Marcelo Díaz batiendo al capitán chileno hacia el costado derecho a los 16′.
Todo estaba cuesta arriba y los jugadores no aparecían pero sí los charrúas con un incisivo Carlos Sánchez para tapar a Vidal sacando diagonales terribles que Suárez no pudo aprovechar; anécdota el penal a Cavani que el árbitro paraguayo se lo comió con papas fritas.
En cambio Chile, tenía algunas insinuaciones por el lado de Beausejour, y Sánchez buscando por todos lados pero siempre muy marcado; Fuenzalida no era el jugador que pasaba por su sector.
Hasta que un jugadón de Sánchez, centro del lateral azul en el final del primer tiempo que conectó Vargas ante una desaplicación defensiva de los grandotes centrales uruguayos marcaba un empate que resultó clave en el desarrollo del complemento; y así fue, porque Vidal que ya estaba con media pierna, Pizzi lo saca y pone a Valencia con el fin de generar mayor juego; las mejoras eran claras.
Un saque lateral de Beausejour y Alexis que la captura a los 59′, remata a la izquierda de un flojo Muslera que se le pasa por su cuerpo y la ventaja chilena comenzaba a ser una realidad, mientras Uruguay se desconcentró, lo intentó el maestro Tabárez con poner a Gastón Ramírez y sacar alguna pelota de ventaja para Suárez o Cavani, pero ya a esa altura Claudio Bravo estaba inspirado y a los 76 Marcelo Díaz metió un pase extraordinario para que el goleador del Arsenal sacara toda su jerarquía, dejara botado a Coates y a otro uruguayo y anota el 3 a 1 que sería el resultado definitivo.
Decíamos que Bravo estaba inspirado, y sí que lo estaba, porque a los 87′ le contuvo un penal a Luis Suárez. Fin de la historia y ahora a pensar en marzo frente a una Argentina inspirada que goleó a Colombia 3-0.
Ahora estamos más cerca de Rusia que nunca.