Un Chile totalmente irreconocible, inexistente, sin ánimo, no pudo frente a un corajudo Bolivia que impuso su localía sin hacer mucho.

La Roja más bien fue sólo empuje, pero lo más grave es que no existe un funcionamiento de juego y que no basta con ganar con la chapa de «bicampeones de América» que raya en el rídiculo total y absoluto.

Jugadores sin ánimo como Alexis Sánchez que tomaba la pelota y no se conectaba con sus compañeros; Isla y Beausejour nunca desbordaron, miedoso Marcelo Díaz y un irresponsable en el penal que derivó en la única conquista altiplánica; incluso dejó de ser el mismo cuando cometió el error ante Alemania en la Confederaciones, un jugador muerto sicológicamente.

Vidal inconexo, Medel y Bravo han hecho lo mejor posible pero lamentablemente el responsable también es Pizzi que no planificó bien este partido, perdido en el limbo, tiene las horas contadas.

Bolivia lo ganó con propiedad, simple, efectivo, independiente del penal, pero lo más grave es que la Roja desperdició toda chance para clasificar directamente; vergonzozo, paupérrimo, repudiable estos jugadores que sólo creen que con una chapa van a ganar, se equivocan.

Ahora volvemos a la calculadora.