Publicado por: Claudio Nuñez | martes 13 de septiembre de 2016 | Publicado a las: 12:08
El equipo creativo de Factoría, en Concepción, ha dado vida a una colección que ya cuenta con 14 especies, a través de la cual hacen un llamado a la preservación animal y la sustentabilidad.
Son únicos en el mundo aseguran sus creadores, quienes los definen como “criaturas con vida propia”, pues sostienen que tienen una potente historia que contar. Se trata de los endemillos, una colección en madera de especies endémicas de Chile que se fabrican en Concepción, Región del Biobío.
Estas originales piezas representan un arte conceptual con identidad local, que le da un uso distinto a la materia prima renovable y rescata el componente creativo, apelando a la sustentabilidad.
El proyecto partió como una necesidad personal cuenta la diseñadora y arquitecta, Susana Herrera, directora creativa de Factoría, donde dio vida a esta innovadora colección “tenía que viajar a Estados Unidos para reencontrarme con parte de mi familia y ex compañeros de Universidad y quería llevarles algo propio de Chile, pero que sea diferente, como no encontré nada que realmente me gustara decidí hacer algo yo misma” recuerda.
El coipo, chingue, monito del monte, lechuza y la vizcacha, fueron los primeros cinco prototipos que en agosto del año pasado fueron creados como souvenirs y que hoy forman parte de un proyecto que entrega la posibilidad de conocer la fauna local a través del arte en distintas partes del mundo.
“Surgió sin mayor pretensión que la de regalar algo especial que representara parte de lo que somos, un souvenir más contemporáneo quizás”, señala Susana.
En su paso por EE.UU se dio cuenta del interés que despertaban estas criaturas de madera y lo que generaba su concepto.
“A todas las partes que iba llevaba mis endemillos, me preguntaban que eran, los tocaban, de verdad causaban sensación, yo les contaba que eran animales en vía de extinción de mi país y un montón de otras cosas, entonces me di cuenta que tenía una tremenda historia que contar”, agrega.
Cuando llegó a Chile, junto a su equipo de Factoría, comenzó a darle forma a la familia de animales endémicos que hoy cuenta con una colección de 14 especies y que sigue en expansión.
Arquitectura consciente
Los endemillos están formados por pequeños trozos de madera que van adheridos y pulidos a través de un proceso manual en el cual trabajan artesanos.
“Reutilizamos la madera que utilizamos en otros proyectos más grandes y logramos darle valor en este formato más pequeño con los despuntes de pino que nos quedan”, señala Susana.
El principal objetivo de esta línea es potenciar las criaturas endémicas de nuestro país, y a través de ellas, hacer un llamado a la preservación de las especies del planeta. Más allá de lo comercial buscan también recuperar el patrimonio cultural artesanal.
La arquitecta francesa Lison Duchez forma parte del equipo de Factoría y cuenta que el diseño endémico la “enamoró”.
“Elegí Chile porque eso significaba poder trabajar con madera, un material poderoso que en este proyecto posee un toque muy particular y diferenciador, los endemillos son objetos simples pero con un enorme mensaje y eso me encanta”, manifiesta.
La idea de los creativos es que las personas puedan conocer las especies a través de esta apuesta, un llamado lúdico a la conciencia, dicen. “Si no conoces algo no lo vas a cuidar y desde esa premisa también tratamos de educar mediante el arte”, comenta Lison.
Arte de exportación
Ya existen varios ejemplares de endemillos en distintas partes del mundo, la acogida del público ha sido sorprendente comenta el equipo de profesionales que trabaja en el proyecto, quienes ya han recibido ofertas para realizar un trabajo conjunto con países nórdicos.
“Se han convertido en una especie de embajadores de nuestra propia historia y cada vez va conquistando más espacios”, dice Susana.
“Les encontré un componente lúdico muy interesante, no se limita a una pieza de artesanía, son como personajes”, asegura José Antonio Carrasco, cliente penquista de Factoría que tiene una alta valoración por las cosas de madera, quien este año compró su primer endemillo (Pudú) porque le gustó lo que representaba. Luego, adquirió otro para llevarlo de regalo a Dinamarca, asegura que pretende hacer crecer la familia de endemillos en su hogar.
En Factoría están motivados con hacer crecer el proyecto. “Estamos trabajando para consolidarlo en la región y a su vez que los endemillos puedan viajar a través del mundo para difundir parte de nuestra historia y así multiplicar la conciencia”, destaca Lison.
La propuesta ya ha sido presentada en distintas ferias y exposiciones locales, además de las plataformas web, pero sus creadores pretenden transformarla en un proyecto escalable y que tenga alto impacto social.
“Este es el proyecto más pequeño, en términos de formato, pero el más emblemático, porque resume nuestra propia trayectoria como equipo”, declara Susana Herrera.