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Opinión: El Arte de Denunciar

Publicado por: Claudio Nuñez | viernes 27 de septiembre de 2019 | Publicado a las: 11:44

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“La denuncia es un container, que mantiene un conjunto de elementos, antecedentes y voluntades, para conocer de un hecho e impartir justicia, que dependerá de tantos factores para su resolución, incluso de la suerte y buen ánimo de quienes están encargados de administrarla”.

 

Por Jorge Aguirre Hrepic, Consultor en Inseguridad, Criminalista-Criminologo.

 

El conocimiento de un hecho, que eventualmente puede revestir caracteres de delito, en lo formal se ejecuta o materializa a través de una “denuncia”.

Ahora bien, a diario, se habla de la denuncia y se invita a los ciudadanos que lo hagan cuando se sientan afectados o victimas de algo.

Entonces, ¿Qué es la denuncia?

La denuncia, por definición, es una acción y efecto de denunciar, es decir, noticiar, avisar, informar, declarar la irregularidad o ilegalidad de algo. Esta denuncia debe realizarse ante las autoridades competentes o correspondientes, para que se ponga en marcha un mecanismo formal, descrito en el sistema jurídico, que ahora es público y contradictorio, en el sistema procesal penal.

También existen denuncias sobre hechos que, necesariamente no son del ámbito penal, pero igual deben ejecutarse ante autoridades competentes.

¿Quiénes son estas autoridades competentes?

Principalmente son las dos policías (Carabineros de Chile – PDI), también en forma directa las Fiscalías del Ministerio Publico y Tribunales de Justicia (Juzgado de Garantías).

Con la denuncia se activan los órganos competentes para efectuar varias diligencias y una de ellas es la investigación, comprobación del hecho punible y determinación de sus autores.

En Chile, la ley ordena que cada autoridad que tome conocimiento de un hecho constitutivo de delito, tiene la obligación de denunciar, responsabilidad y obligación no aplicable para los particulares.

Es decir, para el resto de los ciudadanos, se traduce en una acción moral, en un acto voluntario, involucrarse en la denuncia, reconociéndose eso sí, que, a través de las redes sociales, se ha incentivado la denuncia, pero no se ha podido regular la responsabilidad a la hora de denunciar, ya que generalmente, muchos denunciantes, -dependiendo del hecho-, después se desdicen.

Las víctimas, que son las personas que sufren, a veces se sienten impedidas de denunciar, por aspectos emocionales, por falta de claridad en los hechos, por juicio moral de reproche al saber cómo se generaron los actos que llevan al delito y por consiguiente al rol de víctima, por ignorancia, por temor, en fin, justificación no falta y por ello, otros asumen este rol y así evitar la segunda victimización (re victimización), que genera mayores complicaciones.

En contraparte a lo anterior, hay personas especializadas y experimentadas en denunciar, es decir ante cualquier evento que pueda afectarles a futuro, realizan denuncias o falsas denuncias, tales como, una persona que choco su vehículo y se dio a la fuga, parte a la comisaria de otro sector, a denunciar el robo de su vehículo. Otras denuncias para efectos del seguro, hechos que no son como dicen que ocurrieron.

Otros efectúan denuncias de un mismo hecho en dos sedes judiciales distintas, lo que ha sido recurrente en la actualidad con el caso de “Violencia intrafamiliar”, que de los análisis cualitativos se desprenden, que no pocas, se denuncian en la fiscalía y juzgados de familia, – simultáneamente-, con la finalidad de abrir dos frentes al denunciado, y como el sistema de denuncias en Chile, no es inteligente, nadie se percata de tal situación, hasta cuando se materializan las diligencias y audiencias, donde recién, los abogados defensores y no los jueces o fiscales de oficio; deben solicitar la incompetencia de uno o de otro Tribunal. Pese al tiempo transcurrido, estas irregularidades siguen ocurriendo. ¿Dónde está la economía procesal, que tanto se invoca en los Tribunales?

Es necesario señalar, que, a partir de la reforma procesal penal, surgió una interesante figura, utilizada en la práctica, más de lo que se supone, esta es la “Auto denuncia”, que es la propia denuncia que realiza una persona sobre algún delito que cometió, informando los hechos, esta situación, le permite al auto denunciado, atenuar y rebajar las penas. Sin ir más lejos, recientemente Francisco Frei, se auto denuncio de haber estafado a su hermano Eduardo Frei, lo que vino a poner en el tapete publico esta modalidad de auto denuncia.

Antiguamente, conforme el criterio estadístico criminal, las denuncias asustaban a las jefaturas y a algunas autoridades, ya que no solo significaba aumento de delitos, si no que incompetencia profesional de inmediato, ya que no existía la sensación de inseguridad, bajo ningún termino, menos como se conoce hoy, a partir de los medios de comunicación, – que a veces, -, presentan toda una parrilla programática de actos delictuales, especialmente en los matinales de televisión.

En la actualidad, la tónica es otra, existe una invitación a denunciar los hechos, para de esta forma conocer la realidad delictiva. Es decir, lo que no se denuncia es la información que no se conocerá de algo que ocurrió.

En palabras simples y desde la perspectiva criminológica, se le llama oscurantismo criminal a la información que se desconoce a raíz de la NO denuncia.

Como sea, en la práctica, han aumentado las denuncias y por lo tanto han aumentado los delitos, y por qué es necesario conocer si aumentaron los sujetos delincuentes o son menos los delincuentes que cometen varios delitos, de ahí que la investigación, después de la denuncia es vital.

