Publicado por: DiarioTiempo21 | viernes 29 de julio de 2016 | Publicado a las: 06:56
El experto dijo que en el siglo XIX se podía gobernar Chile desde Santiago y se podía gobernar España desde Madrid y Francia desde Paris y Ecuador desde Quito. En el siglo XXI eso no puede seguir así y que difícilmente se podrá gobernar un país con delegados, comisionados o virreyes enviados a los territorios. “Los territorios quieren gobernarse por sí mismos porque la gente se ha hecho mayor”.
A contar de esta fecha, los Consejos Regionales del país se incorporan a la ORU Fogar –organización española que tiene como objetivo ser la voz de los gobiernos intermedios en parlamentos, frente a los gobiernos nacionales y en todas las instancias internacionales- decisión adoptada recientemente en Pucón, donde se reunieron consejeros de todas las regiones del país con asesores de ORU Fogar.
“Nosotros nos incorporamos a ORU Fogar por la experiencia que ellos tienen en los procesos de descentralización en el mundo. Por ello, escuchamos a una economista de gran prestigio internacional y experta en descentralización. Fue una jornada muy exitosa donde llegaron consejeros de Arica hasta de Magallanes”, dijo el presidente nacional de los consejeros regionales, Marcelo Carrasco.
En el encuentro, también intervino Carles Llorens Vila, secretario general de ORU, quien expuso una visión general acerca de los gobiernos intermedios a nivel mundial.
“Organización de Regiones Unidas reúne a las regiones del mundo. General mente en Europa se les llama regiones y en América Latina son estados federales, provincias, intendencias, prefecturas, departamentos. Somos una organización de los gobiernos intermedios, no gobiernos centrales, no gobiernos locales. Nació el 1007 con la voluntad de hacer un lobby de las regiones, frente a las Naciones Unidas, organizaciones multilaterales y hacer un lobby para influir en la agenda global”, explica Carles Llorens, quien realizó una breve gira por América latina para tomar contactos con lo que llama “los gobiernos intermedios”.
Explicó que venían trabajando desde el año 2.000 en los objetivos del milenio, que inciden fuertemente en competencias de los gobiernos intermedios o de las regiones pero Naciones Unidas no nos reconocían en ningún sentido y por eso se organizó ORU Fogar. Hoy, más allá de ser la voz de las regiones en temas de la agenda global, cambio climático, seguridad alimentaria, hábitat, somos una red para poner en contacto experiencias de regiones, una plataforma de servicios a las regiones miembros y un espacio abierto y de encuentro de todas las regiones del mundo.
Señala que su organización se preocupa por la agenda de los gobiernos intermedios ¿cuáles son esos temas hoy, ahora?
-Hemos renovado los métodos de desarrollo sostenible de Naciones Unidas el año pasado, pero trabajamos todos los temas que preocupa a las regiones que forman parte de esta agenda global. En el último año hemos trabajado mucho el tema del cambio climático, que es asunto de un gran debate internacional y temas iniciativas relacionadas con ello. Hoy estamos trabajando en un documento para en Hábitat 3, que tiene como objetivo la nueva agenda urbana. Muchos creen que este es un debate para las ciudades pero estamos diciendo que no, porque es un debate de los territorios, porque las ciudades no se pueden gestionar en abstracto y solas, sino que dependen de territorios que les dan alimentos, agua y contorno.
¿Que fortalezas encuentra usted en el diseño de los Consejos regionales en Chile?
-En esta reunión he dicho algo que ha tenido éxito porque ha tenido cierta repercusión. He dicho que en Chile veo una fortaleza y una debilidad. Fortaleza en los consejrosa regionales donde veo un entusiasmo imprsionante y una motivación increíble. Pero la provocación fue explicar que desde un punto de vista institucional y paradójicamente con un país que es líder en tantos temas, Chile está en el vagón de la cola en descentralización. En toda América Latina. Repito, es paradójico que desde tantos puntos de vista, especialmente los económicos, Chile es un espejo para muchos países del continente; cómo se gestionado la economía en Chile especialmente los últimos años ha sido un éxito, pues es un espejo para muchos. En cambio, resulta que está en el vagón de atrás en la descentralización.
Con esta experiencia y conocimiento, que recomienda usted para llevar el hilo conductos y terminar con ser el último vagón del tren, de acuerdo con la experiencia internacional que ha reunido su organización…
-Yo ni puedo ni debo decirles a los chilenos lo que deben hacer ni es función de una organización como la nuestra. Pero en todo caso tenemos la experiencia de ver cómo se desencadenan procesos de descentralización y como se pueden implementar en esta reunión que hemos tenido en Pucón. Pero no se puede empezar la casa por el tejado y quizás en este caso y en otros es que el estado central reconozca ciertas competencias a las regiones y que esta se vayan sufragando inicialmente con la inversión del estado central. Este puede ser el inicio.
Siempre desde la perspectiva de la experiencia de ORU Focar. Este puede ser el inicio ¿Y qué viene después?
-Evidentemente después puede ser la autonomía fiscal y en muchas regiones del mundo estos territorios tienen una gran autonomía fiscal. Gestionan y recaudan sus propios impuestos, pero parece evidente que no es la forma de empezar. Quizás la mejor forma sería que el estado chileno central reconociera ciertas competencias y que las pueda financiar con recursos cedidos por parte del estado.
Para que no parezca una intromisión de su organización en las competencias internas de nuestro país ¿cuál es la experiencia internacional en este sentido?
-Lo que puedo decir es que nosotros tenemos una intuición muy fuerte: la descentralización es futuro. En un mundo complejo, donde la gente ya no cede fácilmente las capacidades a los gobernantes; en un mundo donde todo el mundo quiere ser respetado, en un mundo complejo con diversos intereses, pues es difícil manera los países desde las capitales únicamente. En el siglo XIX se podía gobernar Chile desde Santiago y se podía gobernar España desde Madrid y Francia desde Paris y Ecuador desde Quito. En el siglo XXI eso no puede seguir así y difícilmente se podrá gobernar un país con delegados, comisionados o virreyes enviados a los territorios. Los territorios quieren gobernarse por sí mismos porque la gente se ha hecho mayor. Desde este punto de vista creemos que la modernidad pasa por la descentralización.
Pero en el desarrollo político de países de cualquier continente, ¿cuál es la intuición de ORU Fogar en países que han tenido un fuerte crecimiento cultural y económico gracias a la descentralización?
-Debo decirle que –y es una intuición fuerte- tenemos dos convicciones recogidas en el movimiento regional internacional. -Una, es que estamos convencidos que la descentralización y autonomía política da calidad a la democracia. No sé si en Chile puede culminar en un cierto proceso democrático. En todo el mundo hoy ha habido tantos problemas de corrupción, en que la ciudadanía no se siente representada por el sistema político, que crear gobiernos de dimensión humana puede ayudarnos en eso.
Segundo, la otra convicción nuestra, es que la descentralización es una ayuda importante a los procesos de desarrollo. En este sentido, hay un ejemplo muy clásico, el caso alemán. Después de la Segunda Guerra Mundial los aliados dijeron que no podían tener más un país tan fuerte como Alemania y la partieron: oriental y occidental. Pero además, la occidental la dividieron en regiones, pensando que era una forma de debilitarla. Pues resulta ahora que la división en regiones ha sido la gran fuerza de Alemania, que se ha desarrollado en una forma impensable y ha sido capaz de anexar la del Este. Es decir, la descentralización ha sido prodigiosa para Alemania.