Un informe reciente de la UNESCO, titulado “Behind the Screens” y publicado el 26 de noviembre de 2024, ha puesto de relieve una alarmante realidad sobre el impacto de los influencers en la información que circula en redes sociales. Según este estudio, el 62% de los creadores de contenido digital no verifica sistemáticamente la información antes de compartirla, lo que representa un riesgo significativo para la propagación de desinformación en temas tan delicados como la política, la salud pública y los desastres naturales.

El análisis, realizado en colaboración con la Universidad Estatal de Bowling Green, abarcó a 500 influencers de 45 países y 8 regiones lingüísticas. Entre los hallazgos más preocupantes destaca que muchos creadores evalúan la credibilidad de una publicación basándose en métricas superficiales como los “me gusta” (41,6%) o la confianza personal en otras figuras digitales (33,5%), mientras que solo el 17% prioriza la documentación que respalda la información.

Falta de formación y motivaciones cuestionables

El informe revela una preocupante falta de formación en los influencers: apenas el 13,9% ha participado en programas educativos sobre verificación de información, y un 59% desconoce las regulaciones internacionales sobre comunicación digital. A esto se suma que, aunque un 26% afirma compartir contenido para educar a su audiencia, el 23,8% lo hace por ingresos económicos y el 23,4% por entretenimiento, evidenciando tensiones entre responsabilidad social y objetivos comerciales.

Respuesta de la UNESCO y soluciones propuestas

Para abordar estos desafíos, la UNESCO ha lanzado un curso global en colaboración con el Centro Knight para el Periodismo en las Américas, en el que ya participan más de 9.000 personas de 160 países. Este programa busca dotar a los influencers de herramientas para verificar y compartir información de manera responsable, mientras se fomenta la colaboración con periodistas para fortalecer la integridad del ecosistema digital.

El informe concluye con un llamado a la acción: reforzar la alfabetización mediática y proporcionar recursos educativos accesibles para los creadores de contenido. En un mundo donde los influencers moldean la opinión pública, garantizar la calidad y veracidad de la información compartida es más crucial que nunca.