Publicado por: DiarioTiempo21 | miércoles 27 de abril de 2016 | Publicado a las: 22:40
“Lo primero es abrirnos a una mayor transparencia”, declaró el martes el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, quien invitó a ver la película
en una sala de la cancillería a algunas de las víctimas de la colonia fundada por Paul Schäfer en 1961.
“Durante mucho tiempo, desde los años 60 hasta los 80, los diplomáticos alemanes miraron hacia otro lado o al menos hicieron muy poco para proteger a sus compatriotas en esta colonia”, reconoció Steinmeier, tras hablar de un “capítulo poco feliz en la historia del ministerio alemán de Exteriores”.
Entrada a uno de los tantos búnkers que usaba Paul Schäfer en Colonia Dignidad. /AFP
Situada cerca de la ciudad de Parral, unos 350 kilómetros al sur de Santiago, la Colonia Dignidad era una secta escondida tras la pantalla de una cooperativa agrícola de colonos alemanes.
Su líder, Paul Schäfer, la convirtió en un escenario de abusos sexuales a menores, trabajo esclavo y torturas. En el predio incluso funcionó un campo de concentración de la dictadura de Augusto Pinochet. Solo un puñado de personas logró escapar durante las casi cuatro décadas que funcionó la “colonia”.
Paul Schäfer, en Chile tras ser trasladado desde Buenos Aires en marzo de 2005. / AP
El propio Schäfer fue detenido en Argentina en 2005, extraditado y condenado en Chile a 20 años de prisión por delitos como violación de menores e infracción a la ley de armas. Murió en 2010 a los 88 años de edad, cuando algunos de sus cómplices ya habían escapado de la justicia.
Tras la disolución de la Colonia Dignidad (intervenida por las autoridades chilenas en 2005), “el ministerio alemán de Exteriores no tuvo la decisión ni la transparencia necesaria para identificar su responsabilidad”, declaró el martes el ministro Steinmeier. “Solo gracias a algunos particulares, la opinión pública pudo saber paso a paso lo que sucedía en la secta”, agregó el político socialdemócrata.
“Las víctimas esperan que estas palabras se traduzcan en medidas concretas”, comentó por su parte Jan Stehle, del Centro de Documentación Chile-Latinoamérica. “Colonia Dignidad es un fracaso bilateral de los derechos humanos, en el que Chile y Alemania están implicados en partes iguales”, declaró Stehle al canal en español de la televisión alemana Deutsche Welle.
Según Stehle, se merecen reparaciones todos aquellos que sufrieron los horrores de la Colonia Dignidad: las víctimas de la dictadura, las víctimas de los abusos sexuales y las víctimas internas. “Solamente se ha investigado la punta del iceberg”, destacó Stehle, quien espera que Alemania y Chile emprendan medidas conjuntas , empezando por financiar un sitio de memoria en la antigua sede de la colonia.
En la actualidad, bajo el nombre deVilla Baviera allí funciona una explotación agrícola que vende productos alemanes como la Leberwurst y celebra para el turismo la fiesta de la cerveza, la Oktoberfest. Las víctimas quieren hacer un memorial en la “Bodega de papas”,un sótano que fue utilizado como cárcel durante la dictadura y también en el hospital y el portón de entrada al recinto, antiguamente coronado por un cartel que rezaba “Benefactora Dignidad”.
La fachada de la casa de Hartmut Hopp en Krefeld, Alemania./ EFE
Las víctimas también reclaman la detención de los represores de la Colonia Dignidad que aún siguen libres, como Hartmut Hopp, antiguo médico de la secta y mano derecha de Paul Schäfer. Condenado a prisión en Chile por abuso sexual de niños, Hopp vive en Krefeld, una ciudad del oeste de Alemania. Como ciudadano alemán no puede ser extraditado, por eso la justicia en Chile pidió que cumpla su condena en su país de origen, solicitud que la fiscalía correspondiente aún no ha respondido.
Con información de clarin.com