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Opinión: Guarismos delictuales ministeriales

Publicado por: Claudio Nuñez | martes 10 de julio de 2018 | Publicado a las: 18:59

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Durante tres años, fui subcomisario de los servicios de Temuco, cuando había una sola comisaria, con 8 furgones y 256 Carabineros, hoy por hoy hay, dos comisarías, muchos furgones y más Carabineros, también más habitantes, más edificaciones y otros problemas. Lo que sí es común, es que nunca le preguntan a los especialistas en seguridad, cuando se “proyecta”, el crecimiento de una ciudad, existiendo un divorcio permanente entre los estamentos públicos, y cuando aparecen las poblaciones de repente, lo primero que piden los vecinos, es un retén de carabineros, una compañía de bomberos y una posta de atención primaria. 

 

Prof. Jorge Aguirre Hrepic, Mayor ® de Carabineros, Criminologo-Criminalista

 

Encontrándome en la capital del reino de Chile, es decir Santiago, tomé conocimiento a través de una fuente abierta, que son los medios de comunicaciones, que el Sr. Ministro de Interior y Seguridad Pública, había observado que la información estadística de Carabineros de Chile, específicamente de la 2da. Comisaria (U) Temuco, no era satisfactoria.

Lo anterior, en el marco de una reunión de coordinación con varias instituciones, autoridades y organismos asociados a la seguridad y orden público, tales como Fiscalía regional, intendencia regional, entre otros.

Desconozco los guarismos observados en detalle, respecto de denuncias y detenciones, pero da lo mismo, ya que la herramienta de medición que se utiliza es el STOP (Sistema táctico de operaciones policiales) que, si bien de reciente data operacional, cuando se ingresa a la red vía internet, a veces funciona y a veces no, lo que ocurre con otras comunas también.

Las defensas corporativas no son santas, pero si es conveniente, en estos tiempos valorar la información no solo de la fuente madre, si no que de los estamentos periféricos que tiene la sociedad, para cruzar todas las variables de un fenómeno multicausal, como es el delito.

Para entender lo que ocurrió, sin acaloramientos bizantinos, hay que entender que el caballo de batalla político que es la “delincuencia”, da para todo, ya que, a estas alturas, estamos llenos de especialistas en criminología y criminalística. De seguridad, mejor ni hablar.

Sin tener color político alguno y en forma objetiva, el sabor amargo llega solo, especialmente cuando hay difusión generalizada de algo que aparece mal, como surgiendo el indicio de que no se hacen bien las cosas, que no hay trabajo, que no se produce nada, lo que pudiendo talvez ser cierto, en la especie no es tal, sino que como lo dice alguien del nivel central y de la esfera del poder debe ser cierto.

Para poner las cosas en su lugar, previamente hay que conocer que después de 1990, cuando la Concertación de Partidos Por la Democracia, accedió al poder político de la nación, instaló a ciertos “gurú”, de la seguridad, que aportaron ideas europeas post franquista, de la “Seguridad ciudadana”, a todas luces, muy bien.

Hubo otros, que apostaron adicionalmente a teorías más sociales respecto del fenómeno delictivo y surgieron ciertas metodologías para enfrentarlas.

Lo principal era manejar el control social, pero sin efectuar detenciones por “sospechosos”, mal llamada detención por sospecha. Es decir, el control de las personas por sobre el control de la inconducta, todo ello, por ser, anteriormente un resabio del régimen militar, es decir, el control social, estaba desprestigiado y en algunos casos constituía un abuso.

A partir de los diferentes gobiernos de turno y no del Estado, surgen diferentes estrategias, incluso de particulares, como la fundación “Paz ciudadana” que algunos hasta el día de hoy confunden con “Seguridad ciudadana”, luego las encuestas de victimización (ENUSC), seguidamente las estrategias de Plan Cuadrante de Seguridad Preventiva de Carabineros de Chile, avanzando con diferentes programas, todos financiados a través de diversos proyectos públicos.

Conforme a lo anterior, en el primer gobierno del presidente Sebastián Piñera, presenta un programa denominado “Plan Chile Seguro”, donde se establecen ciertas metas hasta el 2014.

En este programa, en segunda instancia, estuvo el propio ministro que ahora observó directamente el comisario de esta unidad de Temuco, es decir a una unidad táctica en el control del delito.

Ignoro, si se antes de observar o criticar las estadísticas, se consideró el índice de cobertura, la demanda en seguridad y la oferta en seguridad, como asimismo el costo social del delito, actualizado, por cierto.

En síntesis, lo que se manifestó es que no había conformidad con el trabajo policial, lo que puede ser legítimo y valido, no obstante, el STOP, de reciente implementación es un sistema “Táctico”, es decir de ejecución a baja escala para cumplir objetivos y metas.

Sin embargo, quien observa esta situación en forma directa, no es un equipo de auditores operativos o contralores operaciones, si no que un Ministro de Estado y no cualquier ministro, sino que, el ministro del Interior, es decir el segundo mandatario del país, ya que a veces es vicepresidente, cuando el primer mandatario no está en el cargo.

