En un encuentro que refuerza los lazos entre dos gigantes del sur global, Luiz Inácio Lula da Silva y Xi Jinping consolidaron una relación estratégica al firmar 40 acuerdos de cooperación entre Brasil y China.
Ambos líderes declararon que esta alianza se transforma en una “comunidad con un futuro compartido para un mundo más justo y un planeta sostenible”, destacando la profundidad de los vínculos entre ambas naciones.
Durante la visita de Estado, los mandatarios acordaron buscar sinergias entre la iniciativa china de “la franja y la ruta” y los planes de desarrollo brasileños, aunque Lula decidió no adherir formalmente al megaproyecto chino.
El comercio bilateral, que ya supera los 150.000 millones de dólares, es solo uno de los puntos destacados de esta relación, a la que Xi calificó como un paso hacia convertir a ambos países en “socios de oro”.
La alianza refleja el papel protagónico de China como principal socio comercial de Brasil desde 2008 y principal destino del 30 % de sus exportaciones en 2023, dominadas por alimentos y materias primas. A su vez, las inversiones chinas en Brasil, que alcanzan los 40.000 millones de dólares, se concentran en sectores clave como la energía.
Con el respaldo del grupo BRICS y en medio de un escenario global marcado por tensiones geopolíticas, este acercamiento refuerza la influencia de Beijing y Brasilia en la construcción de un nuevo orden internacional, cimentado en intereses comunes y desarrollo sostenible.