Publicado por: Claudio Nuñez | sábado 29 de agosto de 2020 | Publicado a las: 10:48
Dice el ex diputado y parlamentario “que el Estado desde su fundación ha reconocido a la nación mapuche y luego ha usurpado sus terrenos, cosechas, su cultura, costumbres, tradiciones y su patrimonio. Hay tenemos una deuda muy grande como Estado”.
“No digo que sea posible volver 150 años. Lo que digo es que podemos llegar a un acuerdo -no con los violentistas- sino con el pueblo mapuche respecto a cómo el Estado repara el mal causado.
“De la misma manera en que no comparto la violencia por cualquier causa aunque sea muy justificada como en el caso mapuche, tampoco lo comparto en el caso de las demandas sociales legítimas y justas”.
-Huenchumilla candidato presidencial: “Me parece muy bien. Es una gran oportunidad que como región tengamos a un senador de los nuestros (…) que podríamos tener como Presidente de la República, ¡sería espectacular eso!
Héctor Cárcamo Millar
Conversar con Eugenio Tuma Zedán resulta fácil. Porque basta un té y un café –dejó de fumar hace como 15 años o más- y el tema de la reunión es inevitable: su larga experiencia reunida en cuatro períodos como diputado (1994-2010) y un período senador (2010-2018), señala que su opción de vida fue la política.
Su renuncia a participar en las elecciones por un segundo período en la cámara alta, es uno de los secretos mejor guardados y los muy pocos que lo saben no abren la boca. Algún día se sabrá, pero dicha decisión dejó a su partido y a la fenecida Nueva Mayoría sin la el panorama de tener tres senadores en La Araucanía, permitiendo la irrupción de la tríada de Chile Vamos.
Ingeniero comercial y contador auditor tiene la vitalidad de un iniciado en política, dicen quienes lo han seguido en sus campañas. Desde joven se aventuró en la política porque su ADN está marcado por su padre, Juan Tuma Masson, que fue diputado y destacado hombre del comercio y líder gremial.
Pero su tema es la política y cuando tomó la opción de no postular por un nuevo período en el Senado, dijo a Tiempo21 que su opción era ser gobernador regional, antes que continuar como senador. Militante del PPD donde ingresó en 1986 luego de renunciar al “glorioso partido de los Matta y los Gallo, el PR.
En 2018, cuando fue entrevistado por este medio, dijo que “No me tiembla la mano: digo que hay terrorismo” y se lanzó señalando que sería el primer candidato a gobernador regional. Su afirmación originó debates, protestas y reclamos de amigos y enemigos, de conocidos y desconocidos pero se mantuvo en su pensamiento y de ahí no se ha movido. Han pasado dos años y quisimos conocer de la otra pandemia que sacude a nuestra región: la violencia, que ha llevado a un paro de los camioneros. Pero también nos interesaba conocer su opinión respecto a los temas de la política nacional.
La raíz del problema
¿Cuál es su opinión respecto al tema de la violencia que reclaman fundamentalmente los camioneros?
-Todos los gobiernos se han hecho cargo de comentar y perseguir los actos de violencia. Pero hay un acto que el Estado desde su fundación ha reconocido a la nación mapuche y luego ha usurpado sus terrenos, cosechas, su cultura, costumbres, tradiciones y su patrimonio. Hay tenemos una deuda muy grande como Estado. Si no vamos a la raíz del problema, el problema no se va a resolver. Tiene que llegar el minuto en que un gobierno asuma una política de estado que vaya a la raíz del conflicto y esté disponible para hacer una reparación. No digo que sea posible volver 150 años. Lo que digo es que podemos llegar a un acuerdo -no con los violentistas- sino con el pueblo mapuche respecto a cómo el Estado repara el mal causado.
¿Y cómo iniciamos el camino hacia la paz?
-Dando el primer paso de muchos peldaños. Si esto no se resuelve en un gobierno, ni en dos ni en tres. Pero tiene que comenzar con pasos distintos. No ha dado resultados la persecución a las demandas indígenas. Por muy legítima sea la causa mapuche, no existe justificación para la violencia y por lo tanto, hay que erradicar la violencia y marginar a los violentos, pero al mismo tiempo hay que avanzar en una política de Estado que se pueda entender con el pueblo mapuche y pueda reconocer que el Estado está en deuda, no solo con los mapuches de La Araucanía sino que haga un plan de reparación de mediano y largo plazo para iniciar el camino el camino de la paz.
