En tal contexto, me parece, no es difícil entender sus críticas a nuestro peñi / hermano Francisco Huenchumilla que, en su circunstancial cargo de autoridad estatal, ha sabido ser conciso y enérgico en sus planteamientos, adelantándose al gobierno central al señalarles –sin ambigüedades- el camino político a seguir en estos tiempos de desigualdad neocapitalista, si de verdad se desea –superando el mero discurso- ser justo y democrático y actuar en consecuencia y no sólo con “promesas de democracia” como hasta hoy. Claro, es incuestionable también que si la “legalidad” chilena quiere validarse, tiene que democratizarse (reformularse en una nueva constitución) empezando por reconocer que se impuso sobre la legitimidad de nosotros, los pueblos nativos.

Si Chile quiere progreso / desarrollo verdadero, no puede al mismo tiempo pretender –por ejemplo- prorrogar por dos años más el decreto ley de Fomento Forestal 701 (promulgado por Pinochet en 1974) como lo ha anunciado el gobierno de Bachelet, omitiendo señalar la Consulta indígena previa que norma el Convenio 169 y normas de DDHH. Prórroga que seguiría beneficiando sólo a las ya conocidas familias empresarias del rubro forestal (Matte y Angelini) y perjudicando –con la destrucción del ecosistema- a la gran mayoría de chilenas y chilenos y a nosotros los mapuche. Y para qué seguir.

Las forestales son violencia brutal y permanente. Es urgente que se detenga su expansión al mismo tiempo que se plantee una Ley de Fomento Forestal Nativo, en la que los monocultivos forestales a gran escala no estén permitidos. Es urgente mirar los sueños que han sido encarcelados ya por demasiado tiempo.

Han transcurrido poco más de cien años desde que el Estado chileno consolidó su ocupación violenta en nuestro País Mapuche. ¿Y qué ha cambiado? Sí, tal vez, algo ha comenzado a cambiar, me digo. La lucha constante, firme, y plena de ternura de nuestra Gente, ha alcanzado un muy importante objetivo. En un comunicado público, el mes recién pasado,  la Comunidad Autónoma Temucuicui, dice en parte: “Ante la retirada del territorio de Temucuicui de Carabineros de Chile, manifiesta a la opinión pública local, nacional e internacional, lo siguiente:

Hoy jueves 26 de Junio de 2014, a las 11:45 AM, las fuerzas policiales de Carabineros de Chile, realizó su retirada y abandonó la protección permanente que mantenían los fundos La Romana y Montenegro, del ex propietario René Urban, retirando todos sus aparatos represivos, tanquetas, zorrillo y las cámaras de vigilancia que se encontraban en los caminos y cuartel, de esta manera se pone fin a la militarización y hostigamiento permanente que existía desde hace 14 años en el territorio de Temucuicui, por cuanto nuestra gente vuelve a caminar y transitar libremente por nuestro territorio”.

Nuestras Ancianas / nuestros Ancianos vuelven a decir: No, no somos solos; no estamos solos. Hoy día, ante la amenaza de la anulación y de la destrucción, en el espíritu y el corazón de la humanidad silenciosamente germina y se construye algo que responde a las leyes de la lenta reconstitución de las hebras del más antiguo tejido universal.