Publicado por: Claudio Nuñez | miércoles 27 de diciembre de 2017 | Publicado a las: 21:38
Gracias al impulso, cofinanciamiento y acompañamiento técnico otorgado por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), en la región de O’Higgins se está desarrollando un proyecto que tiene la virtud de incorporar a los pequeños productores de quínoa a las cadenas de valor de la industria de los alimentos saludables.
La iniciativa ejecutada por el emprendedor Rodrigo Pizarro y la Universidad de Santiago, apunta a la elaboración de una línea de snacks saludables –bajo la marca Promauka– en base a granos y harina de quínoa extruidos, con alto contenido proteico, rico en fibra y libres de gluten, dando origen a una nueva línea de negocio a través de la cual se fomentará el conocimiento del producto y el posicionamiento de la marca en la región y a nivel nacional.
Según explica Pizarro, el proyecto surgió como resultado de una necesidad detectada, de crear una alternativa innovadora a la actual oferta de quínoa a nivel nacional, pensando en hacer más competitivo el grano nacional “relevando su valor nutricional y aprovechando la tendencia hacia el consumo de alimentos más saludables”.
Para su lanzamiento, se espera que Promauka cuente con 2 líneas de productos: cereales para el desayuno y snacks salados, cuyo ingrediente principal será la quínoa y que serán del tipo chips o souffles, “con los que pretendemos abarcar diferentes segmentos de mercado y suplir o reemplazar en cierta medida el consumo de alimentos más nocivos para la salud, siendo igualmente ricos para el consumidor”, destaca.
Además de su potencial comercial, una de las virtudes del proyecto es la utilización de materia prima generada por productores campesinos del secano costero, incorporándolos a las cadenas de valor de la industria de alimentos saludables. “Sin duda esta iniciativa constituye un encadenamiento virtuoso, ya que al integrar al productor primario a las cadenas de valor se produce transferencia de riqueza, lo que redunda en una mejor calidad de vida para la agricultura familiar campesina”, subraya la ejecutiva de innovación de FIA y supervisora del proyecto, Marcela Arce.
IMPACTO SOCIAL
Diversos estudios sostienen que la quínoa contiene todos los aminoácidos esenciales, particularmente arginina e histidina, y es alta en lisina, un aminoácido no muy abundante en el reino vegetal. Asimismo, posee la mayor proporción y mejores proteínas en relación a otros cereales (la quínoa es un pseudocereal), es rica en ácidos grasos y minerales, además de ser fuente de vitamina E y varias vitaminas del grupo B, atributos que Marcela Arce considera claves a la hora de proyectar las opciones de Promauka en el mercado. “Se pretende realizar una serie de análisis a los principales componentes a utilizar, para que la combinación determinada cumpla con el aporte nutricional esperado, porcentajes de fibra y ausencia de gluten”, indica la profesional de FIA.
Lo anterior –complementa Pizarro– “implica ofrecer al cliente un producto innovador, que respete la autenticidad sociocultural de las comunidades del secano costero de la región de O´Higgins” y las integre en un desarrollo y encadenamiento conjunto entendiendo que ellos son parte fundamental de la cadena de valor”.
De esta manera, el objetivo de Promauka es lograr consolidarse como una actividad económica viable en el largo plazo, ofreciendo una fuente de empleo estable, que reporte ingresos y beneficios sociales a los productores de quínoa, quienes hoy no poseen participación alguna en las utilidades finales de la cadena. “A través de este emprendimiento queremos integrarlos en propiedad a las cadenas de valor de la industria de alimentos saludables, generando un positivo impacto en sus ingresos y calidad de vida y dándole estabilidad a una industria en crecimiento”, concluye Rodrigo Pizarro.