Publicado por: Karina Pavez | lunes 28 de septiembre de 2015 | Publicado a las: 22:04
Quizás nunca entenderemos porque millones de personas en relaciones serias toman la decisión de ser infieles, pero la ciencia muestra que los infieles caen en tres categorías.
A primera vista, las razones para engañar a su pareja varían tanto como las vidas de cada persona. De acuerdo con un estudio publicado en el diario Archives of Sexual Behavior, 1 de cada 5 hombres y mujeres en E.U.A. son infieles.
No obstante la mayoría de las infidelidades caen en dos categorías principales. De acuerdo con Pepper Schwartz, profesora de sociología en la Universidad de Washington, la primer categoría aplica para las personas que están aburridas y no particularmente felices respecto a su vida sexual, aunque el sexo no sea malo.
Usualmente estas personas no buscan activamente una aventura, pero toman provecho de conocer a una persona que les parece atractiva. Schwartz los describe como individuos que han estado en una relación por mucho tiempo y añoran la emoción de algo nuevo.
La otra categoría es de las personas que no están contentas en su relación, pero no quieren dejar a su pareja por varias razones – como los hijos o el dinero – pero sólo anhelan algo que les de fortaleza emocional. La profesora Schwartz afirma que muchas utilizan el sexo para eso y buscan otra relación.
Aunque ambas categorías tienen matices – por ejemplo, para quienes no están satisfechos con su relación, algunos buscan vengarse de su pareja y otros quieren una mejor a su vida sexual.
Además, de acuerdo Christin Munsch, profesora de sociología de la Universidad de Connecticut, el dinero también juega un rol importante en la infidelidad. Si se tiene una mayor dependencia económica a la pareja, hay mas probabilidades de que sea infiel. Esta medida no es en término de los ingresos absolutos, sino en cuanto gana una persona en relación a su pareja.
Por último, de acuerdo con una investigación de Munsch (que aún no ha sido publicada), la infidelidad se facilita con la oportunidad. Hombres y mujeres que trabajan en profesiones dominadas por el sexo opuesto tienen más posibilidades de engañar a su pareja.