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Opinión

El resultado dará lo mismo

Publicado por: Claudio Nuñez | domingo 1 de mayo de 2022 | Publicado a las: 14:06

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En Chile, copia feliz del edén, desde hace años las ferias de expectativas ofrecen todo tipo de productos y servicios, donde los feriantes y comerciantes del mercado del asistencialismo, equidad, igualdad, gratuidad y aristocracia, usando sus mejores caretas, vociferan las gangas y bondades de las especies que prometen.

Escribe: Jorge A. Aguirre Hrepic, Profesor de Estado, Consultor en Inseguridad, Criminalista-Criminologo.

El hecho de generarse expectativas de todo orden, es gratis, no se paga arriendo ni impuestos, así de simple.

El problema es cuando esas expectativas, llevan a establecer la posibilidad de conseguir algo, sea un derecho, un empleo, una herencia, un beneficio y tener la esperanza de poder realizar o alcanzar algo, de cualquier naturaleza.

La agravante principal, es cuando hay personas que se dedican a diseñar expectativas para un tercero o grupos de personas y porque no decirlo a la sociedad entera.

En este sentido, a través de los tiempos, los profesionales de la generación de expectativas son los políticos a nivel mundial, para lo cual, si bien no existe un campeonato para tales efectos ni organización formal que los evalúe, se olfatean, se juntan y comparten experiencias. Otros copian las estrategias foráneas, intercambian experiencias e ideologías y preparan los escenarios para implementar contra viento y marea, las teorías conducentes a llevarlas a la práctica.

En Chile, copia feliz del edén, desde hace años las ferias de expectativas ofrecen todo tipo de productos y servicios, donde los feriantes y comerciantes del mercado del asistencialismo, equidad, igualdad, gratuidad y aristocracia, usando sus mejores caretas, vociferan las gangas y bondades de las especies que prometen.

Los incautos recurrentes sobran, hacen nata y recurren a todas las formas de llamar la atención para ser eclipsados por los verdaderos encantadores de serpientes que ofrecen de todo, incluso de lo que no disponen y que tienen guardado en las bodegas de la intriga.

Como sea, se explota lúdicamente la idea de que todos pueden alcanzar sus expectativas sin el menor esfuerzo, están todos invitados al almuerzo de los “vivos”. Los tontos deben seguir con la marca de ganarse la vida, mediante el sudor de la frente.

La vía rápida, es la nueva estrategia para conseguir los objetivos personales y grupales, para esto sobran organizaciones.

No hay que perder de vista que existen necesidades humanas reales, como acceso a vivienda, alimentación, salud y educación, pero el fin justifica los medios.

Es aquí donde fallaron Estado y Gobiernos de turno, de tanto mirarse el ombligo, perdieron la visión y dejaron de preocuparse de forma responsable de la gente y sus problemas, solo interesaba el poder por el poder.

Para acceder al poder, se debe hacer en forma democrática por cierto y esto es a través del “voto”.

¿Pero, cómo se consigue el voto?

Ahí está el punto, todo vale, no interesa la capacidad, preparación ni competencias, el mejor verso, la mejor campaña, la mayor cantidad de dinero o el apoyo de un partido político, configuran la estrategia para lograr mayor cantidad de votos, salvo que mande la doctrina de los pactos y ahí, la sumatoria cambia, personas con menos votos pueden alcanzar los cargos y si alguien no sale elegido y está bien conectado, por último se afirma de una embajada, entre otros puestos.

De esta forma, nunca avanzara Chile, y menos se cumplirán las expectativas de la plebe.

El otro elemento gravitante, es el canto de sirena que confunde todo, cuando entonan la canción epopéyica, de “se viene el cambio” y aquí como dice el dicho popular, “todos agarran papa”. Hay que sumarse al equipo ganador, algo quedará.

Ergo, sigue perdiendo el populacho conocido como “pueblo”.

Después tenemos otro indicador que embriaga y es el principio de la juventud, total los viejos tuvieron su oportunidad, y aunque parece razonable, se recurre a la inmadurez para la defensa de los nuevos líderes, y el exceso de malas experiencias por parte de los más antiguos, es la mezcla perfecta, para que nadie se dé cuenta y aparezca un nuevo orden, dando lo mismo su dirección.

