Publicado por: Claudio Nuñez | martes 18 de julio de 2017 | Publicado a las: 15:38
La cirugía plástica no sólo es estética, también tiene como fin reconstruir defectos congénitos, postraumáticos o para atenuar cicatrices de otras cirugías. En Chile, la mayoría de las cirugías reconstructivas en menores se realizan “por malformaciones de nacimiento como labio leporino o por accidentes como quemaduras o traumáticos”, asegura la Presidenta de la Sociedad Chilena de Cirugía Plástica, Dra. Montserrat Fontbona.
Según los últimos datos de Adimark, en Chile nacen entre 400 y 500 niños con fisuras de labio o paladar. Esta anomalía, conocida popularmente como labio leporino, es una malformación que se origina entre la cuarta y la novena semana de gestación. Este tipo de fisuras afecta la alimentación, el desarrollo del habla y también el autoestima de los pacientes. La cirugía plástica reconstructiva y el trabajo conjunto de equipos multidisciplinarios de expertos certificados tienen un alto nivel de éxito para tratar estos casos.
En cuando a las quemaduras, un procedimiento reconstructivo muchas veces es indicado para tratar casos agudos y las secuelas de las lesiones. “Dado que las secuelas de una quemadura producirán una alteración funcional y estética en estos pacientes, es fundamental que el tratamiento sea realizado por un especialista adecuadamente capacitado para su manejo», señala Fontbona.
La Presidente de la SCCP explica, además, que “cuando se trata de niños, involucrar a la familia en el tratamiento es crucial. Estos procedimientos constan de varias intervenciones, por este motivo lo más importante es que los pacientes tengan acceso a información apropiada, a una atención especializada de salud y recurran a especialistas certificados».
Otro tipo de intervenciones reconstructivas solicitadas por pacientes menores de edad son la otoplastía (corrección de orejas aladas), la reducción mamaria y la rinoplastía. Sin embargo, en los menores de edad es necesaria una adecuada evaluación desde punto de vista físico y sicológico antes de realizar estas cirugías. Así, se pueden determinar los motivos por los cuales la solicita, su capacidad de enfrentar una operación y los cambios que esta producirá. Esto puede requerir de un equipo multidisciplinario que considere la participación conjunta de un pediatra, psicólogo y un cirujano plástico. El primer diagnóstico es clave, pues la evolución de las intervenciones quirúrgicas difiere a la de los adultos, porque la estructura tratada y los órganos están aún en crecimiento, y así también la autoestima del paciente.
ACERCA DE LA SOCIEDAD CHILENA DE CIRUGÍA PLÁSTICA
La Sociedad Chilena de Cirugía Plástica (SCCP) es una institución médica, sin fines de lucro, que vela por la calidad de la formación, certificación y atención de los cirujanos plásticos, mediante su continuo perfeccionamiento para realizar diversos procedimientos y tratar complicaciones en pos del bienestar de la población. Creada en 1941, se conforma por 140 cirujanos plásticos pertenecientes a todo el país, reconocidos por el Colegio Médico de Chile. Todos acreditados y/o certificados en el país o en el extranjero, mediante la Corporación Nacional Autónoma de Certificación de Especialidades Médicas (CONACEM), que homologa la formación de las universidades acreditadas. De esta forma, buscan que todos los pacientes puedan identificar y escoger a los profesionales más idóneos científicamente y éticamente calificados, al momento de decidir realizarse una cirugía reparadora o estética.