Publicado por: Karina Pavez | viernes 11 de septiembre de 2015 | Publicado a las: 00:11
El ritmo biológico de los adolescentes va unas tres horas detrás del que llevan los niños, por lo que lo ideal para su aprovechamiento en la escuela sería que comenzaran las clases a las 10:00 de la mañana, sugieren científicos británicos.
Investigadores de la Universidad de Oxford estiman que hasta ahora la sociedad ha prestado muy poca atención al ritmo biológico de las personas, en particular de los adolescentes quienes justo a esa edad se encuentran en una etapa de enormes cambios.
Nuestro reloj biológico es un ciclo diario que conduce el aumento y la baja regular de ciertos genes, así como el flujo y reflujo de nuestro desempeño cognitivo, nuestro metabolismo y así sucesivamente.
Durante gran parte de nuestras vidas, hay una discrepancia entre este ritmo y el día de trabajo típico, la mayoría de las personas entre 10 y 55 años no se adapta bien a levantarse temprano y deben recurrir a las alarmas para despertar.
“Así que tenemos una sociedad con falta de sueño, pero es el grupo de edad -entre 14 y 24 años- el más desfavorecido que cualquier otro”, sostuvo el doctor Paul Kelley, especialista en trastornos del sueño.
El ritmo biológico de los adolescentes “va atrasado”, por lo que cuando comienzan temprano sus actividades tienen sueño y ello puede afectar su aprendizaje y salud, afirmó el experto al presentar su proyecto en el Festival de Ciencia de Bradford.
Según los investigadores, los adolescentes pierden dos o tres horas de sueño eficaz por día, por lo que sus actividades escolares deberían comenzar a las 10:00 de la mañana para adaptarse mejor a su ritmo.
Los científicos preparan un importante estudio de campo para probar su propuesta, llamado Teensleep, para el cual tienen previsto reclutar a 100 escuelas en Reino Unido con miras a iniciar el ensayo el próximo año.
Sin embargo, aseguraron que “toda la evidencia apunta a lo mismo”, los adolescentes rendirían mejor en las escuelas si se retrasa el horario. “No hay resultados negativos para mover (la jornada escolar)”, añadieron.
Como parte del estudio, las escuelas cambiarán horarios de clase para los alumnos de entre 14 y 16 años a las 10:00 de la mañana, y ofrecerán “la educación del sueño” a los escolares para sensibilizarlos sobre la importancia de dormir bien durante las noches, evitando ver televisores o tabletas.
Otro grupo de escuelas sólo introducirá el cambio de horario y uno más no hará ninguna modificación, precisaron los investigadores, que tienen previsto reportar sus resultados en 2018.