Lo expresado, tantas veces a través de Tiempo 21, por varios años, nos lleva a observar como repetidamente se cae en el mismo derrotero ineficiente de la conducción del país, donde las expectativas fijadas no se cumplieron y ahora menos se cumplirán.

La inspiración general es que se cumpla todo lo ofrecido, pero es un imposible ya que las promesas se hacen sin medir las formas de cumplir, interesa el resultado de la elección y luego en el camino se arregla la carga. Más de lo mismo.

Las intenciones pueden a veces ser buenas, pero los que componen la familia política, no siguen el compás ni el ritmo del líder y muchas veces atornillan al revés, así de claro.

Al tratar de deducir convenientemente los cambios esperados, muy sentados están los contribuyentes y público en general, mirando los últimos acontecimientos y los que vendrán.

Las expectativas en seguridad y todos los ofrecimientos, asesinaron la esperanza de la gente a nivel nacional, los delitos crecen como la espuma, y los especialistas en campaña, parece que colgaron los botines.

Para estos efectos, el ingrediente principal fue hacer comentarios antes de asumir el control del país, – si es que lo hay-, luego los nombramientos de confianza alejados de las competencias reales y seguidamente las medidas populares, que se constituyeron en malas señales, que generaron carencia de normas y debilidad en la apreciación y análisis de los observadores de la maldad, quedando con el camino libre.

Resulta tedioso repetir los hechos de muerte, incendios, lesionados, daños, ataques, amenazas, amedrentamientos y de todo lo que pasa en un Estado fallido. La escalada no tiene límites.

Al cierre de esta edición, se pueden contabilizar medio centenar de camiones, máquinas y camionetas quemadas, casas y daños a la propiedad pública y privada. Lo que es lamentable pero esperable.

La lógica subversiva funciona en los hechos sin considerar las expectativas de nadie. Menos de las autoridades.

Al visualizar el comportamiento de las autoridades, ha habido de todo y el humor formal de los artistas ha sido cauto, lamentablemente ya no existe la revista de sátira política “Topaze”, quienes habrían hecho suculentos chistes, ya que ellos no recibirían “bonos” de ayuda.

El bochorno público es parte del paisaje, no hay vergüenza, incluso algunos en horarios de trabajo – como autoridades- andan en campaña permanente de influencia política, induciendo al voto “apruebo” y los menos desde la trinchera contraria invitan al “rechazo”, pero de qué.

¿Qué es lo que hay que aprobar o rechazar?

La verdad, un “condoro” más de la clase política, que en un acto de desesperación crearon un acuerdo transversal, generaron la expectativa de que el cambio de todo pasaba por destrozar la constitución actualmente vigente y hacer una nueva, la que una vez firmada, por acto de magia, Chile sería un santuario al estilo de Shangri-la.

Es aquí donde hemos sido testigos de las más variadas maniobras de manipulación a todo evento, sin límites, sin sonrojarse, y los constituyentes, -dignos representantes del pueblo-, han creado como nunca a través de una mala copia de otros países, un engendro que veremos cómo se desarrolla. Aquí es donde se conflictúa los conceptos de apruebo o rechazo.

Todos opinan, desde de diferentes posiciones y conforme a sus propios intereses, pero quien piensa en Chile y las nuevas generaciones. No da ni para pregunta. Nadie.

Bueno, en realidad unos pocos piensan en buena lid, pero son atacados con todo.

Lo que, si hay que tener súper claro, es que el resultado del plebiscito de salida, da lo mismo, gane el apruebo o el rechazo, no es parte de las expectativas de los terroristas, si terroristas no hay que tener temor a decirlo, ya que eso son.

Hay que entender si, que los terroristas para algunos son salvadores e idealistas y para otros delincuentes por ideología o convicción. En todo caso predomina el terror, ¿o no?

Para el terrorismo, en continua expansión en Chile, la constituyente y la nueva Constitución les da los mismo, es irrelevante.

Mientras la mayoría discute que votar, ellos seguirán funcionando y ganando experiencia, surgiendo nuevos grupos, vendiendo la pomada de las ORT (organismos de resistencia territorial), recuperaciones de todo, incluso de Chile entero, engulléndose a otras etnias o grupos, total el chancho esta tirado sobre la mesa y solo hay que comérselo.

Que quede constancia en autos, sobre la nueva Constitución, con autonomías, paridad de género, des colonialismo y plurinacionalismo incluido, al terrorismo, el resultado les da lo mismo.

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