Publicado por: Karina Pavez | martes 4 de noviembre de 2014 | Publicado a las: 09:49
Seis años después de la elección de Barack Obama, los estadounidenses podrían elegir una mayoría republicana en el Congreso al acudir a las urnas este martes en las elecciones de medio mandato, tradicionalmente crueles para el partido en el poder.
La oficinas de votación abrirán su puertas a partir de las 11:00 am en la costa este del país, para estos comicios que renovarán los 435 escaños de la Cámara de Representantes, 36 de 100 bancas del Senado, 36 de 50 gobiernos de estado y una parte de los legisladores locales.
Los sondeos más recientes muestran al Partido Republicano con ventaja sobre el Partido Demócrata de Obama, y a pesar de que la contienda es muy reñida en Alaska y Carolina del Norte, los republicanos se muestran confiados de su victoria.
“Pretendemos ser una mayoría responsable si el pueblo estadounidense nos da la oportunidad”, dijo el líder republicano del Senado, Mitch McConnell este lunes a la cadena ABC en Kentucky (sur).
McConnell, que amplió su ventaja en las encuestas el fin de semana sobre la candidata demócrata, se convertiría en jefe de la mayoría republicana si se produce el cambio de mayorías en el Senado.
Los republicanos ya controlan la Cámara de Representantes pero parecen ir en camino a incrementar su dominio sumando escaños.
En el Senado, los demócratas tienen 10 escaños de ventaja, 55 a 45, pero perderían el poder si los republicanos les arrebatan seis bancas.
Tres expertos en predicciones políticas sitúan entre 70% y 77% la probabilidad de que los republicanos alcancen la mayoría en el Senado.
Sin embargo, los resultados definitivos de la contienda podría hacerse esperar pues hay altas probabilidades de balotaje en Georgia (sureste) y Louisiana (sur), cuyas leyes exigen un segunda vuelta si ningún candidato obtiene la mitad más uno.
Un probable recuento de votos en la remota Alaska, donde el resultado es impredecible, también causaría demoras.
El balotaje en Louisiana sería el 6 de diciembre, pero en Georgia habría que esperar hasta el 6 de enero, tres días después que el nuevo Congreso se reúna en Washington.
Los republicanos son favoritos en ambos estados, pero se espera una fuerte disputa tanto en las urnas como en la propaganda electoral, especialmente si para entonces el destino del Senado sigue en juego.
“Nuevo liderazgo”. “El viento nos es favorable”, dijo el senador Rand Paul, posible candidato republicano para las presidenciales de 2016, a la cadena CNN el pasado domingo y agregó: “Creo que la gente está lista para un nuevo liderazgo”.
Montana, Dakota del Sur y Virginia del Oeste ya están casi en el bolsillo de los republicanos, según los últimos sondeos, y en Iowa la candidata republicana Joni Ernst tenía 7 puntos de ventaja. Otro sondeo daba un empate a 47% con su rival demócrata.
Los votos anticipados, entregados hace semanas por correo o en persona en varios estados, alimentan igualmente el optimismo republicano. En Colorado, 41% de quienes votaron son electores registrados como republicanos, contra 32% de demócratas, según el New York Times.
Según el Project Elections del profesor Michael McDonald, más de 17 millones de estadounidenses ya votaron en estos comicios, en los que también se disputan 36 gobernaciones.
Reducido voto hispano. Por meses, los republicanos han insistido en que la elección es un referendo contra Obama, a quien culpan de la crisis en Siria, la falta de preparación frente al ébola y no le perdonan el sistema de salud, “Obamacare”.
Las elecciones de mitad de mandato raramente son positivas para el partido en la Casa Blanca, y Obama seguiría los pasos de sus antecesores George W. Bush en 2006, Bill Clinton en 1994 y Ronald Reagan en 1986.
Además los demócratas saben que sus seguidores fieles (hispanos, negros y jóvenes) votan en menor proporción que los conservadores, de mayor edad. En las legislativas de mitad de periodo de 2010 sólo el 21% de los estadounidenses de entre 18 a 24 años votó, contra 62% de la franja de entre 62 y 74 años.
Con el entusiasmo del lado de los republicanos, Obama llamó a los demócratas a salir de sus casas en una corta gira el fin de semana en Michigan, Connecticut y Philadelphia.
Su portavoz, Josh Earnest, insistió el lunes en que el presidente seguía optimista, pero advirtió implícitamente que una derrota demócrata no equivaldría a un voto de castigo.
“Una elección de mitad de mandatario es diferente a una presidencial, especialmente este año”, dijo Earnest.
Ante el posible triunfo republicano, inmigrantes y activistas llamaron este lunes a los electores a pensar en la reforma migratoria, un asunto fundamental especialmente para la comunidad de origen latinoamericano que naufragó en la cámara baja dominada por los conservadores.
AFP