Publicado por: Claudio Nuñez | lunes 19 de abril de 2021 | Publicado a las: 12:42
Hombres y mujeres se enfrentan a lo mismo: con el paso de los años, comienzan a adquirir las señales del envejecimiento. De hecho, uno de los signos más notorios y a simple vista son las arrugas faciales y decaimiento del rostro; pérdida de volumen alrededor de los ojos, mejillas y mentón.
Durante años, se creyó que esto se debía exclusivamente a la flacidez de los tejidos que cedían a raíz de la gravedad, no obstante, un estudio publicado en la revista médica, Plastic and Reconstructive Surgery, perteneciente a la Sociedad Estadounidense de Cirujanos Plásticos (ASPS), determinó que el verdadero culpable del envejecimiento facial sería la pérdida de grasa, tanto cerca de la superficie de la piel como en áreas más profundas. Médicos del país norteamericano, estudiaron a un total de 19 pacientes a los que se les realizaron tomografías computarizadas de la cabeza en dos ocasiones distintas de sus vidas, con diez años de diferencia como mínimo.
Según el presidente de la Sociedad Chilena de Cirugía Plástica (SCCP), el doctor Claudio Thomas, en el caso del rejuvenecimiento facial, “para intentar alcanzar el aspecto de un rostro joven, además de los procedimientos quirúrgicos, debe usarse el reemplazo de volumen. La transferencia de grasa (injerto mediante el uso de cánulas especiales para este procedimiento) se han utilizado ampliamente en muchas intervenciones de cirugía plástica facial, tanto reconstructiva como estética. Los injertos se utilizan en el plano subcutáneo o par profundo; en plano submusculares o cercano a nivel óseo y tiene ventajas significativas versus el uso de rellenos químicos”.
Lo que siempre debe evitarse porque tiene complicaciones inflamatorias permanentes en todos los tejidos, es el biopolimero (silicona líquida o en gel) así como otros derivados del sílice, el que es un mineral y produce inflamación al ser inyectado dentro del cuerpo”, advierte el también miembro de la ASPS.
Sobre las conclusiones del estudio
Las indagaciones demostraron ser útiles para medir los cambios en los depósitos de grasa en la parte media de la cara, precisamente en el área entre los ojos y la boca, con el paso del tiempo. Los pacientes tenían un promedio de edad de 45 años aproximadamente al inicio y cerca de 57 años en el seguimiento.
Se estableció que el volumen total de grasa facial disminuyó de aproximadamente 46 cc en la exploración inicial a 41 cc en la segunda ocasión: una reducción de aproximadamente el 12%. Sin embargo, la cantidad de reducción no fue la misma en todos los niveles. El volumen de grasa en el compartimento superficial, justo debajo de la piel, disminuyó en un promedio del 11%. Eso en comparación con una reducción promedio del 18% en el compartimento de grasa facial más profundo.
Los resultados mostraron una pérdida definitiva y medible del volumen de grasa del tercio medio facial. Los hallazgos proporcionan evidencia directa para respaldar la teoría de la «pérdida de volumen» del envejecimiento facial y pueden ayudar a comprender algunos de los problemas específicos que llevan a los pacientes a buscar el rejuvenecimiento de su rostro.
Cabe recordar que ante cualquier tipo de procedimiento, el doctor Claudio Thomas, recomienda que el paciente debe asegurarse de contar con el servicio de un cirujano certificado, con la debida formación académica en la especialidad médica de Cirugía Plástica en todas las áreas reconstructivas y estéticas. “Es importante recordar el triángulo de la seguridad: cirujano plástico certificado, recinto autorizado y paciente informado, y así evitar mayores riesgos, asegurándose de estar en buenas manos”, agregó el timonel de la SCCP.