Publicado por: Claudio Nuñez | jueves 22 de septiembre de 2016 | Publicado a las: 14:11
«Una reforma educacional integral no puede seguir manteniendo una discriminación arbitraria por sexo, propia del siglo XIX, al menos en los colegios que reciben financiamiento público». Con esas palabras el senador por La Araucanía y vicepresidente del Senado, Jaime Quintana se refirió al debate que abrió una niña de 11 años a través de una carta donde pide ser admitida en el emblemático Instituto Nacional, recinto educacional solo para varones.
La menor, Marina Ascencio, estudiante de sexto básico de la escuela Guillermo Matta e hija de dos psicólogos, se convirtió en la primera mujer en pedir ingresar al tradicional establecimiento. En la carta que envió a la presidenta Michelle Bachelet, a la alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá, y al rector del Instituto Nacional, Fernando Soto, cuenta que su padre fue alumno del Instituto Nacional, por lo cual ella quiere estudiar allí. «A mí me gustaría ir al colegio al que él fue, porque quisiera ser tanto como mi padre y mi madre. Además, pese a que puedo ir al Carmela Carvajal, se me está negando el derecho de asistir al lugar donde estudió mi padre», sostiene.
De hecho, la discusión no es nueva. El parlamentario presentó hace casi dos años una indicación a la actual Ley de Inclusión para impedir a los establecimientos seleccionar por género. Sin embargo, la iniciativa no prosperó, motivo por el cual y sumado al apoyo ciudadano que concita esta materia, presentará una indicación en el marco de la discusión de Nueva Educación Pública para evitar la segregación por sexo.
«El Estado, con sus recursos, no puede ser cómplice de la segregación entre hombres y mujeres», reafirmó el senador PPD, quien se ha mostrado férreo a rechazar este tipo de discriminaciones.
COLEGIOS PÚBLICOS PARA TODOS
Además, Quintana sostuvo que «la reforma educacional ha introducido hasta ahora importantes avances, partiendo por el fin del lucro, el copago y la selección en todo establecimiento que recibe fondos públicos. También es un importante avance la carrera docente, pero no podemos dejar de lado aquellas arbitrariedades que impactan en la sala de clases, que a veces nos parecen obviedades porque nos hemos acostumbrado a ellas, pero que son cosas que no está bien.
Es más, según el legislador «no existen estudios que muestren alguna ventaja en los colegios que segregan por sexo, más bien lo que se produce ahí es una discriminación que repercute luego en la vida en sociedad. En Chile no deben seguir existiendo colegios públicos para hombres y otros para mujeres».