Un reciente estudio científico, presentado en la reunión anual de la Sociedad Radiológica de Norteamérica (RSNA) en 2024, reveló una relación preocupante entre la grasa abdominal y el riesgo de desarrollar Alzheimer hasta 20 años antes de que aparezcan los síntomas. Investigadores estadounidenses analizaron a 80 participantes de entre 40 y 50 años, encontrando que aquellos con mayor acumulación de grasa visceral, un tipo de grasa profunda que rodea los órganos, presentaban niveles elevados de las proteínas Beta amiloide y Tau, marcadores asociados a esta enfermedad neurodegenerativa.

La investigación, liderada por los doctores Mahsa Dolatshahi y Cyrus A. Raji, subraya que la grasa visceral es metabólicamente más activa que la grasa subcutánea y tiene un impacto directo en la inflamación corporal y cerebral. “Cuanto más grasa visceral tiene una persona, mayor es la inflamación, lo que contribuye al depósito temprano de proteínas patológicas en el cerebro”, señaló Raji. Este fenómeno también se asocia a la atrofia cerebral, que incluye la pérdida de masa en el hipocampo, área clave para la memoria.

Los hallazgos refuerzan la importancia de adoptar un estilo de vida saludable en la mediana edad. Dolatshahi enfatizó que la pérdida de grasa visceral a través de ejercicio y dieta balanceada podría ser crucial para prevenir o retrasar el desarrollo del Alzheimer. A nivel global, con la obesidad afectando a más del 40% de los adultos y una población envejecida, esta investigación representa un llamado urgente a la acción.

Los expertos también destacaron la necesidad de más estudios a largo plazo y el uso de tecnologías avanzadas, como tomografías PET y resonancias magnéticas, para identificar cambios cerebrales tempranos. Mientras tanto, las intervenciones dirigidas a combatir la obesidad abdominal se posicionan como una herramienta poderosa para salvaguardar la salud cerebral en las próximas décadas.