Publicado por: Claudio Nuñez | domingo 5 de enero de 2020 | Publicado a las: 13:04
Cuando en marzo de 2019 el senador PPD asumió la presidencia de la Cámara Alta, en el Gobierno hubo preocupación, cierto dejo de miedo. Es que se trataba del creador de la polémica frase de la «retroexcavadora», lo que marcaba un perfil más confrontacional (…) En Palacio jamás se imaginaron que el parlamentario sería un actor e interlocutor relevante en estos meses. No lo decimos nosotros, sino El Mostrador.
Diario Tiempo21
En las ahora soterradas aguas de los partidos de la centro izquierda regional, no siempre ha sido así. Ha habido instancias donde la discusión, análisis, contactos, se hacía de cara a la opinión pública. Al parecer, los apetitos personales, los sueños laborales y la conquista de sueldos del sector público muy atractivos, ha cambiado el sentido de la política.
En este caso, viejos militantes del partido socialista, recuerdan que en los 80 y 90, llegada a la JS un estudiante que, aun con su uniforme, se alistaba para participar en cuanta reunión había: despierto, atento que poco a poco comenzó a sacar la voz.
Al poco tiempo y luego de “medir” el potencial de sus rivales, quería ser dirigente y tenía opinión para todo; muy crítico de la estructura, pero que a los viejos no les llegaba, porque estaban acostumbrados a ser criticados por los jóvenes.
Jaime Quintana Leal –ese era el nombre- se destacó y pronto fue un destacado dirigente estudiantil, pero se sentía incómodo con la chaqueta del PS, porque no le daba más libertad para moverse a su entero gusto. Fue tanta de su disconformidad que renunció y se fue al PPD.
Allí quedó plasmada su personalidad: tremendamente trabajador, pero a su modo. Estudioso y eso le permite capitalizar al momento de imponerse sobre sus rivales y se fija derroteros para llegar a las alturas que se autoimpone. Por eso se fue del PS, porque no lo dejaban el camino libre para llegar a donde quería llegar. Las estructuras en el PS son rígidas y autoritarias. Nadie de ningún comunal está autorizado pasar por sobre ningún miembro de la directiva regional. Y el que quiera, que se vaya.
Eran los primeros años del 90 hasta que en el 94 llegó a la intendencia regional, cuando era parte de un grupo de jóvenes profesional del PPD, dispuestos a renovar las estructuras sociales, políticas y productivas de la región. Allí se quedó como jefe de gabinete del intendente regional.
En esos años conoció a la socióloga Susana Aguilera Vega, hoy alcaldesa de Vilcún. Y pese a que ambos tenían mucha cercanía con Temuco, él no olvidaba a su ciudad natal, Lautaro y siempre entró a la política por esa circunscripción. Lo que no sabemos, cuándo conoció y fue parte del entorno ideológico más cercano al también senador, Guido Girardi, un todo terreno del PPD, que atrae a tantos como tantos lo quieren ver solo de lejos.
En toda esa trayectoria, por lo que he sabido, se caracterizó por su lealtad y capacidad de guardar silencio cuando se lo piden. Aunque se molesten algunos camaradas pero cuando algún superior le pedía silencio, así lo hacía. Y su otra característica fue y que hasta hoy se le recuerda, rápidamente abandonaba algún grupo cuando no se hablaba de política. Eso dicen los que saben.
Pero todo eso son antecedentes personales que quedan –y muchos se olvidan- al poco tiempo. Pero en el caso del senador PPD, Jaime Quintana Leal, es que en el 2014 se mandó un párrafo que la derecha aun recuerda y que desde octubre debe recordar más aun, porque sintetizó todo lo debía venir y estalló en octubre de 2019: “Nosotros no vamos a pasar una aplanadora, vamos a poner aquí una retroexcavadora, porque hay que destruir los cimientos anquilosados del modelo neoliberal de la dictadura».
Y llegó la “Retroexcavadora”
Fue precisamente el 3 de enero de 2014 y el portal de Emol decía un titular: “Senador Quintana anuncia «retroexcavadora» contra modelo neoliberal” y en la bajada de título “El actual vocero del conglomerado, el senador Jaime Quintana (PPD) respondió así cuando fue consultado por las críticas de la Alianza por retiros de proyectos del ex presidente Piñera”.
Eran los meses del segundo gobierno de Michelle Bachelet y por supuesto la Nueva Mayoría quería imponer nuevas políticas y buscar la fórmula que permitiera terminar con el manejo de la política por parte de los grandes consorcios empresariales del país. Porque se reconocía que quienes mandaban eran los empresarios.
