Publicado por: Claudio Nuñez | domingo 6 de octubre de 2019 | Publicado a las: 15:55
Por Marcelo Carrasco Carrasco
Consejero Regional de la Araucania
Este cinco de octubre se cumplieron 31 años del Plebiscito de Octubre de 1988, en esa oportunidad votaron poco mas de 7 millones de chilenos (as) de los cuales el 43,01 % lo hizo por el SI, es decir por la continuidad en el poder y el 54,71 % lo hizo por el NO. Ciertamente que esa fue una fecha que llenó al país de esperanzas, la que recorrió Chile de lado a lado.
La consulta y el triunfo del NO, fueron posible porque la mayoría de los chilenos decididos así lo quiso, nos organizamos , venciendo el temor, transformando la indignación en fuerza . Esa política , fue lo que minó las bases del poder de ese tiempo. Hoy a 31 años de ese día los habitantes de las regiones de Chile aún esperamos la democracia que se nos ofreció “quienes fueron artífices de ese hito histórico y democrático acto de nuestro país se fueron transformando en autoridades centralistas . La clase política chilena se siente feliz, orgullosa y “republicana” por administrar la democracia chilena. Democracia, llamada así, únicamente, por el exacerbado número de elecciones de todo tipo, pese a que Chile es el único país del mundo occidental donde aún no eligen a sus autoridades intermedias (máxima autoridad regional). El centralismo es antidemocrático por definición, pero en el caso de Chile lleva consigo además una enorme pérdida de recursos. Un país tan largo y extremo, obviamente acumula experiencias diferentes en cada región, las que cuentan con diferentes climas, límites, agricultura y recursos naturales. El patrimonio de estas regiones, con sus experiencias y conocimientos específicos, y su estrecha relación con los países vecinos, es enorme y la capital, por tanto todo el país y sus habitantes, pierde la oportunidad de compartirlo.
La descentralización es el acto y la consecuencia de descentralizar: delegar parte del poder que ejerce un organismo central a diferentes entidades. La descentralización implica una división o un reparto de la autoridad. A pesar de todo aún estamos enhorabuena porque se cuestiona la política de representación en un intento de regenerar la democracia a través de la implicación ciudadana en la construcción de su futuro. La política se ve como un factor que ejerce una notable influencia en la vida cotidiana de cada ciudadano . La ilusión y el optimismo en las posibilidades colectivas de transformación han crecido, pero lo ha hecho porque se empieza a trabajar desde «lo político».
Cabe preguntarse si es que ¿la política y lo político es algo diferente? Un artesano de la sociología como Alfonso Ortí enseñaba hace años la diferencia que existe entre tres conceptos aparentemente similares y semánticamente muy diferentes: las políticas públicas, la política y lo político. El actual modelo de estado y sus instrumentos de apoyo, están en su gran mayoría obsoletos para el siglo XXI. Las diferentes demandas ciudadanas se han sofisticado y articulado de tal forma, que la mayoría de las veces no calzan con las necesidades de los beneficiarios y por ende, no cumplen con las expectativas y peor aún, no solucionan los problemas planteados a cabalidad, brindando soluciones parciales o muy alejadas de los problemas reales . Con estos argumentos y sin restar ningún mérito a este emblemático e importante día , podemos decir que a las regiones de chile “ aún la alegría no llega y los tiempos mejores tampoco. Feliz día del triunfo del No