Publicado por: Claudio Nuñez | sábado 21 de noviembre de 2020 | Publicado a las: 12:48
Yáñez es muy cercano a Mario Rozas, ingresaron juntos a Carabineros (1986) y es uno de sus mejores amigos, pero se distingue de su antecesor por su ascendiente en la tropa.
Extraído desde Ex-Ante
Un nombre esperado – Desde la época en que Gonzalo Blumel era ministro del Interior, Ricardo Yáñez (54) era el favorito para suceder a Mario Rozas. Entre los motivos están su compromiso con las reformas en Carabineros, que ha liderado cambios en el control del orden público y que ha forjado buenas relaciones con las autoridades. Además, fue muy activo en la formación del nuevo Alto Mando que asumió el miércoles pasado y por lo mismo, los ajustes que hará serán mínimos.
Pese a a todo eso, según sus cercanos, Yáñez estaba convencido que se iría junto con Rozas, con quien tenían diferencias de estilo, pero la amistad y cercanía era más fuerte. Rozas le dijo que aceptara el cargo.
Entre las diferencias con su antecesor está que es operativo. Fue prefecto en San Fernando y se afirma que no hay comisaría que no conozca: desde Vitacura a La Pintana. Como Hermes Soto, antecesor de Rozas, es considerado carabinero de calle y no de escritorio. Tiene más adherentes que detractores dentro de la institución.
Es muy cercano al subsecretario del Interior, Juan Francisco Galli. Lo ve todos los martes en el balance policial y los viernes, cuando Galli va a la dirección de carabineros -entre 6 y 7 de la tarde, generalmente- para monitorear disturbios en Plaza Baquedano.
Aparece flexible en las formas, pero es duro. Fue partidario de sacar a Sebastián Zamora, acusado de arrojar a un joven al Puente Pío Nono, por portar una cámara personal y no haberlo declarado. Fue el más duro en eso. Entendía la lección del caso Catrillanca. Es directo a la hora de discrepar. Los que lo conocen aseguran que así lo hará con el presidente Piñera o al ministro del Interior, Rodrigo Delgado.
Su cercanía con la tropa se ha traducido en un gesto. Desde el estallido del 18 de octubre, visita todos los viernes en la noche, a veces a la 01:00, a cada uno de los funcionarios heridos internados o siendo atendidos en el Hospital de Carabineros. Hasta hoy lo hace.
Ejerce liderazgo, es de mucho control y le cuesta delegar. Realizó un cambio estructural en Carabineros que siempre se lo había imaginado: las brigadas del OS7 y OS9 pasaron a depender de él. No quería distintas nomenclaturas, al menos internamente.
Yáñez, a diferencia de muchos de sus compañeros del Alto Mando pasado, es un reformista convencido. Quienes han hablado con él en las últimas horas dicen que está decidido y que destrabara todo lo que haya que destrabar en el ámbito administrativo para que eso ocurra. Tiene el conocimiento de la institución para sacar adelante el proceso.
De izquierda moderada: Sus cercanos confirman que Yáñez adhiere a esa tendencia y que en confianza no oculta sus posiciones políticas, pero jamás se ha permitido hacerlo en público. “Todos sabíamos que Hermes Soto era de derecha, por ejemplo. Pero eso no es importante. Están tan adoctrinados que no son deliberantes, no la expresan mucho”, comenta una alta fuente de gobierno.