-No vamos a conseguir el camino a la paz con otra medida que no sea el diálogo pero fundado en el reconocimiento y un plan de reparación del daño. Pero la violencia no tiene ninguna justificación y –por lo tanto- hay que perseguir y condenar los actos de violencia.
El diálogo y el reconocimiento de la deuda del estado chileno con los pueblos originarios ha sido la bandera que ha levantado el senador Francisco Huenchumilla, siendo señalado como una postura seria y cierta, quien se ha opuesto a medidas como el estado de sitio pedido por políticos de derecha.
-Quienes opinamos que el estado tiene que cambiar su política, no tenemos la fuerza y la capacidad para lograr que quienes tienen el poder, cualquiera que sea, de centro, izquierda y derecha, se convenza que es un tema elemental mirar las raíces del conflicto. Por tanto, tiene que haber un cambio de la política del Estado y hasta ahora no la ha habido, no obstante que algunos señalamos que es necesario dar esa mirada, no ha cambiado la política pública del Estado. No obstante que fuimos gobierno, incluso el propio senador Huenchumilla fue ministro, no ha logrado mover la aguja ni yo tampoco como senador, ni muchos que pensamos distinto. Este tema tendría solución en la medida que quienes tienen el poder se convenzan que al pueblo mapuche el gobierno se convence que al pueblo mapuche hay que darle un nuevo trato y hay que reparar el daño causado. Hasta ahora ha habido opiniones pero no ha habido solución con una política de estado y no la habrá en la medida que no se mire el origen del conflicto.
A las demandas ciudadanas después de octubre de 2019, hoy el Estado no ha dado respuestas.
-Ahí hay que separar dos temas. Una son las demandas de la población del país, en relación a lo injusto que ha sido el trato en materias de salud, educación, acceso a servicios básicos y en materia de abusos de los derechos de los consumidores. Pero de ahí a incendiar bienes que son de la comunidad; a que se atente contra la seguridad de las personas y de los espacios públicos, hay un trecho bastante grande. De la misma manera en que no comparto la violencia por cualquier causa aunque sea muy justificada como en el caso mapuche, tampoco lo comparto en el caso de las demandas sociales legítimas y justas. Si no somos capaces de conservar la conversación o el diálogo entre distintos sectores que tienen miradas diferentes, no vamos a ser capaces de resolver los temas que la ciudadanía reclama con toda justicia y legitimidad.
Uno de los temas que se han planteado, es que nosotros y la política, es que cambiando la Constitución vamos a resolver los temas. No, cambiando la Constitución no vamos a resolver los temas que se demandan hoy. Son dos vías paralelas: una cosa es cambiar la Constitución para que el Estado tenga un rol distinto en materias de bienes básicos como la salud, la educación, viviendas, los derechos de aguas. Otra cosa es que nosotros cambiemos también las normas para lograr que el Estado tenga un rol preferente de acción en esos ámbitos. No puede seguir siendo el Estado subsidiario y que solo actúa después que actúan los privados. Sino, vaya usted si encuentra una hora en el sector público de salud para una intervención quirúrgica. Tiene que esperar años. Pero vaya a una clínica privada, seguramente encontrará alguna solución pagando. ¿Quién paga eso? Muchas veces paga el Estado. Hay un mercado no regulado, donde se pagan precios abusivos. El estado debería ocupar esos recursos para fortalecer la salud o educación pública. Estamos gastando los recursos de todos los chilenos en fortalecer los negocios privados. Y eso es porque la Constitución establece la subsidiaridad. La gente dice ¿qué tiene que ver la Constitución? Cierto, cambiándola hoy no resolvemos el tema, pero en un plazo determinado vamos a ver que el rol del Estado va preferentemente a acudir a resolver los temas ciudadanos.
Críticas al poder político
-Ocurre que la propia Constitución establece un equilibrio de poderes que es un desequilibrio. Cuando la Constitución estableció el sistema presidencial donde tiene prácticamente un monarca, un rey, que todo lo decide; el Parlamento no decide nada. Solamente el poder ejecutivo a través del Presidente de la República tiene toda la iniciativa. Esa es la Constitución de la dictadura.
