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Opinión: En el nombre del racismo

Publicado por: Claudio Nuñez | lunes 15 de junio de 2020 | Publicado a las: 17:03

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“…he estado varias veces en USA, y una de ella como alumno en el FBI Academy, donde había un crisol de razas, como alumnos y profesores, donde jamás observe un incordio relacionado con el tema y además, están prohibidos todos tipos de bromas al respecto. Lo que no ocurre, ni siquiera en nuestro Chile, donde bromas y bulling son el menú diario en colegios, escuelas, lugares de trabajo, estadios y para que decir en la calle”.

Escribe: Prof. Jorge Aguirre Hrepic, consultor en Inseguridad, Criminalista-Criminólogo.

Toda muerte de un ser  vivo es lamentable, especialmente cuando se trata de un ser humano. Máxime, en estos tiempos, donde lo que ayer fue bueno o necesario, hoy es malo, negativo o pasado de moda.

En este sentido, resulta imposible, obviar el “segundo tema más mediático en la actualidad, la muerte de George Floyd”, un ciudadano norteamericano, ocurrido el 25 de mayo del presente año.

Es muy necesario precisar, que la objetividad de este tema, aunque sea de un 90%, de igual forma causa múltiples reacciones, no solo por la preparación intelectual, cultural, filosófica, histórica, étnica, psicológica, social y política, que tenga el lector.

No puede quedar nada en la reserva, sino, sería más subjetivo y es lo que hay que evitar.

Por ello, la temática del racismo, de la discriminación, de las relaciones humanas, están implícitas en las conductas de las personas, surgiendo las primeras preguntas; ¿Ud. ha sido discriminado (a)? ¿Ud. ha discriminado a alguien?

Las múltiples respuestas, esperando sean francas y honestas, fracturan cualquier encuesta, provocan reacciones inmediatas, pero cuando se piensa, surge la exclamación “mmmmm”, sí, pero no, pero tal vez, y de repente, se evaporan las palabras y lo más probable, se cambia de tema.

En esta línea, surgen las definiciones y conceptos, de que es el “racismo” y no es otra cosa, que “una ideología que defiende la superioridad de una raza frente a las demás y la necesidad de mantenerla aislada o separada del resto dentro de una comunidad o país”.

Generalmente; «el racismo se refleja, además en las agresiones contra negros y asiáticos, en discriminaciones en el sistema judicial y en el empleo».

Sin embargo, nadie dice nada, cuando viaja un blanco a Asia o algunos países africanos, acaso ¿no es discriminado? Varios contestan, es que no es lo mismo, el blanco tiene como defenderse. Craso error, la trata de personas en algunos países, ni siquiera está dimensionada objetivamente por las naciones unidas.

Como sea, la discriminación y el racismo, son de antigua data, son transversales en cada sociedad y de preferencia en algunas épocas de la humanidad han sido una práctica permanente.

Otro aspecto conceptual equivoco, – a mi entender-, es cuando se refieren abiertamente, a que las personas de piel de color negra o café, son “Afroamericanos”, como si solo ese continente, generara tal pigmentación,  es decir no sirve de nada aquellos de color, que son tercera o cuarta generación, nacidos en territorio estadounidense. La macula, sigue siendo el color y no el “Ius sanguinis” (derecho de sangre) o “Ius solis” (derecho de suelo), como origen de gestación y nacimiento. Especialmente en un país formado por múltiples migraciones.

De hecho, es innegable que la esclavitud fue un cruel método de sometimiento de personas de color para trabajar forzosamente en las plantaciones de algodón en USA, hasta que el Presidente Abraham Lincoln, decretó su abolición y fue una de las causas de la cruenta y fratricida guerra de secesión en 1865. Sin embargo, aunque libres, continuaron las discriminaciones en un país federal  donde cada estado tiene, también, su propia legislación.

En paralelo, es conveniente recordar a nuestros compatriotas, que el general José Miguel Carrera Verdugo, con el asesoramiento de Manuel de Salas, en el año 1811, decretó la “libertad de vientres”, primer país iberoamericano en hacerlo.

Hay que dejar muy en claro, que la historia de la humanidad, está repleta de abusos de algunos sobre otros, lo que no se justifica, pero antaño fue el motor para construir obras, hacer surgir civilizaciones y monumentos, que ahora son objetos del turismo. Total, ya es historia.

