Publicado por: Claudio Nuñez | lunes 27 de julio de 2020 | Publicado a las: 15:43
Por Dr. Eduardo Sandoval Obando, Investigador Instituto de Estudios Sociales y Humanísticos (IDESH) Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades Universidad Autónoma de Chile
En el marco de la estrategia de desconfinamiento impulsado por el Gobierno se instalan un conjunto de desafíos para las personas y sus comunidades dentro de un contexto aún marcado por la incertidumbre, el miedo al contagio, los procesos de duelo y la pérdida, el impacto de la recesión económica y los diferentes estresores que han surgido a partir del teletrabajo y la educación a distancia.
No podemos olvidar que el COVID 19 aún sigue siendo una amenaza directa para las personas y sus comunidades, particularmente para los grupos de riesgo por lo que las condiciones de vulnerabilidad sólo se pueden afrontar cumpliendo estrictamente con las medidas de higiene recomendadas desde la Organización Mundial de la Salud: lavado frecuente de manos, uso obligatorio y correcto de mascarilla, y distanciamiento físico; además de estar informado por fuentes oficiales de las medidas sanitarias exigidas en cada región de Chile.
El plan Paso a Paso es una estrategia perfectible y que potencialmente sufrirá modificaciones y readecuaciones de acuerdo a las recomendaciones de la Mesa Social COVID 19 y las orientaciones de la OMS, además de las observaciones que puedan aportar los municipios y expertos de la sociedad civil para velar por la implementación segura y responsable del desconfinamiento.
En su globalidad, dicho plan comprende un proceso gradual y progresivo de aumento parcial de las libertades individuales de las personas, del funcionamiento del comercio y el reestablecimiento de la vida cotidiana mediante diferentes fases; etapas que en su conjunto dependerán de la situación epidemiológica presente en cada región. Es decir, el plan de desconfinamiento está sujeto a ciertos parámetros epidemiológicos: baja constante al contagio, que la positividad al PCR sea menor al 10%; mejora de los mecanismos de trazabilidad; y descongestión de la red de salud integrada del país.
En vista de lo anterior, y a pesar de que las cifras epidemiológicas en el país puedan ser promisorias, es necesario reiterar en la población que no se pueden relajar las medidas sanitarias y de autocuidado. El riesgo del rebrote y un aumento de los contagios es una amenaza esperable, de acuerdo a lo reportado por otros países en el mundo. Por lo tanto, un plan de desconfinamiento seguro requiere responsabilidad, flexibilidad y autocuidado por parte de las personas y sus comunidades.