Por Marcelo Carrasco Carrasco 

Frente a los desastres ambientales acontecidos en Atacama , Coquimbo, Chiloé y Queule, no podemos sino confirmar una vez más, que el Fortalecimiento a la Regionalización que se ha pretendido impulsar por los gobiernos centrales no es tal. Hoy se discute en el Parlamento una Ley de Fortalecimiento de Gobiernos Regionales que se espera hace muchos años, ley que se valora pero que no significa impacto efectivo en cada territorio, esta solo se materializa en una declaración de principios. En relación a los desastres ambientales trascendidos, es que analizamos asimismo, que dicha ley no contempla ninguna herramienta que permita a los GORES, abordar con sus propios recursos situaciones de emergencia como estas y en esta oportunidad, una vez más las regiones debemos continuar esperando la caridad del Gobierno Central de turno, para ir en ayuda de nuestra gente.

Lamentablemente, hace unos días se aprobó en la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados la Ley de Fortalecimiento de Gobiernos Regionales, con un texto que no consideró a las regiones y que no significa efectivo fortalecimiento, ni contempla herramientas para ello.  La próxima semana, continuará su tramitación y será el turno del pleno de la Cámara de Diputados, siendo fundamental que se nos escuche. Creemos que esta preocupante situación de crisis en Chiloé y Queule es una instancia que deja de manifiesto que los Gobiernos Centrales de turno no ha sido capaz de resolverla en forma rápida y oportuna.

Entonces, solicitamos una vez más a los señores Diputados que rechacen todos los artículos que no entregan atribuciones a las regiones, se requiere que se contemple en el texto de la ley un traspaso de competencias real y efectivo también de servicios públicos de acuerdo a la realidad de las regiones  , que el destino de los recursos que se entregarán a regiones lo decidan las propias las regiones y no un grupo de burócratas desde sus oficinas en El Estado Central. Esta ley no entrega los medios a las regiones, es una ley que persiste con la dinámica del centralismo, y permite que el 92% del presupuesto que se invierte en las regiones,  administre «El Gobierno Central de Turno», como hasta ahora.

No podemos olvidar que los señores diputados son también de regiones y, es su deber respaldarlas.