Publicado por: Claudio Nuñez | miércoles 28 de agosto de 2019 | Publicado a las: 11:23
Durante más de una hora, funcionarios del Hospital de Pitrufquén, que forma parte del Servicio de Salud Araucanía Sur, tuvieron la posibilidad de enfrentar en carne propia las dificultades que representa la discapacidad motora, visual y auditiva en un recorrido dentro del establecimiento, realizando actividades cotidianas para los usuarios, como es buscar exámenes, medicamentos o atención médica.
Este simulacro es un tipo de capacitación basada en la experiencia, cuyo objetivo es sensibilizar y generar mejoras, tanto en el trato como en las dependencias y disposición al interior del edificio, para facilitar la inclusión de usuarios con alguna de estas condiciones e incrementar la calidad de la atención hacia el segmento. Como etapa final de la actividad, se desarrolló una reflexión colectiva que apuntó específicamente a plantear propuestas que permitirían conseguir un avance concreto en esta materia.
Es el segundo año en que esta iniciativa se materializa y fueron invitados a participar funcionarios de áreas clínicas y administrativas. “Ponte en mi lugar”, como se denomina , es organizada por el equipo de Medicina Física y Rehabilitación del Hospital y es encabezada por la Terapeuta Ocupacional, Katherine Uribe.
Felipe Herrera, Ingeniero Informático, manifestó en torno a esta experiencia: “Fue diferente, entretenida. La discapacidad auditiva es difícil, la sensación de no poder comunicarse es desesperante y valoro mucho el sentido de la visión; perderla es lo más fuerte que puede suceder. Sientes la fragilidad de la vida”.
Por su parte, el Ingeniero Informático del Hospital Darío López, compartió sus impresiones, señalando: “La estación de discapacidad auditiva fue difícil, me costó tolerarla. En las estaciones de discapacidad motora, fue difícil, pero pude desarrollarla y salir adelante. En la última de discapacidad visual me sentí muy limitado y sin guía no podría haber logrado el objetivo, me sentí mareado. En resumen, fue una actividad novedosa, y concluyo que en el ambiente o espacio faltan mejoras para personas facilitar el acceso a personas con discapacidad”.
La profesional que lidera este trabajo, Katherine Uribe, explicó al respecto: “Los funcionarios tuvieron una oportunidad especial de desarrollar la empatía en relación a situaciones cotidianas que viven las personas con discapacidad. Creemos que esta pequeña actividad puede generar grandes cambios en el trato de los pacientes, en la vida familiar y social de los funcionarios y en modificaciones arquitectónicas en nuestro propio hospital. Esperamos de a poco contribuir con nuestro grano de arena en este trabajo hacia la inclusión”.