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Política

Lautaro Carmona, secretario general del Partido Comunista “Si no hay unidad, todos los gobernadores los ganará la derecha”

Publicado por: Claudio Nuñez | viernes 7 de septiembre de 2018 | Publicado a las: 17:01

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Texto: Héctor Cárcamo Millar

Estuvo dos días en La Araucanía, principalmente para sostener reuniones con los militantes del Partido Comunista y apenas llegó, su primera actividad fue visitar Tiempo21 por espacio de 30 minutos, pero la conversación se extendió por 50 minutos.

Faltó tiempo para abordar todas las materias cuando un alto dirigente del PC visita la región. Pero no por ello, abordó todo lo que se le preguntó, en especial, cómo está su partido luego de la derrota que sufriera en la última elección parlamentaria, donde fue derrotado en Atacama por Yasna Provoste, que se convirtió en senadora.

La derrota –emblemática para su partido porque era el primer candidato de su partido para llegar al Senado después de 1973- significó un duro traspié para su partido porque además provocó una crisis con el PS porque el regional de ese partido apoyo la candidata de la DC. En respuesta, el PC no apoyó a José Miguel Insulza, quien a la postre ganó la senatorial por Arica.

Pero además, resultaba interesante conversar con el secretario general del PC por la difícil coyuntura que tiene con la DC, tienda que sostenido  no entrará en una alianza con el PC, por su postura a favor de los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua, donde –consideran- no se respetan los derechos humanos y la democracia.

Pero, también tiene la opinión de su partido con respecto al conflicto entre el pueblo mapuche y el estado chileno y señaló su desconfianza en lo que se prepara en Santiago, porque, dijo,  “Además de inteligente, hagámoslo con sabiduría. No todos los inteligentes son sabios”.

 

Ex NM y el frente Amplio

 

¿Cómo ve su partido el panorama de nuevas alianzas políticas en los partidos de oposición?

-Primero, eso es un proceso y por consiguiente puede tener posibilidades distintas en el tiempo. A mi gusto, lo más importante es que hemos tomado una posición: la necesidad de construir una amplia convergencia unitaria desde el centro a la izquierda, desde la DC al PC, pasando por el Frente Amplio. Es decir, si uno quiere –en verdad- volver a tomar el rumbo de transformaciones que van en beneficio de mayorías, para complicar al gobierno. Todos sabemos cuáles son los números, que no son brillantes. Aquí nadie sobra. ¿Qué hay que hacer?: ponerse de acuerdo en un programa mínimo  que sean transformaciones, que está casi instalado en el común del país. Por ejemplo.  ¿Quién no siente la necesidad de cambiar el sistema previsional? Dos millones que quieren cambiar este sistema de AFP. Allí hay un punto de coincidencia. Otro ejemplo: ¿Quién no siente la necesidad de hacer una reforma profunda en la salud pública, que está colapsado? Son muchos los que también se plantean una nueva constitución para Chile, que nazca del debate ciudadano; que nazca del debate ciudadano a través de un plebiscito y que se construya a través de una asamblea constituyente. Podemos tener diferencias si es constituyente o no, pero queremos una nueva Constitución.

Ustedes hacen un esfuerzo por una nueva alianza, pero han tenido roces con el PPD ¿qué pasa?

-Creo que luego tendremos una reunión con la nueva directiva nacional del PPD. Cada uno tendrá que auto explicarse, explicar a su radio de acción. Diferencias entre los partidos evidentemente que hay, porque somos partidos distintos. Coincidencias o acercamientos de algunos de los otros partidos. Debo recordar que el Partido Comunista no fue parte de la Concertación porque teníamos una mirada diferente porque teníamos una mirada diferente. Y nos incorporamos cuando se plantearon temas programáticos, reformas estructurales. Pero, las diferencias, que son legítimas, son capaces de justificar una falta de comprensión de tareas democráticas mayores y que benefician a Chile. Si no hay unidad, todos los gobernadores los ganará la derecha. Entonces, que haya diferencias están obvio que yo no las tengo nunca porque es tan obvio que yo no soy de otro partido que no sea el Partido Comunista. Pero la unidad no supone subordinación, supone respeto a la diversidad y eso significa que la diversidad es una cualidad no un defecto. La gracia es juntarse entre distintos, juntarse entre iguales sería fácil.

