Emmanuel Macron ha nombrado este viernes a François Bayrou, líder del partido centrista MoDem, como nuevo primer ministro de Francia, con el objetivo de poner fin a la crisis política que sacude al país.

A sus 73 años, Bayrou se convierte en el cuarto jefe de Gobierno en lo que va de año, sucediendo al conservador Michel Barnier, quien fue destituido tras una moción de censura. Su nombramiento llega nueve días después de la caída del Gobierno de Barnier, el más breve en la historia de Francia desde la Segunda Guerra Mundial.

El presidente francés confía en Bayrou para superar las profundas divisiones políticas en la Asamblea Nacional, donde se enfrentan la izquierda mayoritaria, los macronistas y la extrema derecha. Una de sus primeras tareas será formar un nuevo Gobierno y presentar un presupuesto para 2025, un desafío que ya desbordó al anterior Ejecutivo.

La elección de Macron de un político centrista como Bayrou busca atraer el apoyo de la izquierda moderada, mientras que el nuevo primer ministro también mantiene cierto respaldo dentro de la extrema derecha de Marine Le Pen, gracias a sus posturas comunes sobre la reforma del sistema electoral.

Sin embargo, su nombramiento ha sido recibido con frialdad, especialmente por los izquierdistas de La Francia Insumisa (LFI), que ya han anunciado la presentación de una nueva moción de censura.

A pesar de los desafíos, Bayrou, quien fue ministro en gobiernos anteriores y aspirante presidencial en varias ocasiones, tiene la difícil misión de garantizar la estabilidad política y económica en un momento clave para el país.