Publicado por: Karina Pavez | miércoles 24 de junio de 2015 | Publicado a las: 01:06
Todos hemos oído más de una vez que está recomendado tomar una copa de vino al día, ¿pero por qué?; la respuesta se encuentra en los taninos del vino, que a pesar de ser tóxicos para nuestro organismo, su consumo de forma moderada reduce la formación de placas de ateroma o aterosclerosis.
La ingesta excesiva de grasas está directamente relacionada con el aumento del LDL (lipoproteína de baja densidad o el denominado comúnmente “colesterol malo”), el cual se va acumulando en nuestras arterias formando placas de ateroma. Si este depósito de ateroma continúa prolongado en el tiempo, la arteria se colapsa y se produce un infarto.
Científicos estadounidenses, descubrieron que los taninos del vino paralizan la síntesis de la endotelina-1 (ET-1), un péptido que es crucial en la formación de las placas de ateroma. La ET-1 es un péptido sintetizado por las células del músculo liso, el cual se encuentra recubriendo la parte más interna de los vasos sanguíneos. Su función es proliferativa y vasoconstrictora, por lo que juega un papel importante en la aterosclerosis.
Los taninos son metabolitos fenólicos, que proceden de vegetales, como por ejemplo las pepitas o la piel de la uva. Son los responsables del sabor característico y único de cada vino, como por ejemplo el ácido gálico, pero además consumidos con moderación bloquean la acción de la ET-1, con lo que esa proliferación de ateroma es sitiada.
En conclusión, como ya sabemos nada en exceso es bueno, pero en este caso consumir vino tinto con moderación, además de hacernos disfrutar de un buen sabor para el paladar es bueno para reducir posibles enfermedades cardiovasculares.