Una vez más La Araucanía figura en el último lugar de la tabla. Esta vez en la medición global del Índice de Desarrollo Regional, que realizó el Instituto Chileno de Estudios Municipales de la Universidad Autónoma de Chile.

El análisis, que considera dimensiones como Educación, Salud, Bienestar Económico, Actividad Económica, Conectividad y Seguridad, reúne un total de 29 indicadores que buscan demostrar los niveles de desarrollo territorial desde una perspectiva multidimensional, en un ratio entre 0 y 1, donde cero es el mínimo y uno el máximo.

Así, y en términos generales, el estudio indica –a nivel global- que las regiones de La Araucanía y Maule –que habitualmente son las más vulnerables producto de los ingresos o la cantidad de gente en situación de pobreza e indigencia-, junto con Aysén, y Arica y Parinacota, son las que registran los niveles de desarrollo más bajos del país. Y como era de esperar, la Región Metropolitana encabeza la tabla.

Según el Idere, en Educación, La Araucanía ocupa el décimo lugar (0,646); en Salud, el puesto número 12 (0.493); en Bienestar Económico, el 14 (0.342); igual que en Actividad Económica (0.339); en Seguridad la región está en el séptimo lugar del ranking (0.719); y en Conectividad –tan importante en esta zona con alta ruralidad- ocupamos el último lugar (0.148).

Camilo Vial, director del Instituto Chileno de Estudios Municipales, Ichem, explicó que crearon el Índice de Desarrollo Regional, porque cada vez que se piensa en el desarrollo de Chile -a nivel comparado por ejemplo con América Latina-, se ven estándares muy altos en educación, en salud, en ingresos, etcétera. Así, Chile es uno de los países que siempre aparece en primer o segundo lugar del ranking.

“Pero así como en Chile tenemos altas disparidades en cuanto a desigualdad socioeconómica -ampliamente estudiada-, también tenemos muchas disparidades territoriales. No da lo mismo dónde nacer o dónde vivir, para disfrutar de este gran Chile de los ranking”, enfatizó el doctor en Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid.

En este contexto, el IDERE busca visibilizar las brechas y disparidades que se observan en el país y constatar cuáles son las dimensiones que más empujan o aletargan el desarrollo territorial de cada una de las regiones medidas.

De hecho, el estudio permitió determinar que en el centro y el norte del país –salvo Arica y Parinacota que es una región con niveles de desarrollo relativamente bajos y también Magallanes que tiene niveles de desarrollo relativamente altos-, se concentran los mayores niveles de desarrollo territorial. “Y en la medida que desde el centro se empieza a bajar hacia el sur, esos niveles de desarrollo territorial empiezan a disminuir”, dijo Vial.

POLÍTICAS PÚBLICAS

Humberto Salas, economista y docente de la Carrera de Ingeniería Comercial de la Universidad Autónoma de Chile, valoró el estudio que actualiza la información que existía desde 2013.

A su juicio, los resultados del IDERE reafirman la medición de la pobreza en La Araucanía y establecen déficits en la población, en términos de vivienda, trabajo, salud e inversión.

“Está actualizado y permite visualizar que los problemas persisten”, dijo el especialista, atribuyendo la baja evolución en los niveles de conectividad y variables socioeconómicas, a la alta población rural que existe en La Araucanía.

“Eso nos cataloga distinto comparativamente con otras regiones. Nuestra población rural es bastante acentuada y carece mucho de este tipo de necesidades no satisfechas”, enfatizó.

Finalmente, Salas destacó que estudios como el IDERE son un real aporte, “en términos de que es un insumo muy útil para incorporarlo en la política pública. Para identificar a las regiones con sus problemas específicos y en función de eso poder tomar o gestionar dichas políticas”, enfatizó.