Publicado por: DiarioTiempo21 | viernes 29 de julio de 2016 | Publicado a las: 07:40
Con un espectáculo que se efectuará mañana en el Gimnasio Municipal de Cherquenco, su tierra natal, el maestro del acordeón festejará seis décadas tocando el acordeón en tantos escenarios nacionales y con tantos artistas reconocidos internacionalmente, que celebrará en su tierra. Al público que recuerda con especial cariño, es el universitario, es que “me quieren mucho”.
Sesenta años en la música es “toda una vida”, parodiando la famosa película del francés Claude Lelouch de los años 70. Porque eso se celebrará mañana sábado en Cherquenco el reconocido músico regional y nacional, Pedro Villarroel Sandoval, señalado como uno de los buenos acordeonistas nacionales y maestro de otros cuántos que circulan por los lugares más increíbles de nuestra geografía regional y nacional.
Para ello se ha organizado en el Gimnasio Municipal de Cherquenco un espectáculo de más de tres horas de duración, donde músicos y bandas regionales rendirán un sentido –y merecido homenaje- a Pedro.
Es tanto su valor como músico popular, que la Municipalidad de Vilcún lo postula al Premio Margot Loyola y como tesoro Humano Vivo, del Consejo de la Cultura y Las Artes. Y no es para menos. Porque Pedro Villarroel ha sido reconocido por artistas nacionales como Inti Illimani y Quilapayún.
Cuando se le pregunta por cuánto tiempo más seguirá con su acordeón presentándose por festivales importantes, en el cine y otros escenarios señala que no sabe hasta cuándo porque “entre la muerte y el acordeón, me quedo con el acordeón” y sigue encantando a su público, que es tan disperso que resulta difícil clasificarlo. Uno de sus preferidos es el universitario, que enloquecen con el acordeón y la música popular- campesina, que lo han transformado en uno de sus favoritos, especialmente cuando llegaba a tocar a un local clásico de los jóvenes, el “Klandestino”.
Gracias a su buena disposición y humildad, es solicitado en forma permanente a diferentes locales, desde restoranes, hoteles, encuentros familiares o locales juveniles. “Voy a diferentes locales, toco con conjuntos y en lugares donde requieren mis servicios. Es que toco desde los seis años, porque mis padres, hermanos y hermanas fueron y son todos músicos y con ellos aprendí. Después en Temuco seguí solo”.
Reconoce que su maestro fue su papá, con quien tocó su acordeón hasta los 30 años, donde reunió una experiencia que lo mantiene como un maestro del acordeón y que muchos artistas de afuera valoran, especialmente grandes músicos como Quilapayún, quienes lo han invitado a compartir el “bajativo musical”, cuando los artistas después de una presentación, siguen guitarreando y cantando con su entorno más íntimo.
Pero no solo han sido con ellos, ha estado en presentaciones con artistas como Los Diamantes del Sol, Álvaro Salas, Ubiergo y tantos otros. “Les gusta como toco el acordeón”. También recuerda con especial cariño cuando Max Berrú, el músico ecuatoriano integrante de Inti Illimani, lo invitó a tocar juntos.
Su música no solo se ha quedado en nuestra región o en el sur, “también recorrí la zona sur de Argentina, desde Neuquén hasta la Patagonia, tocando y acompañando a grandes artistas. En una oportunidad fui a Chiloé con Blas Muñoz y decidimos tocar música chilota, pero en su estilo. Ha sido una de mis grandes presentaciones porque los chilotes agradecieron que tocara su música, pero en forma distinta”.
Acerca de sus instrumentos, dice que ha tenido como 30 acordeones, “los trabajo bien los cuido y les hago mantenimiento minucioso y los cuido como algo muy personal, me han dado para trabajar y mantener mi familia”.