Esta mañana, la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, realizó su intervención en la 71° Asamblea General de Naciones Unidas, en la segunda jornada de este debate que se realiza en la sede principal del organismo en Nueva York.

Tras escuchar los discursos de las máximas autoridades de Finlandia y Zimbabwe, la Mandataria abordó los principales problemas que enfrentan actualmente la mayoría de las naciones del mundo, tales como la de desconfianza de la ciudadanía hacia las instituciones políticas; la desigualdad social; las crisis ambientales, que tienen efectos sanitarios, clínicos, económicos, climáticos y ecológicos; además de los conflictos armados que aún persisten en algunas zonas.

“El malestar de los ciudadanos es expresión de una desilusión. De la promesa de desarrollo que anhelan, y por el que han luchado con esfuerzo, pero que aún no llega para ellos”, indicó la gobernante. Y agregó que “somos testigos de la creciente fractura entre los representantes y los representados. Hay una desconfianza en los gobiernos nacionales y también en las instancias de representación multilaterales. Ellos parecen no atender a tiempo ni con la profundidad requerida las prioridades del ciudadano común”.

Sobre este punto, hizo un llamado a la acción al resto de los líderes presentes, subrayando que “no es tiempo de tomar la vía fácil pero finalmente destructiva del populismo. Es tiempo de actuar con un pragmatismo éticamente motivado y de cara a los ciudadanos”.

Asimismo, afirmó la necesidad de abordar estos problemas en conjunto: “La crisis política y de desarrollo que atravesamos tiene dinámicas que son globales. Nadie, ni una nación o grupo social, puede enfrentarlas solo. Necesitamos articular diálogos multilaterales en lo regional y en lo global, asumiendo compromisos realistas pero exigentes”.

La Jefa de Estado se refirió también a la realidad de nuestro país, hablando “desde la experiencia de haber emprendido el camino de los cambios que me demandan los ciudadanos de mi patria. Conozco las dificultades de llevar a cabo los cambios, pero también conozco la esperanza de ver que poco a poco un nuevo horizonte se va haciendo realidad. Es un camino que estamos recorriendo como nación, pero también como parte de la comunidad internacional”.

En el plano regional e internacional, aseguró que Chile ha sido promotor de la convergencia en la diversidad a nivel latinoamericano, profundizando la integración junto a México, Colombia y Perú en la Alianza del Pacífico, y trabajando los desafíos comunes con CELAC y UNASUR.

Igualmente, la Mandataria expresó su alegría por el acuerdo de paz alcanzado entre el gobierno de Colombia y las FARC, que se firmará este lunes y que pone fin a más de 50 años de hostilidades. “Chile, que vivió una difícil transición a la democracia, quiere seguir aportando a su hermano latinoamericano en el manejo del postconflicto, incluyendo observadores militares y policiales en la Misión Política de Naciones Unidas, cooperando tal cual lo hemos hecho solidariamente, en países hermanos como Haití”, informó.

También, reiteró su compromiso con la Agenda 2030, los Objetivos de Desarrollo Sostenible y las acciones contra el cambio climático, como la suscripción del Acuerdo de París o la declaración “Because The Ocean”, para proteger los oceános.

Finalmente, la Presidenta Bachelet se declaró a favor de la reforma del Consejo de Seguridad, para que refleje las nuevas realidades, argumentando que “la gente, sus líderes, la sociedad civil y los medios de comunicación esperan de los Estados Miembros de la Organización respuestas cooperativas, creativas y concretas a los problemas del siglo XXI” y también solicitó “la eficacia de la gestión de Naciones Unidas, de una mayor apertura de sus procedimientos, incluyendo la elección de nuestro nuevo Secretario o Secretaria General. Y pido un compromiso de él o de ella con los principios, orientados a servir a la gente, que dieron origen a la Organización”.