Publicado por: Claudio Nuñez | viernes 19 de agosto de 2016 | Publicado a las: 11:03
Trece estudiantes de arquitectura de Chicago, junto a su profesor, construyeron un pabellón multiuso de madera en la comuna de Los Álamos en Biobío, para vecinos y turistas.
La iniciativa nace cuando el arquitecto del pabellón Chileno en Expo Milán, Cristian Undurraga, recibió un premio en Estados Unidos. En esa instancia conoció al profesor Frank Flury, quien le contó que dirige un taller de diseño y construcción en el que junto a sus alumnos viajan a diferentes países para construir en terreno proyectos diseñados previamente en el aula.
Posteriormente, Undurraga realizó el contacto con el área de Innovación de la empresa Arauco y con la Fundación AcercaRedes, a través de quienes llegaron al municipio de Los Álamos y concretaron esta idea para potenciar este cuerpo de agua con la obra de madera.
Tesoro desconocido
Para el presidente de la Agrupación para la Conservación de la Laguna Antihuala, Humberto Mendoza, “esta laguna es un tesoro desconocido dentro de la provincia de Arauco, por lo que hemos trabajado para abrir senderos para su acceso, en especial para que escolares puedan desarrollar investigación en este laboratorio natural. La construcción de este pabellón, es el punto de partida para desarrollar muchas actividades, por ejemplo en el área cultural, alguna presentación de una sinfónica”, manifestó Mendoza.
El deporte que se desarrolla en el entorno de la laguna también es muy importante para los vecinos, así lo confirma el profesor del taller de Kayak de Antihuala, Gerardo Martínez. “Nuestra zona es bastante lluviosa, pero con esta obra de madera que tiene un buen techo, permitirá realizar más actividades, desde lo más simple como cambiarse ropa, hasta recibir atletas de otros lados con el fin de prestar un servicio de calidad”.
Por su parte, el alcalde de Los Álamos, Jorge Fuentes, destaca esta intervención en madera, ya que “ha permitido una alianza entre el municipio, vecinos y la empresa Arauco, para concretar la venida de estos estudiantes de Chicago a construir el pabellón, en un lugar que la comunidad quería rescatar y que con esta iniciativa permitirá el desarrollo turístico para la zona”.
El subgerente de Asuntos Públicos de la empresa Arauco, Mauricio Leiva, cuenta que “este proyecto significó trabajar en conjunto con la comunidad y autoridades para fortalecer la conservación de la laguna. Para la empresa es muy importante ya que Los Álamos tiene una gran cantidad de trabajadores, que además, son vecinos de nuestro patrimonio forestal”.
De Chicago a Antihuala
Alemania, Indonesia y Ghana, son algunos de los lugares donde el profesor Flury y diferentes alumnos de su clase, han viajado para construir con sus propias manos diferentes arquitecturas en madera, las que tienen que ver con el entorno al que se enfrentan y la historia de cada localidad.
La asombrosa arquitectura que irrumpe hoy en una de las orillas de la laguna, estáconstruida en madera de pino, tiene 5 metros y medio de alto y 12 de fondo. Según el trabajo de investigación de los estudiantes tiene dos geometrías muy poderosas, la forma triangular y el patrón de escalonamiento obtenidos del paisaje de Chile, que reflejan las montañas y los textiles mapuches, que se fusionaron en la obra.
Símbolo mapuche
“Encontramos que el diseño es como el puzle “Tangle bees” (laberinto de abejas), como una textura modular de un símbolo mapuche que se refleja en el lago, creo que es la mejor manera de representar la cultura y la naturaleza en este tipo de estructura”, sostiene el estudiante de China, Kun Hu.
La estudiante de Etiopía, Stella Eyesus, dijo que “la investigación la comenzamos en Chicago, tratando de entender la cultura de Chile y decidimos hacer el estudio y, por supuesto las cosas son diferentes en el lugar, así que seguimos el estudio en terreno, conociendo la orientación de la laguna, para escoger un buen lugar para el proyecto”.
Dylan Otte, estudiante de Estados Unidos, calificó la experiencia de increíble. “Llegar a una comunidad que ha sido tan encantadora y que nos ha recibido con los brazos abiertos para ayudar en todo lo que puedan para construir el edificio y también aprendiendo nuevas técnicas de construcción con ellos, es muy inspirador”, recalcó.
Materiales de la zona
Respecto a los detalles técnicos de la obra, el profesor Frank Flury sostiene que una de las cosas más importante fue usar siempre materiales de la zona y construir con el menos impacto posible en el medio ambiente.
Agregó que “construimos solo diez cimientos para soportar todo el edificio y mezclamos todo a mano. En la parte exterior utilizamos un revestimiento de pino de la zona y lo carbonizamos, lo que protegerá la madera de los insectos, humedad y lluvia. Esto produce un efecto muy duradero y sin necesidad de mantención”.
La experiencia de convivir con el entorno cultural, su naturaleza, la relación con los vecinos y construir en madera con sus propias manos, son los principales beneficios que el profesor Flury destaca de este viaje con los futuros arquitectos.