Publicado por: Claudio Nuñez | lunes 12 de junio de 2017 | Publicado a las: 18:51
A diario estamos expuestos a virus y bacterias, pero es durante el invierno cuando éstos se multiplican y las defensas bajan, debido al frío y a los cambios bruscos de temperatura, provocando diversas enfermedades infecciosas y sumamente contagiosas. Virus como el AH1N1 –que genera influenza- o Norovirus –causante de la “gripe estomacal”- están dentro de los principales agentes de generación de estas patologías durante esta época y los automóviles son una fuente importante de acumulación y contagio al ser espacios cerrados y con poca ventilación.
Por este motivo, los expertos recomiendan realizar una vez al mes limpiezas físicas profundas de los vehículos, purificar el aire de los habitáculos, así como revisar el filtro de polen y cambiarlo cuando el servicio técnico así lo indique, mediante la utilización de tecnologías limpias y altamente eficientes, como Airlife.
Este sistema purifica e higieniza el interior y ductos de los vehículos, destruyendo los microrganismos y olores de origen orgánico. De esta manera, reduce hasta en 99% las diferentes colonias de gérmenes patógenos, sin necesidad de usar elementos químicos y sin dejar residuos.
“Además, la aplicación de Airlife tiene un control efectivo en hongos como el Aspergillus, que es un organismo que se encuentra frecuentemente en sistemas de aire acondicionado o calefacción, que están más expuestos a la acumulación de una gran cantidad de contaminantes como material particulado, bacterias, virus y hongos y que son perjudiciales para la salud”, explica René Barril, ingeniero civil bioquímico y gerente técnico corporativo de Airlife.
Los niños están entre la población más expuesta a sufrir este tipo de enfermedades durante el invierno y los sistemas de retención infantil –cuya utilización es hoy obligatoria en los automóviles que transportan menores de 9 años- también son fuente de propagación de los virus que generan este tipo de patologías.
“Se recomienda sanitizar todas las superficies expuestas al interior del habitáculo del automóvil una vez al mes. Es ideal que las sillas y butacas usadas por niños se encuentren aspiradas o libres de polvo grueso o material particulado, de manera de optimizar la aplicación del sistema y potenciar la eliminación de contaminantes microbiológicos”, agrega René Barril.
Adicionalmente, el experto sugiere controlar la temperatura interior de manera que no existan grandes fluctuaciones al salir del vehículo, así como revisar el filtro de polen y cambiarlo cuando el servicio técnico así lo indique, especialmente en el caso de los automóviles donde se transportan niños.