Pero dicen que la última firma es la que vale, la de Ricardo Lagos…
-No, porque Ricardo Lagos firmó lo que podía firmar, desde luego, en las condiciones políticas que había para modificar la Constitución. Pero no estaban las condiciones para aprobar avances más sustantivos como el cambio de rol del estado. Jamás, jamás en los tiempos de Lagos habríamos contado con los votos necesarios para reformar la Constitución en materias como la subsidiaridad.
Los resultados del 10%
Uno de los temas que ha sorprendido a los chilenos, fue el retiro del 10% de quienes tienen en las AFP’s sus recursos para las futuras pensiones. ¿Esperaba ese resultado?
-Te confieso que no. Pensé que era un volador de luces, un imposible, porque tiene que ver con la disponibilidad de los fondos, son pocos los que están ahorrados y si vamos a sacar de esos fondos más difícil será asegurar pensiones dignas. La demanda de hoy, luego de la pandemia, del endeudamiento, del encierro, de la falta de recursos, para alimentarse y sobrevivir de muchas familias es el único ¡el único! ahorro forzoso que tienen y es el que puso Pinochet con el tema de las AFP’s. Entonces en su desesperación hubo que acoger la demanda ciudadana en orden a aliviar su situación permitiendo que retiren una parte de esos ahorros. Pero –lo anuncié hace algunas semanas- que una vez abierta esa ventana se va abrir nuevamente cuando en su desesperación, sea necesario.
Pero también como una medida populista…
-Bueno, pero no estamos exentos de medidas populistas pero hay que mirar con objetividad cual es la situación. ¿Necesitamos un sistema previsional que asegure pensiones dignas? Sí. Lo que hay que hacer y hace tiempo que había que hacerlo, es mirar cómo reformamos el sistema previsional.
Bachelet y Comisión Bravo
La última propuesta que hizo Michelle Bachelet ¿aún es válida?
-No. Es insuficiente. Fui crítico de la propuesta de la Comisión Bravo. Fui presidente de la comisión que propuso la reforma previsional. Ahí está historia y los documentos y se la entregamos a la Presidenta Bachelet como resultado de un estudio que hizo la comisión del Senado que presidí, porque yo había presentado la iniciativa. Algunos que entrevistamos señalaban que les gustaba el sistema de AFP’s, porque a lo mejor tenían buenas cotizaciones y proyección. Dijimos que a los que quería seguir con las AFP’s, que sigan con ese sistema, pero permítanle al resto la libertad de elegir y por tanto, hay que hacer una reforma previsional donde se ofrezca una alternativa a los trabajadores de Chile respecto adónde va a invertir su plata, para los efectos de garantizar no un sistema previsional como las AFP’s sino un sistema integral de seguridad social y eso es un tema pendiente. Con la Presidenta Bachelet el gran avance que hubo fue garantizar las pensiones solidarias. Antiguamente las personas mayores de edad estaban abandonadas y recibían una pensión, en ese tiempo, del orden de 39 mil pesos. Para recibir aquello tenían que ponerse en una fila y esperar que muriera un pensionado con pensión asistencial como se llamaba, para poder postular a ser incluido en esa lista. Lo que reformuló la Presidenta fue muy necesario porque permitió aumentar la pensión y abrir la puerta para que todos los que cumplieran el requisito de la edad y las condiciones de necesidad, tuvieran derecho a una pensión básica solidaria. Pero eso no resuelve el tema de fondo: cómo garantizamos un sistema de seguridad social para todos los chilenos, para que al final de su vida laboral pudieran recibir una renta que les permita vivir con dignidad.
