Publicado por: Claudio Nuñez | martes 7 de junio de 2016 | Publicado a las: 00:00
Chile vuelve a tropezar con la misma piedra. No aprende, no entiende, no comprende y Argentina aprovechó la instancia de darle un golpe contundente, haciendo un homenaje a Muhammad Alí. Dos golpes, 2-1 y K.O.
Pleito
Fue un partido muy intenso, donde Chile abusó groseramente de la posesión del balón, y sufrió durante los 20 minutos iniciales con las llegadas constantes de Di María por izquierda y un sorprendente Nicolás Gaitán. Incluso un cabezazo de Marcos Rojo pasó cerca y un remate de volea de Mercado por parte de los argentinos, hicieron pasar susto a la roja.
El cuadro de Pizzi, pese a las imprecisiones, tuvo una de las llegadas más claras a través de un error en la zaga argentina que Alexis Sánchez conectó pero la intervención notable de Romero evitó la apertura de la cuenta.
En la segunda parte, Chile entró con otra actitud pero lo que causa más extrañeza fue el error grosero de Charles Aránguiz al medio, Banega se adelantó y le marcó el pase a Di María que anotó el primero a los 51′ dejando en evidencia la imprecisión y errores básicos en la Roja.
Y a los 58′, otro error garrafal al medio de Aránguiz, y la misma tónica, la misma jugada, pero esta vez Banega marcó el segundo tanto. El resto fue un trámite donde Chile buscó por medio de Orellana, Vidal, y un Alexis Sánchez F.C pero poco y nada. ¿El gol de Fuenzalida? Sólo un descuento para la estadística.
No es difícil de concluir que Argentina con o sin Messi dio una paliza futbolística a la selección chilena. Martino aprendió que cortar la generación de juego de Aránguiz y aislar a Díaz asfixiaba al cuadro rojo. Supo generar juego con Di María, complicar con Gaitán en la salida, sobre todo con la claridad de Banega y un Mascherano que mordió como nunca, fue más efectivo.
En cambio Chile vuelve a cometer los mismos errores infantiles de siempre. Existen aspectos como la nula generación de llegadas al arco contrario, donde casi nunca tuvo la pelota. Otra vez pagando los platos rotos de un equipo que no entiende a qué quiere jugar Juan Antonio Pizzi, o más grave aún, un entrenador que no sabe la materia prima que tiene; aunque los niveles individuales de algunos jugadores como Aránguiz, Sánchez y ni hablar de Jara dejan mucho que desear. ¿Rebelión por lo de Valdivia? No se sabe.
Si Pizzi no pasa la prueba en los próximos dos partidos, el proceso de transición tambalea…y es enserio.