Hoy, se recuerda el trabajo que Quintana ha impulsado desde la presidencia del Senado, el segundo puesto político en importancia en el país y que ahora se le reconoce que este senador
El Mostrador, medio de comunicación que deja “estelas” en la política nacional porque además de estar muy bien informado, “pautea” con sus comentarios y análisis. El caso de Quintana es una de esas columnas que llevan e invitan a la reflexión. ¿Qué dijo el Mostrador?
“Cuando en marzo de 2019 el senador PPD asumió la presidencia de la Cámara Alta, en el Gobierno hubo preocupación, cierto dejo de miedo. Es que se trataba del creador de la polémica frase de la «retroexcavadora», lo que marcaba un perfil más confrontacional. Su llegada en momentos en que se discutían fórmulas para tratar de convencer a la oposición de dar viabilidad a las reformas gubernamentales, fue tema obligado de conversación, ya que era visto como una figura “conflictiva”. En Palacio jamás se imaginaron que el parlamentario sería un actor e interlocutor relevante en estos meses.
En el propio sector del presidente del Senado destacaron que, pese a que había esperanza de que fuera un factor de unidad en la oposición, para algunos de sus pares eso no ha sucedido, dicen que su par PPD actúa solo y no ha compartido los contenidos de las reuniones con el Gobierno e, incluso, afirmaron que si durante la presidencia del senador PS Carlos Montes hubo críticas, en la gestión de Quintana se han maximizado. “Por mucho menos la bancada del PPD se bajó de los almuerzos con el senador Montes, que lideraba el Senado”, aseguraron.
Las principales críticas apuntaron a lo que en la derecha es considerado un insumo: el dar viabilidad a las peticiones presidenciales en momentos de crisis. En sectores de la oposición cuestionaron que ha puesto en tabla proyectos –35 con discusión inmediata– que solo le interesan al Gobierno y que, a raíz de lo mismo, habría tensionado a la oposición en varias oportunidades. “Ha sido el principal aliado de Piñera en el Congreso”, acusaron.
Para varios en la oposición, el mejor ejemplo es la agenda de seguridad, cuando Quintana anunció la firma de un acuerdo en la materia entre la oposición y el oficialismo, pero que al final terminó en una carta de voluntades.
«Se hizo un acuerdo en materia de presupuesto, se fue a la Cámara de Diputados en donde lo rechazaron, cuando vuelve se hizo otro proceso de negociación, un nuevo anuncio y no se dio cuenta en la Sala del acuerdo, por lo tanto, el PS se bajó de la foto, solo participaron los integrantes de la comisión de Trabajo», agregaron. Los detractores de Quintana ha insistido en que la oposición «no ganó ni un centímetro» con su gestión este año.
Esa ha sido su característica siempre. Cuando logra construir una posición y está tranquilo con su reflexión política, sigue hacia adelante, aunque sea solo, pero no está dispuesto a detenerse bajo ninguna circunstancia para convencer a alguien, incluso dentro del partido. Tanto es así que hasta hace tres años se hablaba que en el PPD regional habían dos líderes: Tuma y Quintana, pero que después se sumó un tercero: Celis. Nunca, ninguno de los tres ha iniciado un proceso de diálogo interno para suavizar posiciones y potenciar el liderazgo. Nada de eso.
Para los analistas de El Mostrador, Hernán Leighton y Macarena Segovia, “Ni remotamente se les pasó por la cabeza, a ninguno de los dos, que en su ruta de este año tendrían que jugar un rol tan protagónico para intentar sortear el profundo cambio del escenario político que se generó a partir del estallido social del 18 de octubre. Más allá de las formalidades protocolares, pocas veces los presidentes de la Cámara de Diputados y del Senado han logrado ejercer un papel de real peso político en la coyuntura, algunas duplas han funcionado mejor y, otras, pasaron totalmente inadvertidas o dejaron un gusto amargo de desencanto en la boca. Pero la que conformaron durante el 2019 el diputado Iván Flores (DC) y el senador Jaime Quintana (PPD), no solo ha sorprendido transversalmente a muchos, sino que además no dejó a nadie indiferente.
Desde Chile Vamos celebraron el “republicanismo” que ha mostrado Quintana, mientras que parlamentarios de la oposición lo han criticado por pecar de “individualista y hermético”.
“He sido tremendamente crítico del Gobierno cuando ha habido que serlo, especialmente en materia de Derechos Humanos. No nos ha temblado la voz para hablar con claridad sobre cómo este Gobierno ha violado DDHH, según relatan los informes de organismos internacionales, pero tampoco se trata de pegarle al Gobierno todos los días, un Gobierno que además está desplomado desde el punto de vista del apoyo ciudadano. El Senado tiene que ser un actor que ayude en la conducción, en el encauzar la crisis y no profundizarla”, se defendió el mandamás de la Cámara Alta.