Publicado por: Claudio Nuñez | lunes 19 de agosto de 2024 | Publicado a las: 19:06
Freddy Valdés, PhD, Director del Instituto Interdisciplinario del Agua, Rukako (UCT)
La interdisciplina, esa complementariedad construida por la interconexión de competencias alojadas en diversas profesiones y oficios, a veces divergentes y ajenos entre sí, ha resultado ser una pieza fundacional en la gestión del agua.
Hace pocos años atrás esta afirmación pudiese haberse interpretado un poco deus ex machina, un delirio o una epifanía con un nombre difícil de escribir. No obstante, al día de hoy, una vez transcurridos algunos años de este proyecto, Instituto Interdisciplinario del Agua RUKAKO, nos invade el convencimiento de que la complementariedad disciplinar es, con mucha certidumbre, la ruta más eficiente y eficaz para superar los desafiantes retos que nos propone la gestión del agua en las comunidades y los territorios. Y la disposición para trabajar colaborativa y horizontalmente con profesionales de distintas áreas resulta ser una necesidad, un imperativo.
Las dimensiones sociales que determinan la gobernanza del patrimonio hídrico, el régimen jurídico que establece el marco legal del sistema, los aspectos éticos, culturales e interculturales, se pusieron en contacto con las disciplinas creativas, los estudios ambientales y las soluciones que proporciona la ingeniería, todo al servicio de comprender la gestión del agua, del entendimiento de los conflictos que concurren en esa gestión, y finalmente con el propósito de aportar con ideas y soluciones que vayan en beneficio de nuestra Región y el País.
La UC Temuco, el año 2021, asumió el desafío de crear una instancia de vinculación cuyo objetivo fue “generar un instituto para el estudio del agua como una plataforma de vinculación que permita articular, el sector público, el sector productivo, sociedad civil y la academia, desde una perspectiva interdisciplinaria para generar propuestas y acciones pertinentes a las problemáticas regionales y nacionales en el área, desde un modelo de gobernanza fundado en la formación, vinculación, investigación, innovación y desarrollo”.
El camino recorrido, pero no terminado, nos ha dejado algunos saberes.
La interdisciplina sólo aporta cuando es necesaria: en caso contrario se convierte en una dificultad. Con esta frase se resume la reflexión sobre la potencialidad de la interdisciplina, pero también releva sus alcances y limitaciones.
La interdisciplina se construye: el sólo hecho de declararse interdisciplinario no es más que el manifiesto de una intención. La interdisciplina se construye con el tiempo y por sobre todo con la voluntad de las personas que creen esa estrategia y son capaces de ver más allá de los sesgos que cada profesión nos transmite en nuestros años formativos.
La interdisciplina requiere de un metalenguaje: si cada profesión tiene un lenguaje natural, una jerga específica, y que es fundamental en el desarrollo de esa profesión, entonces es requisito construir un metalenguaje que tienda a nivelarnos y a comprendernos mutuamente en este intento de construir interdisciplina.
La interdisciplina nos permite lograr diagnósticos más holísticos y soluciones más creativas: un aprendizaje muy interesante fue el descubrir que un diagnóstico sobre algún aspecto de la gestión del agua es relativamente parecido independientemente de la disciplina con que se observe. Dicho lo anterior, una valoración interdisciplinaria es claramente un avance significativo al incorporar la expertiz de cada disciplina. Respecto de las soluciones, el escenario es muy distinto, pues estas (soluciones) están estrechamente ligadas al origen disciplinario de cada interviniente, lo que implica que al sumar las visiones de los demás se construyen desenlaces tremendamente creativos.
Relevancia para la comunidad: la interdisciplinariedad permite abordar los problemas locales con mayor efectividad. Los problemas detectados resultaron ser muy complejos y difíciles de entender en profundidad, en consecuencia, una comprensión integral como la que proporciona la interdisciplina se transforma en un elemento muy valioso.
Para finalizar, la palabra gratitud refleja el sentir del equipo ejecutivo del proyecto y de los académicos y directivos colaboradores, agradecemos profundamente la oportunidad de ser parte de esta tremenda iniciativa y ponemos nuestra confianza en que el proyecto se fortalecerá y consolidará en el futuro, sin perder vista su objetivo institucional, el cuidado del agua y el bienestar de la comunidad regional.