Por lo tanto, el nivel estratégico en materia de seguridad, observa linealmente a un ente táctico, por ello surge la pregunta; ¿Cuál es el SEOP?, es decir el sistema estratégico de operaciones policiales del Ministerio del Interior, ósea cuál es su Plan Estratégico, de donde se deriva el plan táctico de la 2da. Comisaria? En realidad, lo desconozco.

 A mi juicio, se quemó un fusible, una instancia, ya que el propio Sr. Ministro del interior dijo “Vuelvo en 30 días más”, a ver los resultados, es decir si hay avances.

Quiero pensar bien y que no se pretende obtener réditos políticos a través de la teoría “Demuestro que algo estoy haciendo”, total el Comisario no tiene como defender su resultado estadístico, toda vez que las herramientas de prevención del delito son inexistentes, en este caso, invocándose siempre la “No denuncia”, que es un disco rayado a estas alturas.

La agravante principal, es que, en esta actividad, estaba el alto mando de carabineros, si el general director, director de orden y seguridad entre otros y por lo menos no se publicó lo que pudieran haber dicho, al respecto en forma técnica y basado en la experticia policial.

Durante tres años, fui subcomisario de los servicios de Temuco, cuando había una sola comisaria, con 8 furgones y 256 Carabineros, hoy por hoy hay, dos comisarías, muchos furgones y más Carabineros, también más habitantes, más edificaciones y otros problemas. Lo que sí es común, es que nunca le preguntan a los especialistas en seguridad, cuando se “proyecta”, el crecimiento de una ciudad, existiendo un divorcio permanente entre los estamentos públicos, y cuando aparecen las poblaciones de repente, lo primero que piden los vecinos, es un retén de carabineros, una compañía de bomberos y una posta de atención primaria. 

Por lo tanto, y sin camiseta o bandera desplegada, surgen varias preguntas, se consideran las licencias médicas, permisos y licencias del personal policial, agregados a otras labores, servicios estadios, marchas, protestas, transito, servicios extraordinarios, medidas cautelares, diligencias judiciales, custodias de edificios públicos, tribunales ante juicios denominados emblemáticos o complejos, que en Temuco no son pocos y prolongados, y un sin número de etc.

Con todo, la función policial es difícil y hoy más que nunca donde hay más demandas de derechos que de deberes y obligaciones, la dermis social esta sensible hasta más no poder.

Ser carabinero hoy, es difícil, no por el “Que hacer”, sino por el “Como hacer”, para que no mal interpreten lo que ayer fue una vocación de servicio y hoy es un trabajo, para no decir “pega”.

Algunos culpan a Gramsci y sus teorías, de lo acontecido en nuestra sociedad moderna, pero más allá del este planteamiento filosófico, hay que analizar el verdadero contexto social en que vivimos y las demandas reales de cada ciudadano en particular y en lo colectivo. Es decir, cuál es la sociedad en que vivimos, en este caso “Que es Temuco y su gente, que vive, reside y transita a diario”. Además, que necesita y quiere el temuquense, lo que puede ser replicado en otras ciudades del país.

Hoy, más que nunca, el chileno esta exigente, incluso los propios migrantes, estas “Avalanchas silenciosas”, de personas, que llegaron de a poco y ya, no son pocos. El múltiplo común, es que todos necesitan algo.

La barrera en el control diario, el límite cotidiano, más allá de lo que dice la ley, por interacción, es Carabineros de Chile, para bien o para mal. Las autoridades lo saben, pero no lo quieren aceptar, especialmente por los acontecimientos de los últimos tiempos.

Algunas personas, viajaron a Nueva York a observar todo lo relacionado con la eufemística acción de “Tolerancia cero”, implementada por el alcalde Giuliani, trayendo la panacea denominada STAD (Sistema táctico de análisis delictual, luego se le cambio el nombre por Pacic (Plataforma de análisis criminal de Carabineros) y la PDI, con su Sincirim.

Es decir, por sistemas estadísticos no nos quedamos, tanto que el INE (Instituto Nacional de Estadísticas) llega a tiritar, pero en definitiva que quiere el ciudadano.

Lo único que quiere es:

1.- Que no le roben

2.- Que no lo maten

3.- Que no le violen a un hijo.

El ciudadano chileno, quiere vivir tranquilo, nada más, por lo que no le interesa quien lo protege.

Con todo, la semaforización de los delitos en un mapa urbano o rural es importante, pero no en la teoría, si no en la práctica, en el día a día, por eso no nos engañemos, las herramientas están, solo falta de la voluntad, de hecho, ha quedado demostrada, cuando se pretende mediante rondas masivas, es decir cuantitativas, solucionar un problema delictual cualitativo y focalizado, invocando igual añosas prácticas, donde las detenciones por sospechosos de ayer, hoy son llamadas controles de identidad. 

 

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