 

La reforma tributaria

 

Para esa unidad, entonces, hay que identificar dónde está el rival político…

-Usted tiene razón en eso. Los temas políticos que nos comprometen tienen que ver con dos miradas de país: una mirada que tiene la derecha que la está implementando hoy, no es que yo la esté inventando; una derecha que es absolutamente ordenada según los intereses del gran capital de los grandes empresarios. Por eso esta reforma tributaria no hace otra cosa que bajarle la tasa impositiva a los grandes dueños de empresas, a los grandes inversionistas. Sin embargo, la contraparte, los trabajadores, le aplican un salario mínimo que está debajo de la línea de la pobreza. O sea, quieren que la gente trabaje y mucho y con un sueldo que no alcanza para flotar en la línea de la pobreza. En cambio a los otros les liberamos impuestos. Eso son los dos mundos. Desde el punto de vista mayor, un gobierno que se ordena con los intereses norteamericanos. ¿Qué está haciendo el canciller de Chile, recorriendo países para terminar con el Odesur?. Está terminando con el intercambio subregional entre países con un nivel más o menos parecido nivel de desarrollo y se está ordenando según lo que dicta Estados Unidos ¿por qué? Por el control sobre América Latina y el Caribe y su declaración casi de guerra que le hace a la economía china. Nosotros tenemos que pensar en un modelo de desarrollo que potencie nuestra actividad económica, que le dé espacio a la inteligencia de nuestro país. Cuando no hay valor agregado, todos los que estudiaron ingeniería o en la educación superior, tienen menos espacios para realizarse.

Pero la Democracia Cristiana también profundas discrepancias con su partido. ¿Han conversado con la nueva directiva de ese partido, que encabeza Fuad Chahin?

-No lo conozco pero en forma institucional no hemos tenido una reunión. Le vamos a respetar su ritmo pero la vida continúa. Continúan los desafíos, tienen la misma exigencia… no vamos a intervenir en el debate de ellos. Tengo grandes amigos en ese partido, donde tenemos coincidencias democráticas pero también indiferencias filosóficas. Qué problema va haber que yo sea marxista y ellos… con pensamiento social cristiano. No quiero todos sean lo que yo soy. Quiero que cada uno sea lo que quiere ser y nos entendamos. Ya llegará el día de eso, espero, pero que no sea tarde. No olvidemos que ya vivimos una mala experiencia en que el resultado de esa falta de unidad significó que perdimos el gobierno.

 

Responde a la DC

 

Una de las críticas de la DC especialmente de un sector hace poco se marginó de ese partido, es que plantean que el Partido Comunista avala a gobiernos que no respetan la democracia y los derechos humanos. Estamos hablando de países como Cuba, Venezuela y Nicaragua…

