Publicado por: Claudio Nuñez | sábado 26 de octubre de 2019 | Publicado a las: 10:44
Esta “Desobediencia Civil Chilena 2019”, va a tener diversas fases, ya que si se negocia una tregua y no se producen cambios serios, estructurales, de fondo y que beneficien a la mayoría, en menos de 6 meses, se producirá otro acto de desobediencia.
Debemos reconocer más allá de todo hecho cuestionable, el real endeudamiento de los chilenos, bajo el amparo de bancos, financieras y casas comerciales, que más allá de la tarjeta “Master plop”, los intereses altísimos, bien pueden ser reestudiados, extendidos en el tiempo, repactados.
Hay que ser sincero, como siempre, y en este caso queda la evidencia que su “Excelencia” se quedó corto con las medidas señaladas, lo dice la propia gente, y por eso las movilizaciones no terminarán tan fácilmente.
Texto escrito por Prof. Jorge Aguirre Hrepic, consultor en Inseguridad, Criminalista – Criminologo.
Qué duda cabe, el principal imputado de todo es su Excelencia el Presidente de la República, quien por el alto cargo que ostenta, está obligado a tomar sabias decisiones.
Cuesta dimensionar lo que piensa la primera autoridad nacional, es difícil saber a ciencia cierta cómo es asesorado, que informes recibe de inteligencia como sistema. No puedo imaginar que siquiera, no haya sido noticiado de lo que se venía.
La expresión de “guerra”, emitida por él, que tanto ha sido criticada, supongo que no se refería al fenómeno social de enfrentamiento entre ejércitos formales, si no que seguramente, lo emitió, pensando en la actividad o ejercicio fáctico donde hay luchas de voluntades, que habitualmente todos emitimos, sin restricción.
Sin ánimo de defender, es dable señalar que muchos que lo critican han declarado previamente; Estamos en guerra de precios, la guerra por el rating, estoy en guerra con mi suegra, se declaró la guerra con los ambulantes, con las teleseries, guerra al interior de la DC, y un largo etc.
Como es fácil criticar, y obviando la actuación potencial de organismos extranjeros de lo cual, se debe tratar en capítulo aparte, se le puede sugerir lo siguiente:
1.- Reconocer más allá de todo hecho cuestionable, el real endeudamiento de los chilenos, bajo el amparo de bancos, financieras y casas comerciales, que más allá de la tarjeta “Master plop”, los intereses altísimos, bien pueden ser reestudiados, extendidos en el tiempo, repactados, ya que el chileno quiere pagar, pero oxigenadamente, en el tiempo.
2.- Reevaluar el sistema del CAE, para los estudiantes.
3.- Considerar, retrotraer en tiempo las medidas tomadas por el presidente Lagos, que vinieron en perjudicar al trabajador en el tema de las AFP.
4.- Corregir el sistema de salud en términos reales y estudiar la real dimensión que provoca el Eunacom en la validación de los médicos, minimizando el negocio implantado al efecto.
5.- Reestudiar los contratos, relacionados con energía eléctrica, agua potable, gas, combustible, telefonía, concesiones de autopistas.
6.- Analizar adecuadamente la carga impositiva de los contribuyentes.
7.- Proteger adecuadamente a las Pymes.
8.- Estudiar los alcances del Dicom, para aquellos pequeños deudores, elevando la cantidad para ser incorporado en este registro.
9.- Reestudiar los impuestos específicos.
10.- Disminuir los impuestos que gravan los medicamentos y los libros
11.- Reformar el sistema de pensiones, salud y educación.
12.- Reformular al Instituto de Derechos Humanos, en un sentido técnico y no político.
13.- Destinar más del 12 % de los recursos de salud a la atención de APS.
Estas medidas que se proponen, fueron señaladas ante de las medidas que –señaló- adoptará este
Al respecto, hay que ser sincero, como siempre, y en este caso queda la evidencia que su “Excelencia” se quedó corto con las medidas señaladas, lo dice la propia gente, y por eso las movilizaciones no terminarán tan fácilmente aunque se muestre respaldado por todos los poderes del estado (Cámara de Diputados, Senado y Poder Judicial).
Esta “Desobediencia Civil Chilena 2019”, va a tener diversas fases, ya que si se negocia una tregua y no se producen cambios serios, estructurales, de fondo y que beneficien a la mayoría, en menos de 6 meses, se producirá otro acto de desobediencia, pero de mayor cobertura y partiendo en primera, en todo Chile, donde seguramente habrá mayor violencia, que ojala no lleve a polarizarse, como ya ocurrió en 1891, en la época de Balmaceda y su conflicto con el Congreso, especialmente porque a Chile, parece que le gusta repetir su historia.
Sin duda la perfección no existe, pero su excelencia, transforme esta debilidad nacional en la oportunidad de generar los cambios necesarios y que históricamente se vienen invocando hace tiempo, debiendo reformular al Estado y sus políticas públicas en todos los estamentos, consignando públicamente a los que se oponen, para que la responsabilidad quede establecida fehacientemente y de esta forma borrar las amenazas, que seguramente, quienes alardean con la democracia, en un tiempo más querrán revivir.