Publicado por: DiarioTiempo21 | lunes 26 de octubre de 2015 | Publicado a las: 11:03
Se trata de una enzima antiinflamatoria que se produce cuando el cuerpo entra en contacto permanente con polvo de granja. De ahí que los niños que crecen en el campo son más inmunes a las alergias.
Los niños que crecen en hogares con animales domésticos o explotaciones lecheras respiran constantemente altas dosis de partículas de hongos, bacterias y endotoxina que las adaptan y protegen contra las alergias
Investigadores del VIB Inflammation Research Center (Bélgica) sugieren que la exposición regular a partículas de bacterias y al polvo de granja protege a los niños contra las alergias, ya que desarrollan respuestas inmunes inflamatorias. Este efecto protector implica una enzima antiinflamatoria en particular, la A20.
Los aspectos de cómo se desarrollan las alergias siguen sin ser claros, aunque se sabe que son impulsadas no solo por los genes, sino también por el ambiente. Así, los niños que crecen en hogares con animales domésticos o explotaciones lecheras respiran constantemente altas dosis de partículas de hongos, bacterias y endotoxina que las adaptan y protegen contra las alergias. Lo que no saben los autores es cómo desarrollan esa inmunidad.
Para comprobarlo, el equipo de investigación liderado por Martijn J. Schuijs y Hamida Hammad expuso a un grupo de ratones a la endotoxina cada dos días durante dos semanas y luego los pusieron con ácaros de polvo doméstico desencadenantes de alergia y que a menudo causan asma. Así, comprobaron que los roedores que fueron expuestos regularmente a la endotoxina no desarrollaron alergias, mientras que los del grupo de control sí.
Al parecer estar expuestos al agente bacteriano endotoxina protegió a los ratones al destruir la capacidad de las células epiteliales de sus pulmones de generar moléculas proinflamatorias, aunque este efecto protector solo funcionó en presencia de una copia sana de la enzima A20.
Los científicos también descubrieron el mecanismo de protección: el polvo agrícola hace que la membrana mucosa interior de las vías respiratorias reaccione con menos severidad a los alérgenos, como los ácaros del polvo doméstico.
«Dicho efecto se debe a la proteína A20 que se produce cuando el cuerpo entra en contacto con polvo de granja. Cuando inactivamos la proteína A20 en la membrana mucosa de los pulmones, el polvo ya no es capaz de reducir la reacción alérgica o asmática», explica Hamida Hammad.
Luego los autores analizaron estos hallazgos en personas y descubrieron que aquellos que padecen alergias y asma tienen una deficiencia de la proteína A20, lo que explica porque reaccionan a los alergenos tan severamente. «Cuando analizamos a 2000 niños que viven en granjas vimos que la mayoría estaba protegido frente a las alergias y los que no lo estaban y desarrollaron alergia tenían una variante genética del A20», explican.
Ahora los investigadores han volcado su interes en identificar la sustancia activa del polvo de granja que protege. Una vez indentificada, se podrá pensar en el desarrollo de un medicamente preventivo contra el asma.