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Paso a Paso… camino al poder

Publicado por: Claudio Nuñez | domingo 4 de julio de 2021 | Publicado a las: 12:16

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“No debería importar el pasado, cuando el presente es complejo y el futuro insospechado, sin embargo, resulta inoficioso considerar siquiera, que los chilenos hemos aprendido alguna lección, cuando la evidencia irrefutable muestra otra realidad”.

Escribe: Jorge A. Aguirre Hrepic, Profesor de Estado. Consultor en Inseguridad, Criminalista-Criminólogo.

Los animales de todos los tiempos se han caracterizado por guiarse por sus propios instintos, dejando el razonamiento para otra especie, que en definitiva es la que ha logrado en parte dominarlos.

Entonces se puede decir que los animales son porfiados, incluso algunos que son domesticados, descubren una forma de vida y la explotan conforme a sus conveniencias en búsqueda de alimentos, cariño y apareamiento.

Por cierto, también depende del eslabón que representan en la cadena alimenticia de otros, y los niveles de sobrevivencia adquiridos en base a los entornos y ambientes territoriales o de migración.

En este sentido, el animal que razona es el ser humano, aunque a veces parece que no lo hiciera, principalmente por las conductas que adopta o la forma de relacionare que tiene con los demás.

Dentro de la especie humana, el conocimiento, sus pautas culturales, la técnica, las artes y ahora la tecnológica marca la diferencia.

Esto no siempre fue así, ya que el factor predominante a partir de la evolución desde la prehistoria fue la conexión sanguínea, desconociéndose la importancia real de la herencia genética, pero siempre pensando en el linaje que debía mantenerse a todo evento, desde las tribus nómades hasta las aristocracias más tradicionales.

La esencia de la pureza racial fue decantando, primero por las guerras, invasiones, migraciones planificadas, no planificadas y migraciones espontáneas.

Lo que hoy da lo mismo antes no fue así, por lo tanto, la imposición de naciones y estados fuertes, sobre otros más débiles, llevo a transformar el planisferio racial, y con ello, surgieron cambios positivos y negativos, en realidad, conforme a lo que se merece cada país.

La ciencia hizo su parte, los filósofos y filólogos lo suyo, los sociólogos y psicólogos trabajaron lo colectivo e individual y los políticos del mundo procedieron a efectuar los cambios pertinentes conforme a sus intereses, más allá de las fronteras impuestas, así de simple.

Con el tiempo, surgieron ciudadanías más porfiadas de lo que uno pensaba, jugando a creer que eran considerados en un puzle creado por los griegos, llamado “democracia”, donde la igualdad de un voto, tenía el mismo valor que una gota de agua. Craso error.

La igualdad en la humanidad nunca ha existido ni existirá, ya que es un imposible, pero sin embargo hay opciones que permiten nivelar las necesidades de las personas y también están las opciones de los que detentan el poder, por mantener en constante equilibrio en la cornisa, del edificio de la esperanza a los ingenuos y crédulos ciudadanos de la tierra.

De ahí en más, también hay categorías de ciudadanos o súbditos que cultivan el cumplimiento de las normas en base al trabajo y disciplina de vida, después de haber sufrido por siglos, todo tipo de necesidades y haber conocido la raíz de todos los miedos.

 Por lo tanto, se puede decir que hay poblaciones y generaciones con distinción de culturas y territorios específicos, que disimiles en la porfía y en la estupidez, donde a pesar de los años, parece que no han aprendido nada.

Es aquí donde destaca Chile, cuna de porfiados, indisciplinados, flojos, maquillados por la ignorancia y el mal hablar, egoístas, envidiosos, chaqueteros, mitómanos e ingenuos, que cada cuarenta años más o menos, tropiezan con la misma piedra en el mismo camino y empiezan de nuevo, hijos del rigor.

No es broma lo escrito, es una lamentable realidad, dejando muchos sinónimos afuera y no invocando ningún valor o virtud, ya que hace un tiempo se perdieron en la niebla de la estupidez humana.

No debería importar el pasado, cuando el presente es complejo y el futuro insospechado, sin embargo, resulta inoficioso considerar siquiera, que los chilenos hemos aprendido alguna lección, cuando la evidencia irrefutable muestra otra realidad.

