La campaña de este año del Ministerio de Salud se realizará durante este mes de agosto, tiempo en el que se espera vacunar a unas 400 mil niñas de cuarto, quinto, sexto y séptimo básico.

En el segundo año de inmunización contra el virus papiloma humano, el Ministerio de Salud se ha impuesto un desafío mayor: inocular durante este mes de agosto con la segunda dosis a las niñas que recibieron la primera el año pasado, vacunar también a quienes no quisieron hacerlo en 2014, y hacer una puesta al día inmunizando a todas las niñas de sexto y séptimo básico.

Esto permitirá que, a partir de 2016, todas las niñas que salgan de la educación básica estén protegidas contra este virus que causa cáncer cervicouterino y mata 600 mujeres al año, además de producir otros tumores genitales y verrugas.

Se estima que se vacunará a un total de 400 mil niñas, las que recibirán dos dosis, ya que se ha visto que esa cantidad es tan efectiva como poner tres.

Asimismo, se esperará ver los resultados de la vacunación en las niñas para extender esta medida dentro de unos años a los niños.

El tema fue tratado en el curso «Vacunas para el Bicentenario», donde se destacó que, con excepción del dolor pasajero en el lugar de la inyección, no se presentaron efectos adversos de consideración.

Mejorar cobertura

«Aunque existe la obligatoriedad de vacunarse -algo que está sancionado en el Código Sanitario y en la Ley de deberes y derechos del paciente-, no se ha tenido que recurrir a esto. Y si el año pasado llegamos a una cobertura de 86%, este año esperamos acercarnos al 94%», dijo el doctor Fernando Muñoz, director del Programa Nacional de Inmunizaciones del Ministerio de Salud, quien asistió al curso.

Algo importante si se tiene en cuenta que la otra herramienta de prevención del cáncer cervicouterino, que es el papanicolau, se trata de un examen que tiene una cobertura de 50%, y se ha mantenido estancada en esa cifra durante los últimos años.

«Pero, además, esta vacuna protege contra otros cánceres genitales para los cuales no existen exámenes preventivos, como el de vulva, ano, pene y vagina», advierte la doctora Andrea Schilling, ginecóloga infanto-juvenil de la Clínica Alemana.

En Australia, a partir de 2007, se partió vacunando hasta las mujeres de 26 años, y después se extendió hasta los 36, lo que produjo la virtual desaparición, en ese país, de los llamados condilomas o verrugas genitales.

«Esta es una de las infecciones de transmisión sexual más frecuentes entre los adolescentes chilenos», explica Schilling; por esto, es importante extender la vacunación a los niños. «En el Centro de Diagnóstico de Inmunodeficiencias que está en Temuco hemos tenido casos de niños con papilomatosis laríngea, con defensas normales, y que al colocarles la vacuna, las lesiones desaparecen», explica el doctor Jaime Inostroza, de la Facultad de Medicina de la Universidad de la Frontera.

Hoy se están reuniendo casos como estos para estudiarlos con mayor detalle y analizar el efecto curativo de la vacuna.

Fuente: Ec. y negocios