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Araucanía

Editorial: Carabineros y ambulantes

Publicado por: Claudio Nuñez | domingo 10 de mayo de 2020 | Publicado a las: 09:54

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¿Qué hacer ante esta realidad que nos llena de dolor, desaliento y vergüenza? Resulta difícil responder porque esa forma de ordenar  y obedecer hizo que muchos policías cometieran lo que cometieron durante la dictadura. La explicación estaría en alguna zona oscura de sus cerebros. Han sido formados e instruidos para a obedecer a tabla rasa, sin importar el dolor, la justicia y el respeto por los derechos humanos de gente humilde y trabajadora.

 

El vicepresidente de AthenaLab, Richard Kouyoumdjian Ingris, envió una carta a latercera.com, del siguiente tenor: “A pesar de que estamos en un estado de excepción de catástrofe, y en La Araucanía la presencia de fuerzas militares y policiales dedicadas a las necesidades que ese estado de excepción genera, hay grupos que mantienen su hostigamiento a agricultores y hacen caso omiso del estado de derecho y en particular de las exigencias que las autoridades imponen cuando estamos en situaciones como la actual. Da la impresión de que no temen a las autoridades y que se mueven libremente bajo el convencimiento de que nadie hará nada para detenerlos y llevarlos a la justicia.

El Ministerio del Interior y el Ministerio Público se han querellado en múltiples oportunidades, pero quizás ello no es suficiente. Hora de actuar con más fuerza y claridad, de lo contrario nos podríamos encontrar con una mezcla de insurgentes y delincuentes que hacen lo que quieren, y agricultores que deciden tomar en sus manos su defensa, y eso puede ser complejo y peligroso. No podemos seguir pretendiendo que no pasa nada y barriendo bajo la alfombra los problemas de seguridad de La Araucanía”.

A la misma hora en que se editaba la carta, se informaba de nuevos atentados cometidos en la región. Estamos hablando de la mañana del lunes y martes. También, en esos instantes, fuerzas especiales desalojaban violentamente a unos 40 comerciantes ambulantes instalados en el centro de Temuco, compuesto básicamente por mujeres, ancianas, mapuches y no mapuches y algunos varones.

El desalojo fue brutal, violento y no dudaron arrastrar a mujeres con una cara de furia que manifestaban su indolencia siquiera ante el pudor femenino. Aquí vale la vieja expresión “valientes carabineros fueron atacados por cobardes mujeres”.

El operativo se desarrolló tras una ordenanza municipal realizada por el alcalde Miguel Becker y terminó con buena parte de la mercadería y alimentos de las mujeres destruidos y pisoteados en plena calle Aldunate y Montt.

Ojalá Carabineros hubiese tenido la misma dureza, decisión y valentía para enfrentar a los desconocidos violentistas. A veces los hechos y la indignación nos hace creer que Carabineros busca otras ordenanzas y evitar enfrentarse contra quienes sí provocan daños, pérdidas de caros equipos y un permanente desafío a las leyes chilenas. En estas ocasiones no aparece la policía que hasta hace una década era admirada por los civiles.

Es en estas ocasiones, cuando se trata de desalojar mujeres e indefensos, cuando Carabineros saca a relucir el viejo argumento que el objetivo de la institución es cumplir con las leyes y las decisiones de los tribunales. Ese mismo discurso lo podría mantener para enfrentar a quienes queman camiones, vehículos y equipos forestales.

En esta ocasión se trata de un decreto municipal y el alcalde de turno lo aplica y Carabineros de inmediato sale con el mandato para cumplir con dicho documento. Pero cuando se trata de aplicar la ley y el estado de derecho que reclaman los agricultores, no aparecen o  señalan que se les escaparon sus autores.

¿Qué hacer ante esta realidad que nos llena de dolor, desaliento y vergüenza? Resulta difícil responder porque esa forma de ordenar  y obedecer hizo que muchos policías cometieran lo que cometieron durante la dictadura. La explicación estaría en alguna zona oscura de sus cerebros. Han sido formados e instruidos para a obedecer a tabla rasa, sin importar el dolor, la justicia y el respeto de los derechos humanos de gente humilde y trabajadora.

 


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