Contra todo pronóstico internacional realizado por ciudadanos de otros países, que miraban con admiración a esta larga y delgada franja de tierra, afirmada en los requeríos andinos, incluso cuando pensaban en venir a aportar con su trabajo o cambiar su estándar de vida, de la noche a la mañana sin alegrarse, quedaron pasmados por las consecuencias de las acciones vandálicas de los propios chilenos, que viven en un país donde  no es necesario una invasión militar externa o alienígena para por destruir todo.

Otro dato para la causa: no contentos con destruir, no votar en las elecciones, pensar en que el general Baquedano es el culpable de la subida del boleto del metro, que las gallinas defecan hacia arriba, siendo antiaéreas; donde el ciego no tiene derecho a ver y el sordo a escuchar, donde una minoría hoy es mayoría de cualquier cosa, y el arco iris del cielo, es la bandera de lucha de una causa antinatura que hay que imponer a toda costa. Es decir, actuar como el cura Gatica, que predica, pero no practica.

Pasada las votaciones y elecciones tenemos apruebo, constituyente, cambio de alcaldes y concejales en la cancha y preparándose las elecciones parlamentarias y presidenciales.

Ejecutados los cambios este 28 de junio, el primer efecto político de ediles nuevos, significó en varias ciudades que no hubo retiro de basura, sencillamente porque la paja política no tiene continuidad laboral si no hay un interés de por medio. Casi todos Gatica.

Se imaginan si así funcionaran las FF.AA. y las Policías, los buques navegarían como quisieran cuando trasbordan al comandante, los aviones no despegarían por molestia de los pilotos de combate, los regimientos en paro y las comisarías de carabineros sin atender denuncias ni procedimientos, ya que les cambiaron al comisario regalón.

El mejor chiste chileno, que ni a Topaze se le ocurrió, es que los que quieren hacer cambios en Chile son los más mediocres y mal catalogados por el respetable público, políticos y partidos políticos. Caras de palo.

Da pena ver la franja electoral y escuchar a los candidatos, del ramillete no se hace uno. Dicho por el público que asiste al circo y todos los días hace la pregunta “por quien hay que votar”. Más allá del color político, que estando todos desteñidos, son líderes de una ambigüedad impresionante.

Dejemos las campañas que siguen, no vale la pena y no se puede aventurar nada, ya que no se sabe a ciencia cierta lo que viene.

Lo que, sí sabemos, y que viene fuerte, es el “golpe blando”, a partir del 4 de julio y no por celebrarse la independencia de Estados Unidos de América, sino que, porque ese día se constituye la constituyente, valga la redundancia.

Mirar el palacio Pereira, en San Martin con Huérfanos, pleno centro del Reyno de Chile, donde sesionarán los constituyentes y su regimiento de asesores bizantinos, es la evidencia palpable de la debilidad del estado chileno, que, dicho sea de paso, no será representado por nadie.

La mayoría de los constituyentes, ya están de acuerdo, no son los 34 de la semana pasada, hoy pasan los 100 que quieren pasar a la acción, predicar y practicar, superando al cura Gatica, y hacer historia republicana a la inversa, tomando el poder de una forma tal, que su excelencia, tenga que abortar lo que queda de su desgobierno.

No habrá perímetro que aguante al fervor popular, independiente de los llamados de los patriotas comunistas, buenos patriotas, pero de otras patrias, donde no vivirían “ni cagando”.

Consecuente con lo expuesto, seremos espectadores de grandes cambios, donde letrados y analfabetos, en un acto de igualdad forzada, compondrán la partitura de una nueva constitución, cuya música al principio desentonara, pero con el tiempo se irá correspondiendo como el arte de Manzanero y Luis Miguel, en la época de los boleros de romance, pero esta vez la guaracha, cumbia y reggaetón pondrán el acento y la salsa y las comas.

Finalmente, me gustaría lo mejor para todos, pero el escenario es difícil y lo harán más difícil, ya que la carencia de normas es el mejor vehículo para transitar por el desorden institucional, máxime si está dotado de un halo de fuero otorgado por una supuesta legitimidad incluso de los no votantes, ciudadanos irresponsables que ojalá no tengan que llorar lágrimas de sangre por su inacción irresponsable.

Igual que en el caso del covid 19, Chile retrocede paso a paso al camino del anti poder, y esta vez no hay vacuna que nos salve, ni siquiera la doctora Daza.

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