-Todavía no he dicho nada de cuál es la cercanía que tiene la DC con el estado y gobiernos norteamericanos que dicen que es un lujo de democracia. Que interviene usando las fuerzas armadas sobre distintas geografías del mundo, con el solo fin de disputar el control de riquezas naturales. No me he pronunciado cuando veo ausencia de opinión respecto a lo que hace Israel sobre Palestina, primera cosa. Segundo: ¿quién pone los certificados de democracia en cada país? Una cosa son las crisis políticas de cada país, reconozco una crisis política en Venezuela, una crisis política en Nicaragua. Son crisis en que las partes están muy convulsionadas y deseo que resuelvan, conversando, con diálogo político y otra cosa es decir que eso no es democrático. No creo que en el último tiempo, un estado se sometiera a más elecciones que no sea Venezuela. ¿Cuál es el indicador? Si a mí no me gusta, no por eso no es democrático. Los pueblos tienen el derecho para decir cuál es el proyecto que quieren. Un principio básico es la autodeterminación. Puedo estar en disconformidad en la forma que el vecino forma a los niños, pero no voy a decir que los está formando con un método antidemocrático o voy a meterme a ordenar. Es un debate no nuevo. Las cartas democráticas las tiene el Partido Comunista y las presenta sin ningún problema. El PC tiene 106 años y nunca, jamás ha estado vinculado que desestabilice los procesos democráticos en Chile. Siempre ha estado vinculado en cómo se va implementando la soberanía ciudadana por la vía del derecho a voto de la mujer, del analfabeto, de la juventud, del no vidente. Siempre ha estado en eso. Eso sí, hemos conocido campos de concentración en distintos tiempos de la historia. Vine a rendirles homenaje a 42 militantes -sobre 500 hombres y mujeres- que perdieron la vida por pensar distinto porque tenían ideas sobre otra sociedad. Siendo contemporáneo con muchos de ellos y por lo tanto sobreviviente de lo que fue esa barbarie, lo hicimos con lemas muy grandes que compartimos con la Iglesia Católica, con demócrata cristianos en la base, con mucha gente: justicia, democracia y libertad. Fueron los grandes lemas que nos movieron en una idea grande, unitaria, de convergencia, antifascista y democrática. Que tenemos diferencias para ver el panorama internacional no tengo ninguna duda. ¿Ustedes se han puesto cuántas víctimas hay en México? No lo digo yo, lo dijo López Obrador (según cifras oficiales de ese país, la ofensiva militarizada contra el narcotráfico ha dejado más 200.000 asesinatos desde 2006).

Usted ha analizado la relación del PC con el PPD y la DC, pero ¿ha superado las diferencias con el PS luego de su candidatura senatorial en Atacama, donde finalmente ganó Yasna Provoste?

-Que buena esa pregunta… soy de quienes ven la cultura política por las grandes cosas y no por el despojo. No por el error, que me han dicho los propios dirigentes nacionales del PS, porque había un acuerdo que cumplir, hubo un clima en ese cuadro de tensión, ayudó mucho en eso la actitud de (Insulza (José Miguel), pero nosotros tenemos una relación histórica con ellos que supera réditos conmigo, soy una persona dentro de un partido y no el partido entero y creo que la vida nos va a entregar otra oportunidad para que esta convergencia virtuosa entre socialistas y comunistas, porque cada vez que nos hemos puesto de acuerdo ganan los trabajadores, gana el pueblo, gana la izquierda, pueda tener una nueva oportunidad. Sea este u otro, con otros socialistas, recibamos un respaldo cruzado que era como nos acostumbró Salvador allende. Recojo el legado de la unidad socialista- comunista que instaló Salvador Allende. Habrá gente más joven, que sumen experiencia. Mi propio partido tendrá que hacer muchas cosas para que cuando construyamos un acuerdo no sea una expectativa ilusa sino un cable a tierra. Eso lo vi día por día porque me daba cuenta, lo conversé, lo hice saber a quienes correspondía. Otra cosa son los actos individuales de algunos dirigentes de ellos o nuestros. Creo al fin del día que al final del día, cuando duerme y conversa con la almohada, hay un mensaje que tiene que entregar a los hijos, a los nietos, mirando a los ojos con toda tranquilidad. Nunca hemos tenido una palabra que no sea honrada porque entre nosotros no tenemos que jugar a sorprendernos.

 

Las dos dimensiones políticas

 

¿Dónde ustedes ven más cercanas las posibilidades de una nueva alianza, con la ex Nueva Mayoría o con el Frente Amplio?

