Publicado por: Claudio Nuñez | domingo 7 de noviembre de 2021 | Publicado a las: 10:48
La candidata independiente quiere romper los mitos de la vieja política. “En la región hay una mayoría de personas dispuesta a dialogar para construir un futuro de desarrollo y bienestar social”, señala.
Arquitecta urbanista, académica, pequeña empresaria y emprendedora social. Claudia Lillo Echeverría fue la primera mujer en dirigir la Cámara Chilena de la Construcción de Temuco. Dice que fue esta última experiencia como dirigente gremial la que la empujó a dar el salto a la política. Ser testigo de cómo la violencia y acciones irracionales destruyen las posibilidades de desarrollo, pero también, de cómo los dirigentes y autoridades políticas de la región pasan de un cargo a otro, sin hacerse cargo del problema de fondo: La Araucanía es una de las regiones más pobres del país.
“Simplemente han administrado la pobreza durante años”, dice tajante.
¿Qué quiere transformar en La Araucanía?
-La Araucanía debe ser el centro de Chile. Que sea un espacio de hacer y no esperar. Primero, debemos transformar esta región en un espacio intercultural: reconocer y demostrar que lo que ocurre es que conviven personas de orígenes distintos. Eso me parece esencial. En segundo lugar, relevar la gran riqueza cultural, medioambiental y productiva que hay en la región. Hay aspectos culturales y productivos que son únicos y serán un tremendo aporte para el mundo occidental y para Chile.
Y, finalmente, me gustaría transformar el cómo nos comunicamos, cómo dialogamos, cómo nos interconectamos en la búsqueda de un futuro común.
-¿Cómo se logra eso desde el Congreso?
-Dejando atrás la vieja política y sus prácticas de las que, sabemos, la ciudadanía está agotada. Alguien me dijo por ahí ‘la política es demasiado importante para dejársela a los políticos’. Yo soy una persona que no viene de la política, vengo de trabajar toda mi vida como independiente, levantando y diseñando proyectos con creatividad y constancia. También enseñando, desde la academia. Toda esa experiencia debe llegar al Parlamento. Y no hablo solo de mí. El mundo privado y la academia tienen que participar en la forma de diseñar y en el cómo se hacen las leyes para dar el salto al siglo XXI. Las políticas públicas hoy se hacen cómo se hacían en el siglo XIX y para dar un paso hacia adelante, hay que transformar eso.
¿Qué buscará aportar desde su profesión de arquitecta y académica?
-Cuando era pequeña mis hermanos me enseñaron lo que era un metro cuadrado. Cuando lo entendí, pude imaginarme una cantidad de cosas impresionantes. Y ahí supe que quería ser arquitecta. Luego me di cuenta de que, lo más importante de ser arquitecta, es que siempre estás pensando en transformar las cosas. Esa capacidad es necesaria para transformar los dolores de La Araucanía en un futuro de bienestar para todos.
Hace más de 25 años que no hay un arquitecto en el Congreso y hoy los grandes temas tienen que ver con los territorios, con el medio ambiente, con el desarrollo de las ciudades, los espacios públicos. Es por eso que mi experiencia como arquitecta, urbanista, y especialista en gestión territorial puede contribuir al país en la modernización de las políticas públicas en temáticas ambientales, de planificación y desarrollo de territorios de las ciudades.
¿Qué importancia tuvo para usted haber sido la primera mujer en dirigir la CChC Temuco?
-Fue un verdadero privilegio haber sido la primera mujer en dirigir la Cámara Chilena de la Construcción Temuco ya que es el gremio más importante de la Región. Es una institución muy profesionalizada y que además lidera en los ámbitos de tecnología en innovación. Es un gremio que, al estar formado por grandes empresas, Pymes, y proveedores, exige conocer diversas realidades pues el aporte que realiza a la comunidad es muy relevante, no sólo en la construcción de viviendas para los habitantes de la Región, sino que además aporta a sus trabajadores grandes beneficios.
Durante mi gestión nos propusimos además dejar de ser actores y pasar a ser pensadores de la realidad del país y La Araucanía, vinculándonos estrechamente con los temas sociales y urbanos.
¿Cuáles son los factores que le impulsan a trabajar por mejorar la calidad de vida de los habitantes de la Región?
-Como líder gremial me tocó ver desde muy cerca la violencia de la Región y cómo estaba relacionada con la pobreza. Y desde ahí me nació la motivación para aportar y ayudar a cambiar esta grave situación, por ende, es lo que me moviliza para mejorar la calidad de vida de los habitantes de La Araucanía. Sin embargo, es importante subrayar que nuestra Región tiene un tremendo potencial, ya que está liderando e innovando en la salud, construcción e informática, así como en otros rubros, pero lamentablemente son logros que se ven opacados por la violencia, la que además no deja que surjan o broten las nuevas semillas que quieren ver la luz. Por eso, es que me importa lo que pasa en La Araucanía y quiero contribuir.
¿Cuáles son sus propuestas para la ciudadanía de la Región y en especial del distrito 23?
-No podemos pensar en ningún futuro ni desarrollo si no resolvemos los problemas fundamentales que tienen que ver con la violencia en La Araucanía. Necesitamos un dialogo profundo, sincero y honesto.
La violencia no tiene cabida en el siglo 21 y debe ser condenada y erradicada. Hay que hacer cumplir las leyes, resguardando la democracia y la libertad de todos.
Por otra parte, quiero aportar en la gestión urbana, recuperando los espacios públicos para la ciudadanía y especialmente mejorar las políticas públicas que tienen que ver con la planificación y gestión territorial, lo cual incluye el mejoramiento de viviendas sociales. Asimismo, quiero contribuir en una educación moderna, donde las habilidades creativas sean herramientas básicas para el emprendimiento, que no solo es la fuerza productiva que mueve la economía del país y Región, sino que también impulsa la innovación y creatividad.
¿Cuáles son los principales dolores de La Araucanía?
-El principal dolor es que no vemos al otro. A mí me duele cuando no se ve al otro. No se ve la persona que está al otro lado, la cultura que está al otro lado. Los políticos que tenemos hoy en la región lo único que han hecho es administrar la desazón, la desolación e insistir en que estamos divididos en la región. Eso no es así.
Me gustaría colaborar para que haya diálogo, nos miremos a la cara. No me puedo hacer cargo de la historia del pasado, porque no la hice ni fui protagonista. Pero sí puedo hacerme cargo del futuro. Eso es lo que propongo, que juntos construyamos el futuro. Por eso me postulo a diputad: al Congreso voy a hacer una nueva política para recuperar la esperanza en el futuro de La Araucanía.
¿Hay terrorismo en La Araucanía?
-Hay terrorismo en La Araucanía, pero también hay narcotráfico, robo de madera, delincuencia común. Para que existan estas redes de personas que buscan sembrar terror o generar inestabilidad, tiene que haber un espacio que lo permita. El espacio político ha dejado de lado a La Araucanía, insisto, ha gestionado la pobreza. Cuando el Estado no está, ese vacío lo llenan otros. Y ese vacío lo ha estado llenando gente que no cree en la democracia, que no cree en la libertad, que no cree en el desarrollo, que se ha apoderado de consignas que no tienen que ver con la causa mapuche, con reivindicaciones, con problemas sociales históricos que han asumido como propios, causando un tremendo daño a los habitantes de la región. Y el daño no solamente es para La Araucanía, es para el país.
¿Existe un vacío de autoridad?
-Mi punto de vista es que hay un vacío de autoridad. Hay falta de voluntad política para hacer las cosas bien.