A un año de la declaración del estado de pandemia por Covid-19 por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mayoría de las rutinas asociadas al mundo laboral han cambiado profundamente. Considerando la compleja situación generada a raíz de la crisis socio-sanitaria, gran parte del año laboral 2020 consistió en improvisar y adaptar nuestro diario vivir al contexto de crisis sanitaria, por lo cual durante este año 2021 se esperan implementar medidas e infraestructuras que garanticen el bienestar laboral y la salud física de las personas trabajadoras.

En este contexto, conceptos como conciliación y bienestar laboral, salud mental, desconexión digital y fatiga pandémica, son algunas de las temáticas que se han posicionado en el centro de las preocupaciones de las organizaciones, buscando garantizar el bienestar laboral y mental de las personas trabajadoras en modalidad online.

Con el propósito de resguardar la salud de aquellas personas que volverán a las oficinas en modalidad presencial, se están incorporando nuevas modalidades organizacionales y medidas preventivas, como, por ejemplo, la reserva de espacios dentro de la oficina, la implementación del “one way”, para no cruzar caminos con otra persona, la incorporación de purificadores de aire en las oficinas, entre otras medidas. En este sentido, se visualiza que las personas muestran interés por el retorno a las oficinas, pero utilizando modalidades flexibles donde cierta parte de la jornada laboral se realiza desde el hogar y otra en los espacios físicos del trabajo.

Para Cristian Bastidas Navarrete, coordinador de la Unidad de Vigilancia Tecnológica del IDER UFRO, la experiencia y estudios acumulados durante este año de restricciones al desplazamiento “evidencian un aumento de horas trabajadas por parte de los trabajadores a distancia, donde gran parte de ese exceso se consideró innecesario pues se deben principalmente a reuniones y videollamadas, identificándose el concepto de “fatiga zoom” que se origina cuando se hace una reunión tras otra dada la factibilidad técnica pero que origina un cansancio enorme para las personas trabajadoras. Asimismo, se visualiza que las principales dolencias experimentadas por los empleados mientras trabajan desde sus casas han sido ojos cansados, dolores de cabeza y de espalda. A lo anterior se suma los problemas de salud mental que han afectado tanto a trabajadores a distancia (por el estrés del trabajo sumado a la conciliación doméstica), como a trabajadores que han debido seguir desempeñando sus funciones de forma presencial (dado el miedo al contagio por el desarrollo de sus actividades)”, enfatiza.

Entre enero y noviembre de 2020, se puede establecer que la región de La Araucanía nominalmente fue la sexta región – sin considerar la región Metropolitana –  con más accidentes laborales, lo cual está fuertemente asociado a actividades económicas como son la Construcción, Industria Manufacturera, Silvoagropecuario, Comercio, Transporte y Logística.

Entre 2017-2019, al contemplar el tipo de enfermedades profesionales diagnosticadas y calificadas como laboral en La Araucanía, destaca fuertemente las asociadas a la salud mental, englobando un 62% de las mismas, siendo la tercera región con una proporción mayor de enfermedades de este tipo, según los datos de las mutuales. Por otro lado, siguiendo estos datos la región se posiciona como novena con más enfermedades de tipo musculo esqueléticas, con un 15% del total de sus enfermedades laborales.Asimismo, cabe relevar que, según los datos nacionales de la SISESAT, los trastornos de salud mental de origen laboral, incluyendo las que dan el alta inmediata, son concentradas en un 69% por las mujeres, lo que se suma a la conciliación doméstico-laboral y el fenómeno de la doble presencia, mientras que los musculo esqueléticos concentran un 80% de fuerza laboral masculina.