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Héroes en el baúl

Publicado por: Claudio Nuñez | domingo 22 de mayo de 2022 | Publicado a las: 23:44

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“A 143 años de esta gesta de Prat y sus camaradas de armas, hecho que se estudia en todas las academias navales del mundo y que en Japón se venera como una de las tres batallas navales de mayores trascendencias, en el Chile de hoy es poco valorada”.

Escribe: Jorge A. Aguirre Hrepic, Profesor De Estado, Consultor en Inseguridad, Criminalista-Criminólogo.

Cada país, nación, tribu, grupo, club de lo que sea, poblaciones y las familias, tienen fechas simbólicas, donde conmemoran, celebran, festejan o lamentan hechos del pasado.

Es parte de la historia imborrable de los colectivos humanos y de cada persona en particular, empezando por la fecha del cumpleaños, donde incluso algunos discuten si es más valiosa la fecha del nacimiento o la de inscripción en el registro respectivo.

De antaño, cuando existían las tradiciones más conservadoras para algunos y un hombre y una mujer se casaban, se discutía cual fecha era más importante y se celebraba, o el matrimonio civil o el religioso de cualquier orden.

Otros celebraban la fecha de nulidad del matrimonio o divorcio conforme a los cambios de la ley.

No faltan, los que celebran la fecha de emparejamiento o rompimiento de una relación sentimental y son más los que en definitiva desconocen todo tipo de fechas asociadas a las lides del amor.

Como sea, las fechas poseen un contenido, un significado independiente de los niveles de importancia o relevancia, pero corresponden a hechos que han ocurrido, que existieron y no se pueden borrar, pero si olvidar.

Tan lejos llega esto que, en la actualidad, hay quienes cuestionan la fecha de la independencia de Chile, como si ellos hubieran estado presentes en aquella época, donde había que definir con escasos medios y todo en contra, sin considerar los contextos mundiales y regionales de lo que se vivía, sin tener en cuenta, las amenazas y riesgos que había que asumir.

En este sentido, hay quienes desconocen los hechos históricos, las guerras externas e internas, -que no son pocas-, que debió sortear y enfrentar Chile, para alcanzar meridiana estabilidad, la que por cierto siempre fue debilitada por la actuación del mezquino frente interno. Lo que ocurre hoy, entonces no debiera ser a excepción.

Sin embargo, en la actualidad es la excepción, fundamentalmente, porque pudiéndose mejorar las condiciones de vida armónica del país, con recursos, información, desarrollo y un contexto diferente, por el contrario, la deconstrucción cabalga como un jinete más del apocalipsis.

Más allá, incluso de determinadas fechas, que constituyen una suerte de línea del tiempo, -irreversible, por cierto-, sirven como antecedentes para recordar el origen de todo, pasando algunas a formar parte de las efemérides, que marcan el paso del tiempo. Es así que, para el descubrimiento de América, un 12 de octubre de 1492, no queda otra que confiar en la bitácora de la nave insignia de Cristóbal Colon y los registros posteriores en su cuenta a la corona española.

Luego, se instaura como feriado ese día como de la “Raza”, fecha que, bajo acuerdo político, quedó sin efecto. Así de simple.

Este hecho político, sentó un precedente adverso, que ahora es costumbre, es decir hay que cuestionar cualquier fecha, total está permitido y ahora a cambiar fechas de la independencia, combates y batallas, acontecimientos dolorosos pero históricos y lo que venga, todo permitido, incluso creando nuevos días conmemorativos de oficios, profesiones, celebraciones del día de la madre, conforme a la conveniencia, en el nombre de la nueva sociedad.

Una cosa no impide lo otro, pero la intransigencia se adueñó del escenario nacional, nada más.

Conforme a lo señalado, para que decir de aquellas personas que forjaron la patria, como criollos e indígenas, ante los ojos de los peninsulares que habiendo formado familia en estas latitudes, poco a poco fueron cediendo terreno, ante los avances de las nuevas ideas enarboladas por un mestizaje imparable que sentía el derecho de independizarse y buscar un nuevo camino, discutiendo, gritando, siendo sometidos y luego liberados, pero todo sin destrucción de la propiedad pública o privada, por lo menos no hay registros de tales hechos.