Para ello, lo fundamental, debe mediar el menor tiempo de ocurrencia de un hecho con el acto físico de denunciar, ya que tiempo que pasa es la verdad que huye, perdiéndose los antecedentes útiles, para impartir “justicia”.

Los sistemas estadísticos, de una u otra forma amarran, significativamente un escenario territorial, por eso en algunas partes, se manipulaban los datos estadísticos, cambiando los hechos, para evitar que se considere un sector como “zona roja”, delictiva o de peligro y no mostrar la ineficiencia policial.

Si bien, existen varias plataformas de control estadístico las principales son el Sistema Integrado Estadístico de Carabineros, estadísticas del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), Sistema AUPOL de Carabineros, Sistema estadístico de la PDI, sistema estadístico del Ministerio Publico, de Gendarmería de Chile, del Poder Judicial, de la Fundación Paz Ciudadana, del sistema STOP y por supuesto las bases de datos de que posee la Subsecretaria de Prevención del Delito.

En la actualidad, cientos de personas asociadas al tema de la seguridad ciudadana, cientos de alcaldes, muchos directores de seguridad municipales, políticos, ONG, Observatorios, eventuales candidatos, gremios, y un largo etcétera, hablan de seguridad y presentan ideas y propuestas para la prevención y el control.

De hecho, el propio Ministerio Público, más conocidos como las Fiscalías, diseñado constitucionalmente como una institución cuya única misión es monopolizar la persecución penal, desde un tiempo a la fecha se dedica a la “prevención”, participando en cuanto comité y mesa de trabajo hay al efecto, especialmente en el COSOC (Consejo de las organizaciones de la sociedad civil) municipales, Consejos Regionales y Provinciales, desnaturalizando su función primordial.

Bueno, hay que entender que Chile es un país donde el deporte favorito del sistema es arrogarse atribuciones, donde la ley no lo autoriza, donde la improvisación es parte de la esencia, donde todos hacen de todo (teoría del maestro chasquilla), pero, además, la ley es algo tibia, al no prohibir tajantemente algunas actuaciones de los diversos agentes del estado o empleados públicos, salvo resolución a partir de algún recurso de protección.

Para no confundir con teoría, hay que considerar lo que ocurre en la práctica y cuál es el flujo real de la denuncia, y el ejemplo clásico es el delito de “Robo con fuerza o violencia”, donde un afectado o víctima, concurre a denunciar este delito a Carabineros de Chile al cuartel, es atendido, generalmente se requiere harto tiempo en esta diligencia. Luego, Carabineros tiene 12 horas para informar a la Fiscalía, es decir remitir la denuncia. Una vez en la Fiscalía, generalmente el Fiscal Jefe, dispone asignar a Un Fiscal, este fiscal coordina con algún abogado asistente las acciones a realizar y después de un tiempo, disponen las ordenes de investigar que generalmente, se direccionan a la Brigada de Robos (BIRO) de la PDI, quienes verán si coordinan con el Laboratorio de Criminalística por el asunto huellas u otras pericias.

Es vital saber que la denuncia se puede dejar en cualquier Comisaria o cuartel policial, no es necesario que sea en el mismo sector territorial donde ocurrió el delito.

En definitiva, la denuncia es un container, que mantiene un conjunto de elementos, antecedentes y voluntades, para conocer de un hecho e impartir justicia, que dependerá de tantos factores para su resolución, incluso de la suerte y buen ánimo de quienes están encargados de administrarla, así de simple. Si tiene el denunciante más suerte, recibirá una carta de la Fiscalía, donde le pedirán otros antecedentes sobre algún sospechoso, no imaginario o le comunicarán del archivo de la misma.

En estricto rigor, es bastante imbrincado y lato, el trámite de la denuncia en la realidad, más allá de la interacción vía internet, para conocer de las causas, de las diligencias, por ello se propone lo siguiente:

Que, las denuncias en Chile, se acojan solo en el Ministerio Publico, y de ahí se dispongan las medidas y diligencias ante cada denuncia, a los respectivos órganos investigadores.

¿Qué permite lo anterior?

La idea de acoger en una sola Institución las denuncias, permite:

1.- Unificar los criterios de denuncias.

2.- Enfocarse en la persecución penal profesional a todo evento

3.- Liberar personal de Carabineros de guardia de denuncia.

4.- Liberar personal de PDI de guardia de denuncia.

5.- Las policías se dedican a detenidos por delitos flagrantes.

6.- Se delimitan las funciones reales.

Sin duda, el desorden no es bueno y hay que respetar las funciones profesionales de cada institución y ser consecuente con lo que se dice todos los días, respecto a la supuesta falta de policías en la calle. Es más, se quiere contratar a 60 asistentes de guardia para Carabineros en Santiago, para reforzar las guardias de denuncia, como plan piloto. Lo mismo, se pierden investigadores de la PDI, acogiendo denuncias, y máxime que después hay todo un flujo lento para el trámite de la denuncia, que no es del caso ahondar en ello.

Lo lamentable, es que a nadie le gusta trasnochar, y muchas denuncias se hacen en la noche, por lo que las Fiscalías deberían tener turnos completos y crear el cargo de “Fiscal de Guardia”, y ya no estar solo de llamado, con esto se termina la farándula procesal, se disminuye el negocio de la prevención y se centran en la persecución penal, se templa la vocación del servicio público y porque no decirlo, Chile, bien vale un acto de sacrificio, especialmente por su gente y el futuro del país.

 

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