Fue el 23 de octubre del año pasado, donde el comunero José Peralino Huinca, habría ingresado a la PDI de Temuco para entregar su testimonio. Su religión evangélica y su cargo de conciencia, de acuerdo a las palabras entregadas por el fiscal Cristian Paredes, habrían sido los gatillantes para confesar el horrendo crimen del matrimonio Luchsinger-Mackay.

De acuerdo a lo antecedentes proporcionados hoy en la audiencia de control de detención por parte de la Fiscalía, el testigo que delató a los comuneros habría entregado una serie de detalles respecto a cómo se desarrolló el delito de incendio con resultado de muerte y donde el joven habría participado.

El relato da cuentan que  «yo no aguanto más el cargo de conciencia pero no queríamos que los viejitos murieran», dijo el fiscal.

Según dijo Paredes, todo se habría iniciado en la casa de la machi Francisca Linconao, lugar en que se planificó el delito, cuestión que se habría verificado en terreno con un informe fotográfico, donde incluso es posible constatar que desde la vivienda de la machi se puede llegar a la casa de la Granja Lumahue.

El fiscal agregó que los detenidos habrían participado en dos grupos, uno que actuó por el frente y otro por el costado, y que el incendio se habría iniciado desde dentro de la casa, para luego arrancar en tres camionetas.

El fiscal explicó que se realizaron las pericias telefónicas, fotográficas y georeferenciales y que todo apunta que el testimonio es verídico.

Sin embargo hay que recordar que durante la audiencia, el propio comunero delator habría asegurado que el fue presionado para entregar su relato, que incluso habría recibido dinero de la PDI y que todo se inició como una broma.