El abuso ha existido desde siempre, incluso los que reclaman han abusado de otros y los que parecen más débiles también lo han hecho, no hay frontera para aquello.

Pero el abuso más cruel, se vive hoy, donde la inconsistencia del discurso es la tónica, principalmente porque ha sido planificada allende las fronteras y ejecutadas por foráneos con la complacencia incomprensible de con nacionales.

Si la invasión hubiera sido hecha por sujetos con la talla, de Lord Thomas Alexander Cochrane, Ignacio Domeyko, Andrés Bello, entre otros, la situación seria muy distinta.

Si los hechos que nos atormentan hoy, fueran observados por Colipi, Caupolicán, Lautaro, Tucapel, Fresia, Quidora y Lemunao, que dirían al respecto. La fiereza de un enemigo o adversario, no borra la historia, por el contrario, ayuda a escribirla.

Todos sabemos de los conflictos entre José Miguel Carrera y Bernardo O’Higgins y la injerencia de la Logia Lautarina, que, si bien son hechos históricos, díganme ¿Qué aprendimos al respecto?

No pocas veces, cuando niño me trence a golpes con aquellos de decían que, Arturo Prat, no saltó al abordaje, sino que lo empujaron.

Como si la propia carta y testimonio del caballero del mar, como se conoció al Almirante peruano Miguel Grau, comandante del Huáscar, da fe de los acontecimientos ocurridos.

Quien puede contradecir que la gesta del 21 de mayo de 1879, día del combate naval de Iquique y de punta gruesa, tuvo varias significaciones y una de ella, es que cientos de chilenos, se enrolaron como voluntarios para combatir en la guerra del pacifico o del salitre, lo que significó un gran beneficio para Chile, del cual las nuevas generaciones de diversas formas, pueden disfrutar hoy.

A 143 años de esta gesta de Prat y sus camaradas de armas, hecho que se estudia en todas las academias navales del mundo y que en Japón se venera como una de las tres batallas navales de mayores trascendencias, en el Chile de hoy es poco valorada.

En realidad, la valoración es nula, ya que los pocos que lo hacen, observan desde un margen invisible, como si fueran bichos raros, con vergüenza de lo ocurrido.

El combate naval de Iquique, no es un pecado original, por el contrario, es la esencia mas pura del sublime amor a la patria y el cumplimiento de los deberes militares al rendir la vida por Chile.

Para los que veneran solo ideologías políticas asociadas a negocios y status, en el nombre del “pueblo”, esto ya no sirve, total no visualizan amenaza emergente de nadie, pero ante el menor riesgo de algo parecido a esos años, ojalá estén confesados previamente.

La mejor muestra y peor ejemplo, ocurre hoy en Temuco, – como en otros lugares-, donde el monumento público a Prat, fue violentado durante la crisis delincuencial de octubre de 2019, y ya no reposa en la plaza ubicada en la calle que lleva su nombre. Si, Prat ya no esta visible, ni sus mortajas de helado hierro se pueden mirar para rendirle los honores, que en derecho y moral se merece.

Ante su ausencia, este 21 de mayo de 2022, no fueron invitadas por la autoridad actual, las fuerzas navales que tradicionalmente desfilaban junto a las otras ramas como ejército, Fuerza aérea y Carabineros, los que por supuesto acompañados por los colegios, escuelas y liceos, más los ciudadanos, rendían el tradicional y patriótico homenaje.

Valparaíso, ciudad de controversias y conflictos, si estará presente y seguramente Iquique, pero en el resto de las ciudades.

Donde están aquellos viejos que cuando jóvenes rendían homenaje, seguramente sometidos por las nuevas generaciones que todo lo cuestionan sin haber pelado una papa.

¿Qué le pasó a Chile, donde está su alma, su razón de ser?

Al parecer no hay respuesta para aquello.

En mi caso, como siempre rendiré homenaje al insigne Prat y a sus camaradas de tres formas, con la lectura del nombre de cada héroe, cuatro campanadas a las 12 horas y mirare fijamente a la estrella solitaria en nuestro sagrado pabellón.

La pregunta es ¿Qué harán ustedes? 

Por de pronto, estoy cierto que seguirán saliendo del closet todo tipo de documentos, fechas, personas y constituciones, mientras tanto los héroes de la patria al baúl y no precisamente del recuerdo.

Viva Chile.

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