Para estos efectos específicos, no interesa lo que Floyd realizó previamente para que ocurriera este hecho con desenlace fatal. La criminalística se ocupará de la verdad científica de su muerte y la investigación de asuntos internos y fiscalía de Minneapolis, y luego un tribunal, dirán su dictamen.

Lo que sí es claro, el tribunal popular ya tiene su veredicto. Los medios de comunicación social y las redes sociales redactaron el fallo y las corrientes ideológicas aumentaron la sentencia y cambiaron la calificación jurídica y agregaron nuevos victimarios; todo Estados Unidos es culpable, especialmente los “Departamentos de Policía y autoridades”, así que a cobrar se ha dicho.

La forma, destruir, saquear, quemar y atacar, a la propiedad pública y privada, a todos. Lejos quedaron casos similares a estos, los disturbios de Los Ángeles (California) de años atrás, son un mínimo recuerdo del desenfreno.

No interesan las estadísticas raciales, no interesan los porcentajes de quienes son más víctimas y victimarios por raza, no interesan las tasas de delitos por grupos etarios y raciales, la verdad no le interesa a nadie.

Solo lo que diga el movimiento “Black Lives Matter” (las vidas negras importan), interesa, aunque no se ajusta a ningún patrón sicosocial puro, sino, que actos puntuales, como este donde hay otro tipo de dividendos políticos, por lo que el propio ciudadano negro promedio, vive su propia discriminación, pero positiva, según los entendidos.

Lejos estamos de considerar que este país racista tuvo un presidente de color, una jefa del Departamento de Estado, un comandante en jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, senadores, diputados, jueces, jefes de policía, generales y almirantes, empresarios, actores de cine, en fin, no hay actividad en que no estén presentes miembros de la raza negroide y para que hablar del mestizaje, es tan real, que el color de piel, no afecta a la hora de donar órganos para trasplantes.

Lo cierto es que nada interesa. La muerte de Floyd, vino de anillo al dedo pero la medida del mismo, ya era sabida por el “joyero” antes de venderlo, solo faltaba el cuándo y el necesario mártir para estas causas apareció en el momento justo, lo demás es sabido por todos.

Cabe preguntarse, qué pensaría el propio Martin Luther King, sobre esta reacción y sus consecuencias, que lejos de aminorar, seguirán en aumento. No habrá descanso y muchos pretenden reformar a las policías, como si esa fuera la solución del problema.

Finalmente, cuando en las conversaciones impugnan todo, surge la pregunta ¿has visitado Estados Unidos?, ¿Cuánto tiempo estuviste y  que ciudades conociste?, para que preguntar por experiencias.

Como sea, he estado varias veces en USA, y una de ella como alumno en el FBI Academy, donde había un crisol de razas, como alumnos y profesores, donde jamás observe un incordio relacionado con el tema y además, están prohibidos todos tipos de bromas al respecto. Lo que no ocurre, ni siquiera en nuestro Chile, donde bromas y bulling son el menú diario en colegios, escuelas, lugares de trabajo, estadios y para que decir en la calle.

Lo que sí puedo decir, es que en este país racista vi en calles, restaurantes y malls más hombres de color negro de la mano con mujeres blancas y rubias, que mujeres negras acompañadas por  hombres blancos. Observé a los famosos guardias de seguridad de cafés y negocios, cuya estatura y forma de bíceps, la hacían notar con desagrado hacia los latinos, pero ahí nadie reclama nada.

En una tienda de ropa, fui a comprar una parka, donde había tallas hasta 8XL, mientras buscaba la prenda, fui discriminado porque esa tienda no era para blancos, refunfuñé un poco, pero nada más, no era conveniente, para ser objetivo no quería problemas. Así que me fui.

Las anécdotas son muchas, por eso aclaro para los opinólogos viajantes, Miami, no es Estados Unidos, es solo una ciudad. La realidad en otros estados es otra. Las reacciones de muchos negros y negras no son de las mejores y hábilmente explotan sus conflictos con la policía, incluso cuando hay agentes negros, lo que no justifica ningún exceso policial, pero hay que considerar los contextos.

Como bien dijo la hija de Floyd, “mi padre cambio al mundo”, espero de corazón que sea para bien y no que su muerte sea una excusa más, por tratar de forzar un cambio a través de causas iluminadas por ideologías. Los chilenos, ya sabemos de eso. 

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