-Creo que no es una contradicción, son absolutamente necesarias las dos dimensiones. Las fuerzas que conforman el Frente Amplio, con muchas de ellas tenemos una historia de trabajo común. Por ejemplo,  el Partido Humanista. Yo mismo fui jefe de campaña presidencial de Tomás Hirsch. Tenemos una historia real pero hay diferencias ahí hay otras fuerzas, del PRO del MAS, en fin. Pero también de los partidos llamados tradicionales. Insisto, los números son tan al límite que si usted se desentiende de tal o cual aporte, no solo el número en  cantidad de votos sino también en la sensibilidad de la cultura política que está representada allí. Está el centro laico, el centro cristiano, están los nuevos movimientos o partidos emergentes, de pronto están los partidos marxistas como es el PS o como somos nosotros, todos somos y nos debemos qué es lo que tiene que articularnos que no sea una cultura por conveniencia. Tiene que articularnos los temas programáticos (…) los partidos políticos son instrumentos o inicio de un movimiento o inicio de sociedad que se validan en tanto esas ideas tienen un grado de avance.

 

Pueblos originarios

 

Entrando en un tema regional, de La Araucanía ¿cómo evalúa usted la situación manifiesta del pueblo mapuche con respecto a la sociedad chilena, cuál es la salida que ustedes ven para superar estas diferencias?

-Hay una evidente deuda histórica del estado de Chile con nuestros pueblos originarios. Soy una persona de una sensibilidad, empatía y de una manifestación solidaria con los pueblos indígenas, en especial nuestros hermanos mapuches. No solo de ahora. Estuve en el Alto Biobío con las hermanas Quintremán, con los lafkenches, con nuestros compañeros de Ercilla; he estado con los de Santiago y también en el norte donde tuve experiencias con diaguitas y collas. El estado de Chile insiste en mantener esa deuda histórica y relacionarse con el pueblo mapuche como si fuera un enemigo de Chile. Creo que eso es falso. Creo que eso es un maniqueísmo manipulador. Sin embargo, creo que el debate que viene no es solo el Ministerio de Pueblos Originarios, consejo de pueblos, Consejo de cada pueblo de cada uno de ellos también, sino es un debate constitucional por representación directa de ese pueblo en las instituciones del país como es el Parlamento. Si nuestros pueblos originarios constituyen el 10% de la población, debe estar garantizado el 10% de los escaños dentro del Parlamento. Pero también, un debate que vaya en la dirección de no solo multiculturidad del país garantizada por la constitución del país, porque la diversidad cultural es casi obvia. La cultura de un chilote es distinta a la de un pascuense o de un ariqueño. Decir que somos multiculturales un dato de la causa. La gracia es que además somos plurinacionales. Aquí hay un solo país, un solo Estado pero hay más de una nación. Eso hay que reconocerlo porque si no, por ejemplo, la ambigüedad de la educación, incluyendo la obligatoriedad del mapuzungun termina siendo una orientación filantrópica, folclórica, no sé, gentil pero no construye un acervo porque el lenguaje es uno de los elementos que mantiene una nación, además de su economía, su salud, de su tipo de organización y sin que uno sea mejor o peor. Son distintos.

Aquí ya es casi general, la tesis del senador Huenchumilla, de buscar el diálogo político como única opción para superar estos conflictos.

-Comparto plenamente lo que hizo o dijo Huenchumilla. Creo que quedó por verse cuánto más podría haber avanzado eso. Me tocó venir cuando era vicepresidente de la Cámara de Diputados precisamente a una entrevista con él, junto al presidente de la época, Aldo Cornejo. Había una idea, una decisión. Sé que tuvo mucha observación y hay una que es clave: no habrá quien, desde una mirada tercera o ajena vaya a resolver por nuestros pueblos originarios y particularmente por el pueblo mapuche. Al final de cuentas, la solución va a pasar por ellos, la que ellos construyan. No necesitan muletas, no necesitan intérpretes, no. Tienen vitalidad absoluta, hombres y mujeres. Lo que hay que escuchar es la propuesta que viene de ahí y no la que llevamos nosotros hacia allá.

 

La derecha y los empresarios

 

Usted cree que es una buena propuesta la que está impulsando el ministro de Desarrollo social, Alfredo Moreno y los empresarios, en que es necesario impulsar la inversión para superar la pobreza, que toca a casi todo el pueblo mapuche?

