Publicado por: Claudio Nuñez | domingo 13 de febrero de 2022 | Publicado a las: 10:49
“Debemos elevar la mirada y situar a la “Prevención” en un lugar protagónico. Hoy apenas 1 de cada 10 pesos se invierte en prevención y reinserción, gran parte de ellos en programas sin evidencia comprobada y con redes postpenitenciarias desarticuladas”.
Escribe: Marcelo Sánchez, gerente general de Fundación San Carlos de Maipo.
Chile ha incrementado sostenidamente los recursos en Seguridad Pública desde el año 2000 y hoy el gasto supera el 6% del presupuesto fiscal, por lo tanto, debiéramos esperar resultados coherentes a tal esfuerzo. No obstante, persisten niveles estructuralmente altos de victimización, aumento en los asesinatos y la sensación acrecentada por la participación de niños y jóvenes en delitos contra las personas. De allí que es pertinente que los focos estén en la modernización y el fortalecimiento de las Policías, el Sistema de Inteligencia del Estado y la Seguridad Pública, pero no es suficiente. Es imperativo que no caigamos nuevamente en la lógica de “Agendas Cortas”, cuyo énfasis no está en evitar el inicio de trayectorias delictivas, aspecto clave para detener el espiral de violencia existente.
En consecuencia, debemos elevar la mirada y situar a la “Prevención” en un lugar protagónico. Hoy apenas 1 de cada 10 pesos se invierte en prevención y reinserción, gran parte de ellos en programas sin evidencia comprobada y con redes postpenitenciarias desarticuladas, legislación que no favorece la inserción laboral y que genera altas tasas de reincidencia, del orden de 50 a 70% tanto en la Ley Penal Adulta como Adolescente.
En esta línea, la Sociedad Civil es clave para dar sustentabilidad a una “Agenda Larga de Prevención Social” que se despliegue desde lo local en la detección de factores de riesgos y creación de factores protectores. Y no tenemos que inventar la rueda, existen modelos como el Comunidades que se Cuidan, implementado en Chile por Fundación San Carlos de Maipo y la Universidad de Washington, donde con más de 20 años de experiencia internacional, ha demostrado que a mediano plazo disminuye un 25% el involucramiento delictivo y 1/3 de los consumos en alcohol y drogas en niños, niñas y adolescentes, también existen otras iniciativas dentro del Estado como el Sistema Lazos que requieren de mayor inversión pública para aumentar significativamente su operación.
Los esfuerzos que realiza la sociedad civil a través de iniciativas que buscan evitar el desarrollo de conductas problemáticas y que, mejor aún, ya cuentan con resultados concretos en su cometido, precisan de ser escaladas y aumentar su cobertura. La interrupción temprana de carreras delictivas es crítica para lograr mayores niveles de seguridad. Contar con modelos preventivos, con una oferta de programas basados en la evidencia y una comunidad organizada es una tarea de todos que requiere que se exprese con decisión y relevancia en la política pública.