Publicado por: DiarioTiempo21 | miércoles 16 de marzo de 2016 | Publicado a las: 12:16
Ha pasado más de un año y las recomendaciones de la Comisión de Regionalización, comisionada por el Gobierno, aún duermen en algún escritorio de La Moneda. Aquellas interesantes e importantes propuestas para el corto, mediano y largo plazo y que dicen relación a la necesidad de entregar más poder a los gobiernos regionales y locales casi están detenidas. Con ello las desigualdades en el país aumentan día a día. La desconfianza del poder político para entregar más poder y funcionarios centralista es la responsable.
Hace unas semanas nos enteramos que los fondos ”espejo” del Transantiago no irán a mejorar la grave congestión vehicular ni los sistemas de transporte que afecta a las principales ciudades de Chile, como era su objetivo central. En su mayoría se están destinando a superar los déficit en salud y resolver las listas de espera que aumentan en forma geométrica. Pareciera que la realidad ha superado a la institucionalidad porque “tacos” y congestión en nuestras carreteras existe y los fondos también. Sin embargo, el problema está en la baja eficiencia de nuestras instituciones públicas en elaborar suficientes y buenos proyectos de transporte donde invertir tanto dinero. Esta es otra muestra que la regionalización no ocupa prioridad en el Gobierno.
Recordemos que hace ya más de un año y en presencia del Ministro de Obras Públicas, el Intendente Regional de ese entonces, Francisco Huenchumilla y una docena de alcaldes, firmaron en La Araucanía un convenio entre ambas instituciones por 375 mil millones de pesos para invertir entre el 2015 y el 2020 en la más grande e histórica inversión en conectividad que se tenga memoria en esta región. Pues bien, de los 5.700 kilómetros de caminos y puentes a intervenir, todavía no se avanza un kilómetro, pues el MOP no aseguró los fondos que comprometió para el 2016 en otra muestra que la regionalización está aún en el papel. Las fuerzas centralistas han sido superiores al gran anhelo de las regiones de tener más poder para un crecimiento armónico de Chile. Las necesidades de la capital se lo lleva todo y las regiones solamente miran como se construyen nuevas líneas del Metro y pistas modernas para los santiaguinos, postergando las legítimas necesidades de las regiones.
Por lo mismo, la gente se pregunta en la calle qué pasó con la regionalización y porqué Santiago se lleva casi todo. No hay respuesta frente a esta cruda realidad. Alguien debe dar la cara y responder a los muchos que creemos que las regiones salvarán a Santiago.