Pero con aportes del trabajador, del empleador y del Estado…
-Acuérdate que el antiguo sistema previsional –no estoy diciendo que volvamos al antiguo sistema de reparto- lo que estoy diciendo que el antiguo fondo se conformaba con las cotizaciones exclusivamente del empleador. Luego eso terminó y les dijeron a los trabajadores en lugar de descontarle el 20% -porque les descontaban a los trabajadores- pero (aparecía) como puesto por el empleador. En buenas cuentas, aun cuando semánticamente aparezca aportando el trabajador, en la relación de precios que hay en el mercado laboral que hace la remuneración que recibe el trabajador. Lo que hicieron fue aumentar el líquido del trabajador cuando lo engañaron diciéndole que va a recibir un 10% más… porque pondría (para la previsión) un 10% y no un 20% como era antes. Lo que ocurrió que los empleadores dejaron de pagar y los trabajadores de contribuir al fondo. El Estado también estuvo muchos años sin contribuir al fondo. Por tanto, es mezquino el fondo que se logró y mucho más mezquinas son las pensiones que se han logrado (…) lo que sí es cierto, es que los fondos están ahí pero son absolutamente insuficientes para garantizar buenas y dignas pensiones.
Caballo de Troya
Lo felicito. Usted como socialdemócrata tiene un nuevo militante progresista, porque Joaquín Lavín dijo que era social demócrata…
-Creo que Joaquín Lavín está acomodando sus posturas en función de sus necesidades de tener un triunfo electoral presidencial. No lo tuvo ni en el Senado, como tampoco en la presidencia. Joaquín Lavín sabe que para ser presidente tiene que tener mayorías y para eso tiene que contar con apoyo de diferentes sectores, no le basta la derecha pura. También necesita del centro y de parte de la centro izquierda para poder ganar. Por eso ahora se está acomodando. En un momento también dijo que era bacheletista y ahora está diciendo que es social demócrata cuando sigue perteneciendo a los libros de la UDI y a sus principios básicos. Y la UDI tiene un caballo de Troya: Joaquín Lavín. La UDI quiere ser gobierno con un presidente de sus filas pero usando un caballo de Troya para hacer creer que estamos frente a un líder del progresismo, cuando está lejos de ser eso.
¿Cree que se anticipó la carrera presidencial con la aparición de este candidato?
-La verdad es que se anticipó porque el Presidente Piñera dejó de ser Presidente. Está con el fenómeno del “pato cojo” más que ningún otro presidente. No está resolviendo los temas de los ciudadanos chilenos.
Incluso algunos afirman que la situación de Piñera es tan delicada que a lo mejor no podría terminar su período…
-No volvamos a cometer lo que hicimos en un momento determinado, cuando se interrumpió la democracia porque algunos sectores así lo quisieron. Hay que respetar la democracia y que termine su periodo de cuatro años. Pero desde el punto de vista político y de dirigir la política nacional, está terminado. Pasó la oportunidad. Piñera sólo está ejerciendo el mandato porque así fue elegido.
Huenchumilla, espectacular
¿Qué parece que organizaciones comunitarias del país y de La Araucanía, están apuntando a Francisco Huenchumilla como candidato presidencial?
-Me parece muy bien. Es una gran oportunidad que como región, tengamos a un senador de los nuestros, un experimentado político que conoce el territorio y las necesidades de La Araucanía, que podríamos tener como Presidente de la República, sería espectacular eso. Esperamos que tenga éxito en la campaña puesto que el tener un Presidente Mapuche es una aspiración no solo de los que no somos mapuches, sino de todo el pueblo mapuche. Es de esperar que a través de ello pueda hacerse una política de Estado frente a La Araucanía y los pueblos originarios. Pero eso tiene que ver con apoyos transversales.
La figura de Lavín crece porque no aparecen otros candidatos de la derecha…
-La derecha no tiene pero tampoco nosotros por la falta de unidad. Necesitamos un programa que nos una; un programa que recoja el sentir ciudadano. La manifestación del 25 de octubre, donde más de 1 millón 200 mil chilenos marcharon por mejor previsión, educación, salud, son temas que tienen que ser resueltos, atendidos. Huenchumilla sería un muy buen candidato sin perjuicio…
¿Y cuándo nominan a Eugenio Tuma como candidato a gobernador regional?
-Espero que los partidos sigan procesando y ojalá rápidamente y más temprano que tarde, la nominación de quienes serán sus candidatos o quienes vamos a ser candidatos… a gobernadores, alcaldes. La verdad es que la pandemia atrasó las conversaciones de tipo político electoral. Pero estamos encima de un proceso electoral que se viene encima a partir del plebiscito y eso ha precipitado las conversaciones en los partidos para saber quiénes serán los candidatos no solo a alcaldes y concejales sino el candidato presidencial que representará a la oposición.