Publicado por: Claudio Nuñez | miércoles 18 de enero de 2017 | Publicado a las: 22:12
Por: Carlos Inostroza Carrasco
Periodista Patrimonial
Fue bien entrado el siglo XX que se construyó la vía ferroviaria que une a la ciudad de Loncoche con Villarrica, aproximadamente entre diciembre de 1928 y abril de 1934. Sin duda, este fue uno de los ramales que tuvo un amplio despliegue turístico y también comercial, transformándose en una vía de uso intenso durante varias décadas, hasta la suspensión definitiva de ésta en los años 80.
Este ramal contaba con dos estaciones, Ñancul y Huiscapi, donde esta última, lamentablemente hace un par de años, fue destruida por un voraz incendio después de estar en completo abandono. La particularidad de este ramal, radicaba en que las edificaciones mantenían la planimetría y expresión de las estaciones de la primera etapa del ferrocarril en la Araucanía. Una tipología edificada en madera que aludía a la construcción en mampostería y con la presencia de un corredor perimetral; según nos comenta el arquitecto Cristian Rodriguez, y que se mantuvo a pesar del avance tecnológico que se desarrolló en nuestro país a comienzos del siglo XX.
Sin duda, la estación en madera levantada en nuestra región, fue una buena respuesta a las condiciones climáticas imperantes de lluvia y sol, generando espacios intermedios de enorme valor para la arquitectura chilena.