-Primero: los empresarios y la derecha siempre van a tener la mirada histórica… aquí hubo lo que se llamó la Pacificación de La Araucanía. ¿Y eso se lo vamos a adjudicar a los proletarios del norte, o a los colonos o a los grandes empresarios que traían intereses económicos?. Háganse cargo, cuando hablo de la deuda histórica, políticamente involucra a la derecha y a los empresarios. En segundo lugar, todos los recursos que sean para impactar en potenciar una cosmovisión que incluye la propia economía del pueblo mapuche pero no administrada por los empresarios instalados aquí. Va a tener un gran impacto y por chorreo les van resolver a los mapuches. No. Los mapuches pueden tener sus propias empresas, no solo agricultores, pueden ser grandes médicos, maestros, músicos. Impactemos focalizadamente en el territorio pero que sea de autogestión del pueblo mapuche. Si queremos que esto tenga efecto en la región y sobre todo, en los que habitan aquí, son los dueños del capital, que todo el tiempo han sido beneficiados por el estado chileno, bueno, entreguemos la plata a ellos y que lo resuelvan desde Santiago. Creo que no solo se puede ser inteligente porque la inteligencia es un recurso que se puede disponer más o menos transversalmente. Además de inteligente, hagámoslo con sabiduría. No todos los inteligentes son sabios. A ratos lo que están haciendo es volver con una forma bastante solapada a disminuir, cualificar negativamente, como que tuvieran limitaciones, al pueblo originario de este país.

¿Qué comentarios tiene respecto a los hechos de violencia, que se la adjudicamos a los mapuches?

-Primero, no soy partidario de adjudicárselos a los mapuches. Segundo, soy partidario de un diálogo político. Entonces hay que crear condiciones para que haya un diálogo político, sea quien sea.  Hay que preguntarse cuáles son las motivaciones u orígenes de la conflictividad que hay en el territorio nacional porque si uno parte que los problemas que hay es de La Araucanía y de los mapuches, está operando con una descalificación, está excluyéndolos, discriminándolos y eso es un abuso de poder de los que están arriba.

 

PEM y POJH: deuda histórica

 

En la región y en Temuco está muy activa una agrupación de ex trabajadores del PEM y POJH, donde la mayoría de ellos ya son adultos mayores y con grandes lagunas previsionales, porque el Estado no les pagó ese concepto. La mayoría están enfermos y bajo la línea de la pobreza. He sabido y conversado con ellos hace más de 10 años y nadie les presta atención y menos apoya en alguna solución. ¿Qué piensa hacer su partido en esto?

-El PEM y POJH es el testimonio más dramático que instauró la dictadura respecto a los privilegios para el gran capital y la explotación del factor trabajo. No hay cosa más patética ver a hombres y mujeres recorriendo calles para ganar una miseria. Y simular que aquí se estaba cooptando mano de obra. Ese es uno de los testimonios que va a quedar para la historia porque los números no los inventamos nosotros, ni el sueldo que les pagaban ni la cantidad de gente que trabajaba. Evidentemente ahí hay una deuda histórica. Esos trabajadores no tenían ninguna posibilidad derechos sociales.

Además que se perdieron todos los archivos…

-No tenían ninguna posibilidad o si no, los metían presos, así de simple. Los apaleaban, usted se imagina que estaban arreglando una plaza, iban a reclamar porque no tenían cotizaciones previsionales o cotización para la salud. Entonces, creo que nuestra transición y esto es lo más global, ha sido de las más mezquinas comparativamente con otras dictaduras como en Grecia, Uruguay, al propia Argentina, porque le ha mezquindado la chaucha a gente que solo merece reconocimiento y reparación de Estado. Cuando hay daño de este tamaño no hay monto que sea lo justo y es justo reconocerles a ellos su trabajo para el Estado de Chile. El Estado, no un patrón cualquiera, les quitó su previsión. Habrá que dar más batallas. Todavía leo a Recabarren y digo tanta tarea pendiente.

 

 

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